Colombia
“El engañoso juego de ‘Los Satanás’: Extorsiones a comerciantes bogotanos mediante panfletos y amenazas por WhatsApp”
En el marco de una operación del Grupo de Acción Unificada para la Libertad Personal (Gaula), las autoridades consiguieron desmantelar una estructura de extorsión que funcionaba en el centro de Bogotá.
La Policía Metropolitana de Bogotá (Mebog) comunicó que dos hombres de origen extranjero fueron detenidos cuando intentaban recaudar una suma considerable de dinero derivada de actividades ilegales, en una conferencia de prensa llevada a cabo el 20 de marzo de 2025.
Los aprehendidos se hacían pasar por integrantes de la banda criminal ‘Los Satanás’ para amedrentar a comerciantes y exigir pagos de hasta quince millones de pesos colombianos (aproximadamente 3.700 dólares).
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Las indagaciones revelaron que los criminales utilizaban la aplicación de mensajería WhatsApp para amenazar a sus víctimas. En estos mensajes, uno de ellos se identificaba como alias Moisés, afirmando ser parte de la mencionada organización delictiva.
Adicionalmente, enviaban imágenes de los establecimientos y domicilios de sus víctimas, elevando el miedo por el grado de intimidación que generaban. Los arrestados también distribuyeron folletos amenazantes como parte de su táctica para infundir pavor y asegurar el cobro de las sumas demandadas.
La operación que resultó en la captura de los dos hombres fue consecuencia de las denuncias presentadas por al menos siete comerciantes afectados por esta red de extorsión, lo que fue documentado en un video que las autoridades compartieron durante la presentación a los medios.
Los individuos solían visitar los locales, lo que facilitó su identificación, afirmó el teniente coronel Carlos Cárdenas, comandante del Gaula Mebog, quien también señaló que “las denuncias fueron esenciales para establecer el modus operandi de los delincuentes y organizar la operación que llevó a su captura.
Durante la operación que resultó en la detención de estos delincuentes, se confiscaron los folletos utilizados para amenazar a los comerciantes, una evidencia crucial para el juicio.
La Fiscalía General de la Nación ha solicitado que los detenidos sean sometidos a una medida de aseguramiento en un centro penitenciario, mientras prosiguen las investigaciones pertinentes.
Como parte de las medidas preventivas y operativas contra la extorsión, la Policía Metropolitana de Bogotá ha indicado una reducción del 22 % en los reportes de este crimen en lo que va de 2024.
Hasta el momento, se registran 317 reportes vinculados con extorsión, una cifra que refleja el avance en la lucha contra este tipo de delitos. Las autoridades de la ciudad atribuyen esta disminución a la cooperación entre la comunidad y las fuerzas del orden, así como a la ejecución de tácticas específicas para combatir estas actividades ilícitas.
La Policía reiteró su compromiso de garantizar la seguridad de los ciudadanos y exhortó a la población a informar sobre cualquier acto delictivo que comprometa su tranquilidad. Recuerde que para reportar cualquier caso de extorsión, puede comunicarse a la línea 165.
Un grupo delictivo que operaba en Suba y Usaquén, en Bogotá, fue desmantelado tras seis meses de pesquisas realizadas por la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación.
Los integrantes de esta organización, conocida como el Tren de Cipriano, se hacían pasar por miembros del Tren de Aragua, una de las bandas criminales más temidas en la zona, para amedrentar y extorsionar a trabajadores informales, particularmente a los bicitaxistas.
Las víctimas debían abonar 30.000 pesos colombianos semanalmente para utilizar sus vehículos, además de ser despojadas de sus ingresos diarios.
La operación, denominada Atamante, culminó con la detención de seis individuos relacionados con este grupo. Cinco de ellos fueron apresados mediante orden judicial y uno más en el momento del delito.
Además, se descubrió que los extorsionadores eran capaces de recaudar hasta 9 millones de pesos colombianos al mes a través de estas prácticas ilegales, lo que demuestra la magnitud de su actividad criminal.
De acuerdo con el brigadier general Giovanni Cristancho, líder de la Policía Metropolitana de Bogotá (Mebog), la organización delictiva no solo exigía pagos semanales a los bicitaxistas, sino que además les sustraía las ganancias diarias logradas a través de su trabajo. Este doble sistema de extorsión y hurto impactaba de manera severa a las víctimas, la gran mayoría de las cuales eran trabajadores informales que dependían de estos ingresos para su sustento.
El Tren de Cipriano se valía del nombre del Tren de Aragua para sembrar temor en los transportadores y demás trabajadores informales, capitalizando la reputación violenta de esta agrupación criminal originaria de Venezuela.
Las indagaciones evidenciaron que las personas capturadas no tenían conexiones reales con el Tren de Aragua, sino que empleaban su nombre como estrategia para garantizar el acatamiento de sus peticiones económicas.
Por consiguiente, fueron llevados ante la Fiscalía General de la Nación para enfrentar acusaciones de extorsión agravada en concurso heterogéneo con concertación para delinquir agravada; así como tráfico, fabricación o posesión de estupefacientes.