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“Acuerdo Histórico: El Gobierno de Petro y EE. UU. Unen Fuerzas en el Intercambio de Datos Biométricos de Colombianos”

Con la finalidad de fortalecer la colaboración bilateral en áreas de migración y seguridad, Colombia y Estados Unidos han suscrito un convenio de intenciones que facilitará el intercambio de información biométrica de migrantes y la lucha conjunta contra redes criminales transnacionales.
El acuerdo fue firmado durante la visita de Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, a Bogotá, donde mantuvo encuentros con altos funcionarios del gobierno colombiano, entre ellos el presidente Gustavo Petro.
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El convenio tiene como objetivo mejorar los mecanismos de control migratorio y facilitar la identificación de migrantes irregulares y miembros de grupos criminales.
Este intercambio de información biométrica, que comprende huellas dactilares y otros identificadores, busca principalmente detener las actividades de redes delictivas que operan en las fronteras y asegurar una mayor protección en ambos países.

Según lo reportado, la canciller colombiana Laura Sarabia y la secretaria Noem sellaron el acuerdo en el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería en Bogotá. Además, se informó que incluye el intercambio de información biométrica de migrantes que intentan acceder a Estados Unidos, así como datos vinculados a miembros de bandas criminales y narcotraficantes.
En declaraciones posteriores a la firma, Noem resaltó la relevancia de esta colaboración para afrontar amenazas comunes. “Nos brinda la posibilidad de compartir datos biométricos para ser más eficientes y precisos. Esta alianza nos ayudará a tener un impacto y colaborar con Colombia y los colombianos para identificar criminales que operan en las fronteras”, declaró.
Además, enfatizó que el acuerdo es un instrumento fundamental para enfrentar a “criminales extremadamente peligrosos, muy sofisticados, carteles y organizaciones criminales”.

Por su parte, la canciller Laura Sarabia comentó que este acuerdo representa un paso relevante en la consolidación de las relaciones bilaterales entre ambos países. Sin embargo, subrayó la necesidad de garantizar el respeto a los derechos humanos y la dignidad de los migrantes colombianos, quienes siguen enfrentando procesos de deportación desde Estados Unidos.
Este acuerdo se suma a una serie de iniciativas anteriores entre ambos países en temas de seguridad y migración. En 2024 se implementó en Colombia la alerta Angel Watch, un sistema que permite identificar a ciudadanos estadounidenses con antecedentes por delitos sexuales y evitar su entrada al país. Este mecanismo ya se ha aplicado en más de 20 casos en aeropuertos como El Dorado, en Bogotá, y José María Córdova, en Rionegro.
No obstante, el nuevo acuerdo también ha generado dudas. Algunos sectores han expresado inquietudes sobre la opacidad en el contenido del documento suscrito, así como sobre el alcance del intercambio de información biométrica. Desde
La Cancillería colombiana señaló que el documento es confidencial, limitándose a las afirmaciones públicas realizadas por Sarabia y Noem.
El entorno político también brinda complejidad a esta colaboración. La administración de Donald Trump, reconocida por su enfoque riguroso respecto a la migración irregular, ha dejado en claro que el avance de las relaciones bilaterales dependerá de las acciones que implemente el gobierno de Petro para abordar tanto la migración irregular como las actividades de carteles y organizaciones criminales en la zona.

El convenio también trae consigo consecuencias directas en la lucha contra el narcotráfico, un asunto central en la agenda bilateral. Según información de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, las plantaciones de coca en Colombia crecieron un 10% entre 2022 y 2023, ascendiendo a 253.000 hectáreas. Este aumento fortalece la percepción de Estados Unidos acerca de Colombia como el principal productor y exportador mundial de cocaína.
En este marco, el ministro de Defensa colombiano, Pedro Sánchez, quien también formó parte de las charlas con Noem, procura delinear tácticas para atender las demandas de Washington. Una de las mayores inquietudes es el control del Tapón del Darién, una zona selvática que conecta a Colombia con Panamá y que ha sido utilizada como un corredor por migrantes y redes criminales. De acuerdo con cifras recientes, el tránsito migratorio en esta área disminuyó de manera significativa en los primeros meses de 2023, con 2.637 personas cruzando la frontera, lo que representa un 90 % menos que en años anteriores.

El presidente Petro y la canciller Sarabia planean viajar a Ciudad de Panamá para encontrarse con el gobierno panameño y coordinar acciones conjuntas en esta área. Esta reunión será fundamental para establecer una estrategia clara en relación con la migración irregular y el crimen organizado en el Darién.
A pesar de las disparidades ideológicas entre los gobiernos de Petro y Trump, la administración colombiana parece estar adoptando un enfoque más conciliador en su relación con Estados Unidos. Esto se evidencia en la disposición de Petro para reunirse con Noem, quien es una figura prominente en la implementación de políticas migratorias severas en su nación. Noem, por su parte, declaró que el intercambio de datos biométricos se empleará para “identificar a criminales y terroristas y evitar que crucen nuestras fronteras”.
Sin embargo, las tensiones no se han esfumado. Petro ha criticado en el pasado las políticas de Trump y ha insistido en que la información de los colombianos debe permanecer bajo control estatal, evitando su manejo por empresas privadas. Además, el gobierno colombiano enfrenta presiones tanto internas como externas para evidenciar logros en la lucha contra el narcotráfico y el control migratorio, áreas en las que Estados Unidos tiene un interés estratégico.
El vicecanciller Daniel Ávila anunció que Estados Unidos mostró interés en cofinanciar los vuelos que trasladan a ciudadanos colombianos deportados desde ese país. Según explicó en una entrevista con Caracol Radio, esta propuesta forma parte de las conversaciones bilaterales que buscan potenciar la cooperación en temas migratorios y de seguridad.
Además, destacó que ambas naciones trabajan en asegurar un trato digno para los …deportados, previniendo que sean trasladados amarrados, un acto que ha sido bien recibido por las autoridades estadounidenses.
Este plan, que está en fase de desarrollo, permitiría a Colombia acceder a bases de datos de EE. UU. relacionadas con la trata y el tráfico de personas, lo que ayudaría a mejorar la seguridad nacional. No obstante, el vicecanciller aclaró que la normativa colombiana limita el intercambio de información únicamente a datos de extranjeros, excluyendo a los ciudadanos colombianos.
El vicecanciller subrayó que el acceso a las bases de datos estadounidenses sería un recurso esencial para identificar a personas involucradas en actividades ilegales relacionadas con la migración, como el tráfico de personas. Este intercambio de información, según explicó, fortalecería las capacidades de Colombia para enfrentar estas problemáticas y asegurar una mayor seguridad en el país.
Respecto a los vuelos de deportación, el vicecanciller destacó que Colombia ha realizado entre 14 y 15 viajes para repatriar a sus ciudadanos desde EE. UU. Estos traslados, organizados por la Fuerza Aérea Colombiana, se han llevado a cabo bajo estrictos estándares de respeto a los derechos humanos, evitando el uso de esposas durante el proceso.
Según Ávila, esta política refleja el compromiso del gobierno colombiano con la dignidad de sus ciudadanos y ha sido apreciada favorablemente por las autoridades estadounidenses.
El funcionario también indicó que la posibilidad de que Estados Unidos cofinancie estos vuelos es un indicativo de la confianza mutua entre ambas naciones. “Esto forma parte de la confianza que nos tienen ellos y que nosotros les tenemos a ellos, siendo un asunto prioritario para ambos países”, afirmó Ávila.
Además, destacó que esta colaboración refuerza las relaciones diplomáticas y evidencia el interés compartido en abordar los desafíos migratorios de manera conjunta.