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Pesadilla en Palmaseca: Millonarios cae ante Deportivo Cali con un sorpresivo 3-1
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Fue un verdadero tormento. Millonarios experimentó un auténtico drama durante su encuentro contra el Deportivo Cali, en Palmaseca. El conjunto azul llegó con la determinación de buscar una victoria en la jornada 6, como lo había conseguido en su desplazamiento a Santa Marta contra Unión, pero fue sorprendido por un oponente en estado brillante y se marchó con tres goles en su equipaje hacia Bogotá, dejando una imagen muy desfavorable que genera preocupaciones en el entrenador David González.
La noche se complicó para el equipo embajador muy rápidamente. Ni siquiera habían logrado acomodarse en el campo, y no pensaron en Millonarios que el Cali sí iba a salir a devorarlos, que no les iba a ofrecer respiro y que les haría pasar una noche aterradora. Apenas había transcurrido un minuto de juego cuando Viáfara lanzó el centro y José Caldera apareció solo en el área para ejecutar un potente disparo que puso a sufrir a todo el equipo azul. Anotó el 1-0 ante un plantel que se encontraba completamente dormido, ya que los defensores y volantes no lograron marcar.
El gol alteró el plan con el que llegó Millonarios al terreno de juego. Tenían todo un partido por diante para tratar de conseguir el empate, o seguir padeciendo: lo segundo ocurrió.
Millonarios fue poco efectivo en ataque. Sus aproximaciones fueron esporádicas. Ni siquiera la presencia de Falcao García influyó. El Tigre apenas tuvo un buen remate en todo el partido. Viajó a Cali para recibir aplausos de los seguidores locales. No más. El equipo azul careció de ideas, profundidad, y no hubo fórmulas ofensivas. Estuvo mano a mano unos minutos antes de que llegara otro golpe, porque su defensa atravesó una noche aterradora.
A los 22 minutos ya se encontraba 2-0 abajo, con un gol de Emiliano Rodríguez, quien superó su duelo contra Giraldo y lanzó un fuerte disparo.
Millonarios no reaccionaba, no encontraba la forma. Fue inofensivo, como si no fuera Millonarios, sino una sombra, un equipo sin peso, sin categoría. En la segunda parte, González movió sus piezas, y al campo ingresaron Mantilla, Arias y Palacios. Ninguno tuvo influencia. Luego entraron Giordana y Córdoba en la esperanza de que el equipo pudiera lograr algo.
Cali, en contraposición, fue una máquina ofensiva que detectó cada error de su adversario y supo aprovechar, golpeando duro, logrando tres anotaciones.
El tercer gol se produjo cuando Jarlan ejecutó un tiro libre. La defensa estaba distraída. Andrey Estupiñán los sorprendió a todos, se adelantó frente al portero Montero y, sin caer en fuera de juego, desvió la trayectoria del balón: 3-0.
Ese Millonarios ficticio terminó por colapsar, se desintegró. No era un equipo, eran solo sus restos. Cali disfrutaba de un banquete, en momentos de gran juego ante un rival que no ofrecía mayor resistencia. Se presumía que así culminaría el partido, con un 3-0 que era merecido; sin embargo, al final, en tiempo de descuento, Millonarios maquilló su aterradora derrota al anotar un gol, conseguido por Giordana. Pero Millonarios no contaba con tiempo ni recursos para intentar algo más. Agradeció que el partido concluyera y que la derrota, al menos, no fuera tan abultada como pudiera haber sido.
PABLO ROMERO
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