“Descubre cómo redactar un testamento de forma gratuita y veloz: ¡Consejos legales de una experta!”

El procedimiento para redactar un testamento en España resulta bastante sencillo, veloz y con un coste razonable, lo que contribuye a evitar disputas entre herederos y garantiza que los bienes se distribuyan conforme a la voluntad del testador. Aunque no es una obligación legal, se recomienda su creación para facilitar los trámites sucesorales y minimizar futuros gastos legales.

El tipo de testamento más común en España es el testamento abierto notarial, que se elabora ante un notario y se registra en su protocolo. El coste puede fluctuar dependiendo de la extensión y complejidad del testamento, pero normalmente oscila entre 38 y 60 euros.

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Existen diversos tipos de testamentos, como el testamento ológrafo, que es escrito a mano por el testador sin necesidad de un notario, y el testamento cerrado, que se presenta ante un notario en un sobre sellado. El testamento ológrafo no supone un coste directo, aunque podría requerir un procedimiento judicial para su validación tras el fallecimiento. En contraste, el testamento cerrado tiene costos notariales similares al testamento abierto.

Si el testador desea incluir cláusulas específicas o complejas, como establecer fideicomisos o nombrar albaceas, el coste puede aumentar debido a las tarifas del notario. Además, si se opta por actualizar el testamento, será imprescindible redactar uno nuevo, lo cual genera un coste adicional.

Una vez firmado, el testamento se registra en el Registro General de Actos de Última Voluntad, y su consulta tras el fallecimiento tiene un coste de 3,86 euros. En caso de no existir testamento, la herencia será distribuida según la ley, lo que generalmente implica procesos judiciales más largos y costosos.

Nuria Ocaña, abogada especializada en Derecho de Familia y Sucesiones, ha compartido en su canal de TikTok un recordatorio acerca del testamento ológrafo, considerándolo una opción “totalmente legal, rápida y sin costo”. “Para redactarlo -indica- debe hacerse a mano, firmarse y datarse con día, mes y año. Su regulación se encuentra en el artículo 691 del Código Civil”.

En efecto, este documento es escrito de forma manuscrita por el testador y se distingue de otros tipos de testamentos en que no requiere la intervención de un notario para su creación. Esta opción permite al testador administrar sus bienes sin necesidad de formalidades notariales, aunque su validez dependerá de una posterior validación.

En conclusión, para que un testamento ológrafo sea válido en España, debe satisfacer ciertos criterios específicos:

• Necesita ser redactado manualmente por el testador: no se acepta que sea digitado, dictado o elaborado por otra persona.
• Debe llevar la firma del testador: sin firma, el documento no tendrá validez.
• Es esencial incluir la fecha precisa de creación: este aspecto es fundamental para establecer su validez en relación con otros testamentos.
• Se debe presentar ante un juez tras el fallecimiento del testador: todos los interesados en la herencia disponen de un plazo de cinco años para hacerlo frente al juzgado correspondiente.

El procedimiento de validación, conocido como adveración y protocolización, consiste en confirmar que la escritura y la firma son las del difunto, y puede demandar pruebas de caligrafía y testimonios.

El testamento ológrafo presenta diversas ventajas, entre ellas su accesibilidad y la posibilidad de ser redactado sin gastos. Sin embargo, también tiene desventajas que podrían complicar la situación de los herederos.

Ventajas:

• No requiere la intervención de un notario.
• Puede ser redactado en cualquier momento y lugar.
• Permite cambios sin trámites adicionales, simplemente redactando un nuevo documento.
• Es una alternativa asequible en comparación con otros testamentos.

Desventajas:

• Es propenso a ser extraviado o destruido sin que los herederos lo sepan.
• Puede ocasionar incertidumbres sobre su autenticidad.
• La validación judicial puede prolongar el proceso de sucesión.
• No asegura el cumplimiento de las disposiciones legales en sucesiones, como la legítima.

A diferencia del testamento notarial, el testamento ológrafo no implica un coste inicial, ya que se elabora sin los costos notariales. Sin embargo, tras el fallecimiento, los herederos tendrán que asumir los gastos relacionados con su adveración y protocolización ante el tribunal, lo que puede incluir gastos judiciales y periciales si se requiere una verificación caligráfica. Dichos costos suelen oscilar entre 200 y 500 euros.

El testamento ológrafo puede ser útil en situaciones de urgencia o cuando el testador desea mantener en secreto sus últimas voluntades. Sin embargo, para prevenir problemas legales en el futuro, se aconseja usarlo solamente como una solución temporal y complementarlo con un testamento notarial siempre que sea posible.