Lamine Yamal ni se inmuta

Lamine Yamal fue el protagonista del Clásico los días antes del partido, y también lo fue durante y, especialmente, al final, con la tangana que se montó. Algunos  jugadores del Real Madrid no encajaron bien sus críticas hacia el conjunto blanco: le estaban esperando y se enzarzaron con él. La grada del Santiago Bernabéu tampoco le perdonó sus palabras, en las que acusaba al bloque merengue de robar y quejarse en el tema arbitral. Pero el joven extremo no sólo no se inmutó ante el revuelo que causó sino que está muy tranquilo. En su regreso a Barcelona, se mostró impasible ante la polémica generada. Ya está acostumbrado a ser objeto de atención y controversia, que le acompañan desde su debut. Y sus compañeros y el club, además, le arropan.

Lamine no se altera ante las críticas. Si alguien pensaba que el alboroto  del Bernabéu podría ser una lección para que cambiara, se equivoca. Es lo que creen en el Barcelona, y desde los despachos recuerdan que ya no le afectó la polémica con la celebración de su cumpleaños, por la que fue juzgado y reprobado por muchos sectores. Sabe aislarse. 

También supo refugiarse ante los reproches por la lesión que sufrió hace unas semanas con la selección, cuando se le acusó de que él tendría que haber frenado su participación. Esa pubalgia es la que le impide estar aún al cien por cien, como se vio en el Clásico, y es la máxima preocupación del extremo, que desea estar cuanto antes al máximo nivel. Se centra y esfuerza sólo en eso. El cuerpo técnico también trabaja para que el futbolista  recupere cuanto antes su mejor estado de forma. 

El jugador muestra, como admiten en el Barça, una madurez excepcional pese a tener sólo 18 años. Y en la entidad no consideran que la tangana o los silbidos de la grada blanca vayan a implicar una variación en su comportamiento porque su impulsividad, seguridad y confianza en sí mismo forman parte de su personalidad, esa que también le ha permitido convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo. El atacante creció, recuerdan, en un ambiente un tanto hostil y ya no hay casi nada que le inmute o altere. Maduró rápido y ese contexto le hizo forjarse una personalidad arrolladora y fuerte. “El miedo lo dejé en el parque de Mataró hace tiempo”, reconoció el internacional hace unos meses. De hecho, ayer domingo tuvo un tranquilo regreso en avión a Barcelona, como si la tangana en el Bernabéu no hubiera existido.

El club asesora a Lamine por su sobreexposición 

En el Barça, no obstante, están muy pendientes de su joven estrella. Es su marca y su cara más representativa, además de uno de los jugadores mejor pagados de su plantilla. Hablan con él, tanto personas vinculadas directamente con el club como algunas de fuera, como su agente (Jorge Mendes), para asesorarle sobre su comportamiento y por esa falta de filtros que muestra a veces. Le aconsejan, especialmente, sobre el exceso de exposición que hace de su privacidad en las redes sociales, aunque en la institución asumen que forma parte de la vida de un joven de su edad y, sobre todo, de su peculiar y particular carácter. Lamine no considera que haga algo malo o tenga nada que esconder ni nada de lo que avergonzarse, y actúa conforme a esa creencia. 

Pese a que en el club les gustaría que fuera algo más comedido o discreto, por su propio bien y para evitarse polémicas, no pueden reprocharle nada porque el internacional muestra, siempre, un comportamiento muy profesional, tanto en las instalaciones de la Ciudad Deportiva como fuera. En ninguna de sus acciones, comportamientos y palabras ha infringido ninguna norma del código interno. Cumple escrupulosamente con los horarios de descanso, con la alimentación… en todas sus actividades: viajes relámpagos con su novia, vacaciones, salidas con sus amigos, encuentros familiares…

El vestuario azulgrana, además, le arropa. Sus compañeros están con él. Le apoyan. No sólo entienden su personalidad y le aceptan tal y como es sino que consideran, por ejemplo, que se sobredimensionaron sus palabras antes del Clásico por tratarse de él. Y creen, además, como ya dijo públicamente Frenkie de Jong, que los jugadores del Real Madrid, sobre todos sus compañeros de selección, podrían haber gestionado de otra forma la situación: hablando con él en privado. Así mismo, ya dan por cerrado el cruce con el conjunto blanco.