Deportes
Ojalá me viera con 38 años en los Juegos de Los Ángeles

En una demostración de regularidad y entereza, Albert Torres (Ciudadela, 1990) se hizo con el oro mundial en ómnium en Santiago de Chile. El menorquín consiguió el único metal de la delegación española, el segundo oro en su carrera después del que sumó en madison en 2014 junto a David Muntaner. Tras un año complicado en el que ha sufrido varias lesiones, pudo resarcirse sobre la pista. Y no deja de soñar con seguir ampliando un palmarés que ya es de leyenda, en el que brillan ocho preseas mundiales (dos de oro) y siete europeas (cinco de oro).
- ¿Qué siente al volver a ser campeón del mundo más de una década después?
- Increíble, una sensación única. 2014 fue algo especial por ser la primera vez, porque conseguir un maillot arcoíris es algo único que cualquier ciclista persigue. Pero conseguirlo más de una década después a pesar de todos los imprevistos que he tenido es para estar superorgulloso. Ya no deportivamente, sino a nivel personal, porque todos los deportistas cuando tienen lesiones tienen complicado volver a un nivel alto, y la falta de confianza es importante. Tenía muchísimas dudas, pero haber conseguido esto me da tranquilidad y el orgullo personal de decir: ‘Seguimos siendo competitivos’. Y poderlo celebrar también con la familia. Estoy en una fase de paternidad, que relativizas más, priorizas otros momentos, que cuando eres joven no pones las cosas en valor.
- ¿Con cuál de sus oros mundiales se queda?
- Son diferentes. La primera vez era muy joven. Venía del año anterior de conseguir la plata con [David] Muntaner en la madison y esa fue la primera vez que era competitivo en un Mundial de pista. Al año siguiente tenía la ambición de conseguir algo más grande, y se pudo. Cuando consigues una medalla en un Mundial, cada año intentas mantener el listón. Hemos conseguido medallas tanto en Europeos como en Copas del Mundo, pero muchas veces, aunque trabajes, tampoco se consigue. Tienes que tener resiliencia. A veces las cosas salen, y a veces no salen. Eso sirve para llegar a hoy y con 35 años ganar el Mundial. Lo que más feliz me hace es tener esos recuerdos con la familia, con la mujer, con el niño. Es algo deportivamente increíble, pero, a nivel personal, que estén ahí y que puedan vivir ese momento juntos es algo que tiene un sentido especial. Me quedo con el oro de este año.
Albert Torres celebra su oro en ómnium con su hijo.
- Tuvo dos lesiones de clavícula y una muscular a lo largo de 2025. ¿Cómo le han afectado en su preparación para el Mundial?
- Primero hay que recordar la lesión de París [los Juegos de 2024], que estuve tres meses parado por el edema óseo de la caída. Me costó bastante recuperarme. Cuando volvía a tener continuidad entrenando, la lesión a mediados de enero. No me afectó mucho, porque realmente estuve seis días parado, pero no tienes esa continuidad. Hicimos un buen trabajo, el equipo [Movistar Team] me respaldó mucho para llegar en las mejores condiciones. La victoria en la Copa del Mundo de Konya me ayudó mucho a tener la tranquilidad de que estábamos ahí. Después, en el Tour de Suiza, otra caída con fractura y con lesión muscular, y esa es la que me costó de verdad. Estuve casi tres semanas parado y se me juntó con la segunda paternidad. No entrenaba lo suficiente porque tampoco recuperaba lo suficiente.
Cuando aparecen dificultades, a un deportista le entran las prisas de sentirse al 100%, pero se necesita paciencia y tiempo. Iba muy corto de forma: en el mes de agosto estaba la posibilidad de renunciar, porque no tenía esas sensaciones buenas. Pero, una vez terminada la temporada de carretera, veíamos que la cosa iba bien. Por parte de la Federación y de Juan [Peralta, el seleccionador] he tenido la confianza, y para mí eso es muy importante. Y al final ahí estaba, en el Mundial de pista, que me fue todo de cara con ese resultado in extremis. Viendo las imágenes, se me ponen los pelos de punta de ver esas emociones contenidas, que al final las pude sacar.
- Iba primero después de las tres primeras pruebas del ómnium. ¿Cómo encaró la prueba de puntuación, que podía dar la vuelta a todo?
- Tranquilo, porque estaba en una posición que dos o tres semanas antes habría firmado, independientemente del resultado. Tenía el recuerdo del Mundial de Hong Kong de 2017, que también partía de líder la puntuación y al final fui tercero. Lo atractivo del ómnium es eso, que, aunque vayas liderando, es una carrera muy dinámica. Me ha pasado otras veces, que he salido con desventaja y, por circunstancias de la carrera, se puede coger una vuelta y volver a liderar. Al final, la regularidad que tuve en las tres primeras pruebas fue fundamental para llevarme el título.
Albert Torres, durante una de las pruebas del ómnium en el Mundial de Santiago.
- Además del ómnium, participó en la madison con Héctor Álvarez (18 años), campeón de Europa de ómnium sub-23. ¿Qué tal fue correr con él?
- Superbién. Es un corredor talentoso, lo sabemos de lo que ha demostrado en categorías inferiores, en júnior y sub-23, en pista y en carretera. Es una realidad que, a corto y medio plazo, va a ser una pieza muy fundamental para la selección española de carretera seguro, y de pista, si quiere, también. Veníamos con la baja de Sebastián Mora, que habíamos competido juntos muchos años, pero poder hacerlo con un corredor joven, con esas ganas, con esa ilusión, para mí fue una sorpresa muy agradable. Coincidimos en la última concentración y pasamos cuatro días juntos. Hicimos trabajo de madison, de técnica, de sincronizarnos. Yo me fui muy contento. El resultado [fueron décimos] no es un gran resultado, pero hay que recordar que es superjoven, y ha sido un aprendizaje para él superimportante. Él me dijo que lo había dado todo en esa carrera. Seguro que la va a recordar toda la vida. Esos momentos de correr su primer Mundial élite, porque hay que recordar que tiene 18 años aún, tienen que servir para dentro de unos años ser un pilar fundamental.
- ¿Echó de menos en la concentración a Sebastián Mora, su compañero de madison de los últimos años?
- Bueno, al final hemos pasado muchísimos años juntos. Ojalá se recupere de la lesión, porque es importantísimo. A pesar de que seamos más veteranos y vengan las generaciones jóvenes apretando fuerte, tener esa experiencia para un deportista es fundamental, y Mora lo ha demostrado durante toda su carrera deportiva. Hay que recordar que el año pasado también ganó el Mundial de puntuación, eso quiere decir que es un corredor fundamental para la selección española de pista.
- ¿Compensa en cierto modo este oro la desilusión de París 2024, con el cuarto puesto en ómnium y la caída en la madison?
- Los Juegos son algo especial, son cada cuatro años y estuvimos muy cerca de conseguir esa medalla en el ómnium. Y en esa madison teníamos muy buenas sensaciones, las expectativas eran muy altas de intentar ganar esa carrera, y esa caída fue un palo no a nivel físico, sino mental, no solamente por el resultado, sino por la lesión, que se alargó mucho tiempo. Y ahora no es que lo cure ni lo sane, sino que se disfruta de otra manera diferente. Las decepciones forman parte del deporte. Yo creo que, con el tiempo, de lo que más contento y orgulloso voy a estar es de haber vuelto a tener la mentalidad de seguir trabajando aunque las cosas no vayan bien. Le daba muchísimo valor a poder estar en este Mundial de pista físicamente bien, porque semanas atrás o meses atrás era realmente impensable.
- ¿Qué tiene de especial el ciclismo en pista?
- He crecido desde siempre en categorías inferiores haciendo esta disciplina. Para mí es una escuela muy importante para desarrollar la habilidad, la lectura de carrera, la toma de decisiones. Son carreras muy dinámicas y eso para la carretera es fundamental, yo siempre lo recomiendo. Poder hacer entrenamientos en pista o incluso competiciones te da esa habilidad en el pelotón de saberte mover, de saberte colocar. Las virtudes que tengo como ciclista en carretera son en parte gracias a la escuela que me ha dado la pista.
- ¿Le resulta fácil compaginarlo con el ciclismo en carretera?
- Yo, personalmente, te diría que sí. Tengo la suerte de estar en un equipo que me deja total libertad para preparar bien objetivos importantes, Europeos, Mundiales, los Juegos Olímpicos o alguna Copa del Mundo. Es verdad que no puedo hacer todo el calendario, pero cuando hay un escenario importante tengo ese apoyo del equipo para tener tiempo suficiente para hacer mi trabajo en pista. Hago recordatorios durante el año de entrenamiento en pista, y eso también ayuda.
Albert Torres, acompañado en el podio por Kazushige Kuboki (plata) y Lindsay De Vylder (bronce).
- El oro de Sebastián Mora en 2024, el suyo este año, las nuevas generaciones que vienen pisando fuerte en categorías inferiores… ¿Diría que el ciclismo en pista español está en un buen momento?
- Sí. Este año el cuerpo técnico de la Federación está haciendo unas bases sólidas muy importantes para trabajar. A medio y largo plazo se tienen que ver los resultados de que haya una generación muy buena de gente joven, de júniors, que hay que ver los resultados que se han conseguido. Con Éric Igual, con Eñaut Urkaregi, los tiempos en persecución por equipos en júniors y sub-23, la cuarteta absoluta también… Es verdad que aún estamos lejos de los mejores, pero el bajar progresivamente el récord nacional es significativo de que las cosas se están haciendo bien, de que hay proyección, de que hay futuro. Hay que mentalizar a la gente joven de que compatibilicen o tengan espacio para trabajar la pista en según qué momentos. Otras selecciones tienen ese proyecto, como Italia, que ha sabido aprovechar muy bien esos corredores talentosos de carretera para llevarlos a la pista y han conseguido grandes resultados. Es un poco el espejo en el que hay que mirarse. La Federación tiene que tener la tranquilidad y el punto de mira de saber cuidar bien a esa gente, y trabajar con los mejores profesionales para sacar el mejor partido posible.
- ¿Se ve llegando a los Juegos de Los Ángeles 2028?
- Si te soy sincero, sí. Me gustaría. Es verdad que, después de los de París, cuatro años son largos, volver a hacer un ciclo olímpico es algo lejano. Pero este título mundial a mí personalmente me da muchísima ilusión de verme competitivo. Es verdad que ahora tengo 35 años y a Los Ángeles llegaría con 38, pero, siempre que me preguntan por la edad, aunque es verdad que sí es físico, yo digo que es simbólico, en el sentido de que, si tienes ilusión, ganas y motivación, la edad es relativa. Hay mucha gente que a lo mejor es muchísimo más joven y talentosa, pero le falta la ambición, la motivación o ser profesional, y eso dificulta tener ese rendimiento. Sólo hay que ver a Alejandro Valverde, con esa edad que tenía y esa ilusión y esas ganas que desprendía. Joan Llaneras, que también ganó su oro olímpico y su plata en Pekín 2008 con 39 años. Al final es algo relativo. A mí personalmente me gustaría poder llegar a Los Ángeles junto con el equipo. Tener el respaldo del equipo sería algo importantísimo, como lo hemos estado haciendo hasta ahora con los Juegos de Tokio y los de París. Ojalá me viera con 38 años en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles con las piernas que tengo ahora.
- ¿Qué sueños le quedan por cumplir?
- Ganar una medalla olímpica. Es algo que vas persiguiendo, hemos estado muy cerca y no lo hemos conseguido. Ganar el Mundial es algo increíble, títulos europeos también los tenemos, ya soy padre, he podido estar en el Tour de Francia, he podido correr el Giro… Antes de retirarme me gustaría probar la Vuelta a España, pero ya te digo, sobre todo no perder esa ilusión y esa motivación y no tener lesiones, eso es lo que le pediría al futuro. Yo creo que, si no tienes lesiones y tienes continuidad en el trabajo, al final los resultados salen muchísimo más fácil.









