Colombia
Ernesto de Hannover vive un enfrentamiento inesperado en un restaurante madrileño

Después de un extenso periodo sin captar la atención debido a su polémico comportamiento, Ernesto de Hannover regresa al foco de la polémica tras un suceso ocurrido en un célebre restaurante de Madrid, donde ha estado viviendo durante los últimos tres años. Estaba en compañía de su pareja, Claudia Stilianopoulos, y el chef del establecimiento, Stéphane del Río, ha expresado su frustración en redes sociales por una crítica desfavorable que la coleccionista de arte dejó en una famosa web de gastronomía.
“Este noble europeo, frecuente en las portadas de revistas del corazón y con un notorio problema de alcoholismo, llegó por tercera vez. Rompió copas, las lanzó a los camareros, insultó al personal y a otros comensales, gritó, agredió a los servicios médicos del Samur que acudieron a atenderle por un atragantamiento y se marchó tambaleándose debido a su embriaguez”, detalló el chef, quien aseguró que esta actitud no sorprende y que cada vez que el exmarido de Carolina de Mónaco ha patronizado ‘Le Bistroman Atelier’ ha actuado de la misma forma: “Las tres visitas han sido iguales, incluida la intervención del Samur”. “Cuando le informé a la mujer que si continuaban así en su futura visita alertaría a la policía, ya que la seguridad de mi personal y de mis clientes es primordial, se molestó y me dejó una crítica muy negativa”, añadió, refiriéndose a Claudia.
La perspectiva de Claudia es completamente diferente, ya que manifestó su descontento hacia el restaurante en TripAdvisor, dejando una opinión desfavorable: “La comida estuvo aceptable, pero la calidad humana -0. Comí con un amigo diabético que sufrió un episodio de hipoglucemia; al recuperarse perdió el conocimiento tras atragantarse. Le realicé la maniobra de Heimlich y se recuperó saliendo por su propio pie. La ambulancia llegó una vez ya estaba mejor. El propietario me llamó diciéndome que no regresara, ya que en la primera visita rompió una copa y en la segunda fue descortés (no trajeron la comida hasta que todos habíamos terminado)”, defendiendo que su pareja no estaba ebria, sino que experimentó una baja de azúcar y que no hubo ningún conflicto; por el contrario, sosteniendo que recibieron un servicio desafortunado por parte de los encargados del lugar.