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Inflación de junio seguiría bajando en Colombia, pero con presiones persistentes en alimentos y servicios | Crecimiento | Economía

Este lunes -07 de junio- el país conocerá el dato oficial de inflación de junio, y todo indica que volverá a mostrar una leve desaceleración, consolidando la tendencia que comenzó en mayo. Sin embargo, analistas y reportes técnicos coinciden en que el descenso de precios sigue siendo fragmentado y no alcanza a toda la canasta familiar.
Los datos más recientes del Índice de Precios al Productor (IPP), publicados por el Dane, y el Monitor de Precios de Bienes Básicos de Bancolombia, apuntan a un nuevo alivio en los precios de productos frescos y del sector agrícola, pero advierten también que persisten presiones significativas en bienes procesados, insumos clave y materias primas de alto consumo.
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Un alivio que no llega a todos
En primer lugar hay que decir que en junio, el IPP mensual registró una variación de -0,19%, lo que representa un enfriamiento respecto al 0,14% observado en abril y una clara señal de desaceleración en los costos de producción. Además, la variación acumulada en el año volvió a terreno negativo, ubicándose en -1,30%, lo que refuerza la expectativa de que los costos tienden a ceder.
Pero la cifra más observada por los analistas fue la variación anual, que se ubicó en 2,09%, ya que si bien está lejos de los niveles de dos dígitos de mediados de 2023, este dato aún refleja presiones en sectores clave, especialmente en productos agrícolas estratégicos y bienes industriales sensibles al comercio internacional.
¿Cuál fue la división que tuvo mayores variaciones en el IPC?
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El resultado más llamativo del reporte anual es el comportamiento de productos específicos con fuerte incidencia en el IPP, como el café, tanto en grano como procesado, que sigue encareciéndose y para el caso del café en grano subió 39,18% anual, mientras que el café procesado 47,98% y el café tostado tuvo una variación mensual de 5,75%.
A esto se suma el oro en bruto, con un aumento del 21,31% anual, y un grupo de combustibles industriales que también repuntaron en el mes.
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Alivio desde el campo
A nivel del consumidor, el Monitor de Precios de Bancolombia sugiere que la inflación de alimentos también habría cedido en junio, al pasar de 0,60% mensual en mayo a 0,40% en junio en tiendas de barrio y minimercados. Este descenso está impulsado por la caída en productos frescos como papa, tomate, zanahoria y frutas, que mostraron variaciones negativas en la mayoría de regiones.
Este comportamiento está relacionado con condiciones climáticas estables y una mayor oferta agrícola, factores que favorecen la producción y el abastecimiento. En regiones como Antioquia, Bogotá y Eje Cafetero, la canasta de alimentos frescos mostró retrocesos claros, reforzando el alivio que ya se había percibido desde abril.

El IPC es clave para medir el costo de vida en Colombia.
Imagen generada con Inteligencia Artificial – ChatGPT
Sin embargo, al igual que ocurre en el IPP, el problema está en la otra mitad de la historia, dado que los alimentos procesados no bajan al mismo ritmo, y algunos incluso subieron con fuerza. El mismo informe de Bancolombia destaca alzas mensuales en productos como leche entera larga vida (0,9%), aceites comestibles (0,6%), y arroz (0,5%), además del ya mencionado café.
“El efecto de esta dualidad es que, aunque los consumidores noten cierta reducción en frutas o verduras, su gasto total en el mercado no disminuye significativamente porque los bienes empacados, enlatados o de consumo frecuente mantienen precios altos”, sostienen.
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¿Qué esperar?
Con este panorama, estos analistas esperan que el IPC de junio retome su senda descendente, luego de haber cerrado mayo en 5,05% y las proyecciones apuntan a un dato mensual cercano al 0,30%, e incluso ligeramente por debajo, lo que permitiría un nuevo descenso en la inflación anual.
No obstante, este descenso estaría explicado en gran parte por la canasta de alimentos frescos y, en menor medida, por algunos bienes industriales; mientras que los servicios, el arriendo, la educación y los alimentos procesados, todos con fuerte componente de indexación, seguirían mostrando inercia inflacionaria, limitando la velocidad del ajuste.
A la espera del dato oficial del Dane, lo cierto es que la inflación sigue mostrando síntomas de mejora, pero también una distribución inequitativa que golpea con más fuerza a quienes más consumen bienes procesados o servicios regulados, ya que la desinflación está en marcha, pero no es una victoria completa ni para todos por igual.