Los castigos populistas de Flick

Hansi Flick es indiscutiblemente uno de los personajes de la temporada en esta devaluada liga que a buen seguro acabará por llevarse, no el mejor equipo, sino el que menos impacto arbitral haya sufrido. Y de momento, visto lo visto, ese equipo es el suyo.

Y si el que se retrasa es él, ¿qué ocurrirá? ¿Se irá al palco con Laporta?

El entrenador alemán vuelve a tener a su Barça líder después de un noviembre de mierda, tal y como anunció de forma pública, y aprovechando la inagotable irregularidad del Real Madrid que en los últimos tres envites se ha dejado por el camino seis puntos, cuatro de los cuáles, los perdidos en CornePrat y El Sadar, deberían estar en su casillero de no ser por Muñiz RuIz, ayer escrutado por José Ángel Sánchez y Medina Cantalejo en Las Rozas, y Munuera Montero que recibió el cariño de sus compañeros a través de un comunicado que quizá se le quede corto a tenor de lo que se le viene encima al conocerse sus vínculos empresariales tal y como publica nuestro tribuno Jorge Calabrés en El Español.

Pero volviendo a la figura de Flick, es innegable que además de hacer jugar muy bien a su equipo está gozando de un marketing nada desdeñable. Sus números apenas mejoran a los de Xavi, los mismos puntos que el pasado curso y muy debajo de los de hace dos temporadas cuando resultaron campeones. La principal diferencia radica en el Madrid y el sorprendente Girona bastante lejos de las previsiones. Su apuesta por los canteranos ya está más que matizada. En cuanto ha podido ya hemos dejado de tener noticias de Iñaki Peña y Casadó que pierden comba ante Szczesny y De Jong, Bellingham es irrespetuoso y Raphinha un notable capitán y lo de los castigos empieza a rayar lo enfermizo.

Ayer otra vez se equivocó con el reloj Jules Koundé, mostrando una notable desatención al plan de partido. La multa está más que justificada e incluso la reprimenda pública, pero privar a tu equipo del concurso de uno de tus mejores jugadores admite debate. El sustituto en ese lateral derecho, Héctor Fort, casualidades de la vida, cometió un claro penalti que pudo costarle caro al Barça por la cerrazón de un entrenador líder en lo futbolístico y también en populismo. ¿Y si el que se retrasa es él, qué ocurrirá? ¿Se irá al palco con Laporta?