Deportes
empató en casa con Sao Paulo y Edwin Cardona falló dos penaltis

En Atlético Nacional se deben estar preguntando qué fue lo que pasó, cómo fue posible que tuvieron a la mano vencer a Sao Paulo de Brasil en Medellín, porque hicieron más, incluso con dos penaltis que falló el crac Edwin Cardona, pero no pudieron ganar. El partido de ida de octavos de final de la Copa Libertadores terminó 0-0 y en Nacional no entienden qué fue lo que pasó… Mucho menos Cardona.
Nacional arrancó en modo demoledor. Desde el primer pique Marlos Moreno demostró que quería ser candela para la defensa brasileña. Su primera incursión ya generó emoción. Marino Hinestroza hizo lo mismo por el otro costado. Esa pareja de culebras iba a ser protagonista.
Su primera sociedad fue letal. Marino desbordó por la derecha, buscó a Marlos, querían sellar un primer gol entre los dos, le tiró el centro, iban 12 minutos, una mano se atravesó en el área y penalti, lo gritó todo el pueblo verdolaga. Edwin Cardona pidió la pelota, es mía, la acomodó, miró, pateó y afuera, muy cerca de uno de los verticales. Silencio en el estadio, silencio momentaneo. Nadie sabía lo que iba a pasar después.
Nacional vs. Sao Paulo. Foto:AFP
¿Qué podía pasar? ¿Que Nacional se desmotivara, que se fuera al piso, que se quedara lamentando lo que pudo ser y no fue, o que fuera al frente, como si nada hubiera pasado?
Pues Nacional Mantuvo su tónica, atacar, atacar, por los costados, por el centro, desbordar, Marlos e Hinestroza intimidando con velocidad y picardía. Morelos entrando y saliendo. Pero el gol, el urgente gol, el necesitado gol, no llegaba.
En general el primer tiempo resultó ser más expectativa que realidad. Nacional no tuvo una nueva oportunidad de anotar, una clara, algún remate. Nada. Y Sao Paulo no parecía Sao Paulo, no el poderoso club brasileño. Fue un equipo inofensivo. Como si estuviera demasiado confiado en lo que puede hacer en su casa en el juego de vuelta. En esa primera parte David Ospina corrió el riesgo de quedarse dormido. Nunca le llegaron.
Nacional vs. Sao Paulo. Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO
En el segundo tiempo Nacional ya no podía especular. Tenía que ir por la victoria. Otra vez activó sus armas de ataque. Cardona quería revancha, tenía el arco en su mirada y en la sangre, solo necesitaba otra opción, prometía no fallar. Al minuto 52 se le apareció la Virgen. La pelota le quedó lista, con el horizonte despejado, y Cardona sacó un remate bestial. El balón iba para la red, pero pasó tan cerca que pareció desviado por el viento.
Nacional, sin embargo, se entusiasmó. Aceleró. Marlos Moreno pudo haber hecho un gol de fantasía. Vio llegar la pelota y se lanzó en acrobacia, en una chalaca, una que hubiera hecho hace 10 años con los ojos cerrados, pero esta vez la pelota rebelde pegó en el vertical. De ser gol merecía calle de honor de ambos equipos, pero no fue.
Lo más increíble vino después (aunque no sería lo más increíble). Marlos comandó un contragolpe. Le tiró el pase perfecto a Marino que en velocidad conectó y otra vez, parece mentira, parece sueño o pesadilla, pero otra vez la pelota pegó en el palo.
Edwin Cardona se lamenta. Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO
La hora de la revancha llegó y eso sí sería lo más increíble de todo: Cardona la esperaba, rezaba para que así fuera. Minuto 66, Morelos fue bajado en el área. Toque sutil y penalti. Otra vez penalti. Tembló el Atanasio Girardot y… de no creer. El arquero voló, como si conociera a Cardona de toda la vida, estiró su brazo y evitó el gol. Cardona, derrumbado, no lo podía creer.
Nacional hizo mucho para ganar, sobre todo en el segundo tiempo, pero no pudo. Para colmo, los dos penaltis que falló Cardona retumban, golpean. Les toca levantar la cabeza, a Edwin y a todos, porque en Brasil deben ir por la clasificación. Este partido ya es historia, no hay más tiempo para preguntarse qué pasó… Mucho menos Cardona.
PABLO ROMERO
Redactor de DEPORTES
@PabloRomeroET
Más noticias de deportes