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Economia

Automatización, salarios y aranceles golpean 105,000 empleos en la frontera norte

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A escala nacional, la pérdida total ascendió a 118,779 plazas, una sacudida severa para un sector que prometía una nueva era con la relocalización de empresas.

En el norte del país se cruzan varias fuerzas que presionan la estructura laboral. La automatización reemplaza operarios por brazos mecánicos. El alza salarial en la frontera reduce márgenes. Y los aranceles estadounidenses inyectan incertidumbre en cada contenedor que cruza la aduana. A ello se suma la fiscalización mexicana, que mantiene suspendidas a cientos de compañías del programa IMMEX.

Robots en línea

Desde Ciudad Juárez, la Coparmex local confirma el cambio. La automatización y la Inteligencia Artificial alteran la maquila tradicional. Los robots colaborativos y los sistemas de mantenimiento predictivo elevan la productividad y reducen costos, pero también desplazan trabajadores. En la región, la tecnología se convirtió en un factor clave en la pérdida de empleos al asumir las tareas repetitivas.

Aunque la modernización impulsa la competitividad, deja un vacío: la falta de capacitación. El Barómetro de Confianza 2025 de Edelman revela que 72 % de los mexicanos percibe la carencia de habilidades tecnológicas como una amenaza a su seguridad laboral, solo superada por la recesión y las tensiones comerciales.

Desde el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) se reconoce el impacto, aunque con matices. El fenómeno no responde únicamente a despidos, sino también a la sustitución por trabajadores especializados, capaces de operar y supervisar nuevas líneas de producción.

Un salario en aumento

El salario mínimo en la frontera norte alcanza 419.88 pesos diarios, por encima del promedio nacional de 374.89 pesos. La política gubernamental apunta a mantener los incrementos durante todo el sexenio. Para las empresas, la presión salarial se combina con el encarecimiento de insumos y la volatilidad económica.

En 2025, el salario mínimo equivale a 8,480 pesos mensuales en casi todo el país, con excepción de la Zona Libre de la Frontera Norte, donde asciende a 12,771 pesos, según la Conasami. Desde 2019, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador inició una política de aumentos agresivos. “Nada de que en las maquiladoras van a estar explotando a los trabajadores”, dijo entonces el presidente. Ese año el incremento fue de 100 %.

El cierre de las plantas de Wrangler en la Comarca Lagunera refleja las consecuencias. La firma textil, con 25 años en México, cerró sus operaciones en Torreón, La Rosita, Coyote y San Pedro, Coahuila. Más de 3,600 empleados quedaron sin trabajo. El director de Desarrollo Económico en Torreón, Antonio Hernández, explicó que la medida responde a una reestructuración global motivada por los altos costos de operación y la intención de concentrar la producción en países con salarios más bajos.

El salario mínimo en la frontera norte equivale a unos 680 dólares mensuales, cifra superior a la de muchas provincias de China, el centro manufacturero del mundo. En Shanghái, por ejemplo, el salario mínimo mensual alcanza 378 dólares.

Aranceles

El sector enfrenta un entorno distorsionado que el propio Index describe como un “aflojamiento”. “El señor (Donald Trump) suelta los aranceles y luego se retracta. Así vivimos una incertidumbre constante. Las empresas detienen decisiones hasta entender cuál será la situación real”, reconoce su presidente nacional Humberto Martínez.

El Informe de Negocios Internacionales de Grant Thornton confirma la tensión. Las manufactureras mexicanas operan bajo presión por los nuevos aranceles, mientras los costos y la incertidumbre aumentan. La preocupación empresarial por la economía pasó de 42.4 % en el primer trimestre a 56.2 % en el segundo.

En las compañías IMMEX, los aranceles y el encarecimiento de insumos crean un doble desafío: sostener la competitividad exportadora y adaptarse a un entorno cada vez más regulado. Aun así, el sector conserva margen para transformarse mediante la adopción tecnológica y la diversificación de mercados.

Bajo escrutinio

El programa IMMEX, piedra angular del modelo exportador mexicano, atraviesa su propia crisis. Creado para permitir importaciones temporales libres de impuestos, siempre que los productos fueran transformados y exportados, se volvió vulnerable al abuso. Parte de los insumos terminó en el mercado interno.

La Secretaría de Economía endureció la supervisión. En 2025, más de 670 empresas fueron suspendidas, con auditorías centradas en los sectores textil, vestido y calzado, donde el contrabando domina más del 70 % del mercado. El secretario Marcelo Ebrard advirtió que el programa necesita limpieza: cada año se cancelaban cerca de 300 empresas, pero en 2025 la cifra se duplicó.

El propósito no es eliminar el programa, sino preservar su valor. Sin embargo, la transición resulta dura para una industria que enfrenta una tormenta perfecta: automatización, presión salarial, aranceles y vigilancia fiscal. México busca mantener su papel como epicentro manufacturero, pero el pulso industrial del norte late hoy con una intensidad menor.

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