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Bad Bunny usa gallinas en sus conciertos
Nunca me ha gustado Bad Bunny. Ni su música, ni su actitud. Siempre me ha parecido un artista sobrevalorado, que más que talento tiene un gran equipo de marketing. Pero lo que acaba de hacer en su residencia de conciertos en Puerto Rico me parece, francamente, una bajeza.
Usar gallinas vivas en sus presentaciones no es provocador ni artístico. Es cruel. Y sí, ya sé que hay gente que todo lo justifica con “es parte del show”, “es su estilo” o “así es el arte moderno”. Pero no. El sufrimiento de un ser vivo nunca debería formar parte de un espectáculo.
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Bad Bunny usa gallinas en sus conciertos
Me cuesta entender cómo alguien con tanto dinero, fama y recursos, no puede diseñar un escenario impactante sin necesidad de maltratar animales.
¿De verdad su imaginación es tan limitada? ¿No se le ocurre usar efectos visuales, tecnología, escenografía de primer nivel?
¿En serio tuvo que meter gallinas? que son seres que no entienden qué está pasando, que se estresan con el ruido, que están expuestas al caos del escenario, solo para llamar la atención.
Es claro que a Benito no le importa. Quiere ser el centro de todo, aunque sea a costa del bienestar de otros seres. Y esta no es la primera vez: el año pasado ya lo vimos llegar en caballo a uno de sus conciertos. Todo sea por el momento viral, ¿no?
La reacción de los fans de Bad Bunny
Lo peor de todo esto es el silencio del público. Miles de personas bailando mientras una gallina camina confundida por el escenario.
Nadie dice nada. Al contrario, lo aplauden, lo graban, lo suben a redes como si fuera algo digno de admiración y les parece gracioso.
¿Tan anestesiados estamos como sociedad? ¿Nos parece normal que se usen animales como si fueran props de utilería?
Lo que PETA denunció esta semana no es exageración. Es sentido común. Es empatía. Algo que al parecer, a muchos artistas y fans les hace falta.

La falta de ética de Bad Bunny
A veces me pregunto si Bad Bunny hace estas cosas porque realmente cree en ellas o simplemente porque sabe que van a generar controversia.
Y aunque su intención fuera la segunda, eso no lo justifica. Porque llega un punto donde ya no estás siendo disruptivo, sino insensible.
Hay una diferencia enorme entre provocar para hacer reflexionar… y provocar para generar morbo. Y Bad Bunny ha sobrepasado los límites.
La mayoría de las personas ve a los animales como alimentos, y es un tema complicado al tener 10 años como vegetariana; sin embargo, el hecho de que el sufrimiento de unas gallinas parezca divertido es ilógico; ¿podemos detenernos por un momento a pensar en que son seres vivos?
¿Deberías comprar boletos para ver a Bad Bunny?
Yo no compro boletos para sus conciertos, y ahora tengo una razón más para no hacerlo. Pero más allá de mis gustos musicales, creo que este tipo de acciones deberían encender una alerta.
Porque el entretenimiento no debería justificarse con todo. No todo vale con tal de ser “el más comentado”.
Los artistas tienen un poder enorme para inspirar, para educar, para sensibilizar. Y cuando lo usan para cosificar a otros seres vivos, lo único que inspiran es decepción y él no ha logrado una vez más.
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