Connect with us

Deportes

La BMV cambia el rumbo del Clásico

Published

on



El Madrid abre brecha en la tabla, pero es lo de menos. El equipo blanco se sacudió algunos de sus demonios, con el Barça de Flick, al que no derrotó el año pasado, y en un partido de alto voltaje. Jugó más y mejor que un Barça con demasiadas bajas, pero que se mantuvo gracias a sus medios, Fermín, Pedri y De Jong. Hubo poco de Lamine, que atrajo demasiados focos y no respondió a su propio desafío. Brilló la BMV, con la B por delante por el despliegue de Bellingham, y el Madrid se quedó un Clásico que remató en tangana, encendido por esas cosas que sobran de las vísperas. De aquellos polvos, estos lodos.

Fue la BMV la que Xabi Alonso sabía que El Clásico le medía más que cualquier otro partido. Sobre todo por los precedentes de alta exigencia, PSG en verano y Atlético hace un mes. De hecho, el derbi vació el tanque de confianza de la hinchada y de alguno de sus futbolistas (Carreras y Huijsen, especialmente), así que tenía miga su apuesta en la alineación. Blindó el medio con Camavinga, no arriesgó en el lateral manteniendo a Valverde y colocó a la BMV para desbordar al Barça. El equipo de Flick, que se ubicó en la zona de Prensa, no sorprendió porque no tenía muchas opciones, asolado por las lesiones. Y el inicio fue frenético. Erró por dos veces Huijsen antes del minuto sin que sacar rédito Rashford, y en la contra Vinicius cayó tras intentar chutar ante Lamine. Soto Grado interpretó penalti, Iglesias Villanueva vio falta de Vini al golpear al culé con el pie apoyado y convenció al árbitro.

Por si el cabreo del personal no era suficiente, presionó Arda a Fermín, le cayó a Mbappé y la volea del 10 desde lejísimos sorprendió a Szczesny. Tiraron las líneas y saltó el chivato. Fuera de juego. Por una uña. Todas caen del mismo lado. El caso es que el Bernabéu entró en ebullición, empujó a los suyos y comprimió al Barça, que sólo respiraba cuando la cogían De Jong y Pedri. 

Se esperaba a Lamine y apareció poco en el primer tiempo. Quien sí se desató fue Jude Bellingham. Parece otro desde el gol de la Juve. Trabajador y brillante, sirvió un pase diagonal exquisito a la espalda de la defensa culé para que Mbappé se quedara solo ante Szczesny y le batiera de tiro cruzado. Protestado por falta previa o saque de banda erróneo por el Barça, conste en acta. Conste también que, de no ser por el polaco, el Madrid, sin cadenas, habría agrandado la brecha. Sacó una a Kylian, otra a bocajarro de Huijsen, una de Vini a colocar y cerró con un blocaje seguro a Bellingham. De los mejores minutos del Madrid en el curso.

En ese apartado sigue estando Arda Güler, pese a pifiarla en el empate. Perdió en la frontal propia por la presión de Pedri, el faro del Barça. Sirvió a Rashford, pase atrás y Fermín, detectando el espacio como nadie, completó el empate. Si ya habían crecido los medios culés, el empate les agigantó. De hecho, Camavinga abortó con la cabeza una contra tres contra uno. Y ahí, en el runrún del Bernabéu, apareció Vinicius para escabullirse por su banda, doblar al segundo palo, devolver Militao y empujar Bellingham en boca de gol. Pidió el Barça falta de Huijsen en el braceo a Cubarsí, que cayó desplomado. Nada. 2-1 y a la ducha.

Se fue tocado Valverde, pero no entró Carvajal por él. Aguantó el uruguayo, se volcó Camavinga a la derecha para socorrerle y destapó el medio, donde siempre aparece Fermín. Tuvo una en la frontal, libre, pero remató al medio. Contestó Bellingham buscando la profundidad, acudió al cruce Eric y en el rebote impactó con el brazo extendido. Soto dijo que no era, insistió el capitán Valverde, no sacaron el córner y obligaron a Iglesias a revisarlo con cuidado. Chivatazo, monitor y penalti. Mbappé tomó carrera, se detuvo, aguantó Szczesny y sacó una mano espléndida para mantener vivo al Barça. Y pudo igualarlo en una contra de Fermín tras irse de Carreras, que no hizo la falta, y plantarse solo en la frontal. Tiró mal, flojo y centrado. Y era clara.

El aviso replegó al Madrid, que sufrió por la falta de aire. También confiaba en la contra definitiva. No aparecía Lamine Yamal, que parecía con problemas. Chutó una en la primera parte y no volvió a atreverse hasta mediada la segunda, ambas muy desviadas. Aparecía poco. Tampoco entraba mucho en juego Vinicius, pero se le veía enchufado. Con balón, claro. Sin él no participaba. Tal vez por eso decidió sustituirle Xabi por Rodrygo. Vini montó el pollo, cómo que me cambias. El Bernabéu empezó pitando y acabó perplejo, al ver por las pantallas el show del brasileño. Una falta de respeto a su entrenador y a su compañero, que en dos minutos corrió más en defensa que el 7.

El Barça hizo lo que le permitía su banquillo. Entró Araujo por Eric y Casadó en el medio, liberando a Pedri. Eso sí, trasladó a Fermín a banda, donde pierde eficacia. Tuvo más balón el Barça, pero sin generar llegadas claras. Al Madrid le anularon otro gol, por fuera de juego claro de Brahim. Y también falló  Así que el partido llegó vivo al tramo decisivo.

A los blancos se les hizo largo el partido. Había perdonado. Mucho. Se juntó, cerrando espacios de pase, y buscando la escapada de Mbappé. La tuvo Mbappé, al irse de Araujo y rematar cruzado, fuera. La tuvo también el Barça, en la mejor acción de Lamine en toda la función. Metió un globito diagonal desde la izquierda, a lo Pedri, que dejó a Koundé mano a mano con Courtois. Metió el pecho y se le fue el control. Clarísima. Prolongó nueve minutos Soto. Subió la tensión. Acabó expulsado Pedri por doble amarilla, tras írsele el control, y acabó aquello con tanganas antes y después del pitido final. Lamine jugó con fuego. Y lo pagó su Barça.



Continue Reading
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *