Colombia
Carlos Mata: “El éxito se llevó mis mejores años”

Alida Juliani
Madrid, 1 de enero (EFE) .- Casi cuatro décadas después del estreno de la telenovela ‘Cristal’, su protagonista, el venezolano Carlos Mata, reflexiona sobre cómo aquel fenómeno global le robó parte de su existencia y lo sumergió en un ámbito donde siempre se sintió como un “invitado”, hasta que decidió parar para no volverse “loco” y disfrutar de sus hijos.
“Lo que rodea la industria es lo que me cansa; las alfombras rojas y las ceremonias de premiación. Me han otorgado discos de platino, pero han quedado donde me los entregaron. No es que no los valore, pero lo que realmente me satisface es estar en un escenario, ya sea en un teatro, en un concierto o filmando una película”, manifiesta Mata (Valencia, 1952) en una charla con EFE en Madrid, donde vive con su actual pareja.
El venezolano arribó a la capital española hace unos meses, alentado por sus hijos – posee tres: Santiago, Christian y Carlos Javier, de su matrimonio con la actriz Marlene Maceda – tras residir varios años en Miami y sintiendo la necesidad de mostrarse auténtico ante los demás, “porque en el fondo uno anhela ser querido por lo que es, con sus virtudes y defectos, con sus demonios y ángeles”.
Esto lo expresa quien, en los años 80 y gran parte de los 90, pasó ocho años y medio sin tomarse un semana de descanso, sumido en una vorágine de grabaciones – después de ‘Cristal’, llegaron otras producciones como la célebre ‘La dama de rosa’ – y en conciertos a lo largo de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
No podía pasear por ninguna ciudad sin ser identificado. “Y en las primeras ocasiones que sucede, no voy a engañar, es un alivio para el ego, pero cuando eso empieza a ocurrir en cualquier lugar y no puedes ir al cine o a comer… lo que sentía era como una pérdida. Si no puedes disfrutar de la gente, te desplomas”, menciona.
“No es que sintiera aversión hacia las personas, sino que experimentaba rechazo porque no había posibilidad de conexión real, de mirar a los ojos a alguien y conversar y reír con ella”, aclara el venezolano, recordando momentos extremos como dejar de volar, “debido al bullicio que se generaba en el avión y en el aeropuerto”, o ver cómo los turistas en Broadway se detenían y descendían de los autobuses al reconocerlo.
El triunfo llegó sorpresivamente para Carlos Mata, quien nunca se consideró el galán, a menos que fuera por la escritora cubana de radionovelas Delia Fiallo, quien lo animó a aceptar el papel principal de Luis Alfredo Ascanio en ‘Cristal’.
“Carlos, me gusta tu estilo”, le comentó. “Y yo le respondía que conmigo como protagonista, la novela iba a ser un fracaso, pero ella persistía: ‘Créeme, llevo años en esto y un día me vas a agradecer'”.
Y así fue, aunque él nunca imaginó que sucedería. “La verdad es que nunca he valorado mucho lo que he realizado; siempre he mencionado que tuve la fortuna de que prácticamente me metieron como protagonista a la fuerza, porque si hubiese dependido de mí, no lo habría hecho”.
Mata reconoce todo lo que debe a las telenovelas, “porque además siempre me he divertido mucho haciéndolas”, y atribuye el éxito de las producciones pasadas y presentes en las grandes plataformas a una base común: el amor.
“Ese es el fundamento, independientemente de que le añadas narcos o explosiones. Es el mismo que tantas veces inspiró a Shakespeare, porque eso es una parte esencial del ser humano: el amor y todo lo que lo complica”, expresa.
A pesar de su extensa trayectoria en los medios audiovisuales, el venezolano aprecia especialmente el momento en que descubrió el teatro mientras estudiaba arquitectura, su experiencia en el Coro de Cámara de Caracas, del que fue miembro fundador, o la banda de rock que formó para divertirse con amigos.
“Es que nunca me he sentido como alguien de la farándula porque
“Esa no fue mi educación durante la infancia”, reitera.
Por ello, tenía dos deudas: una con el público, al que se presenta tal y como es en su producción autobiográfica ‘Desnudo con sombrero’, que ya ha llevado a otros países como Canadá, y otra con España, donde tenía planeado iniciar una gira internacional que fue cancelada por la pandemia.
“La intención es reiniciar en 2025 en Madrid”, menciona Mata, listo para continuar haciendo lo que le motiva a sus 72 años, “poder vivir de la profesión es un privilegio”. Pero “ahora disfrutando plenamente, sin presiones, no como antes”.