Economia
Ciudades intermedias impulsan el desarrollo y cierran brechas en competitividad
Por años, el desarrollo urbano en Colombia ha estado marcado por la sombra de grandes metrópolis como Bogotá, Medellín y Cali que han concentrado la atención política, económica y empresarial, dejando a las ciudades intermedias con el papel de seguidoras. Sin embargo, dos recientes mediciones muestran que esa narrativa empieza a cambiar.
Tanto el Índice de Ciudades Modernas (ICM), del Departamento Nacional de Planeación, como el Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) 2025, del Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario, coinciden en que el liderazgo de las regiones ya no depende exclusivamente del tamaño o del peso económico.
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Estos informes, revelados en las últimas dos semanas, pusieron en evidencia que hoy, los motores del desarrollo también laten con fuerza en ciudades medianas que están combinando innovación, sostenibilidad y buena gestión pública para cerrar la distancia con las grandes capitales; pese a los desafíos que hay por cuenta de las brechas de desarrollo.
En primer lugar, el Índice de Ciudades Modernas (ICM), que evalúa el desempeño de más de 1.100 municipios a partir de 36 indicadores agrupados en seis dimensiones como gobernanza, productividad, seguridad, sostenibilidad, ciencia y tecnología, y equidad e inclusión social; para 2025, mostró un avance generalizado, con un promedio nacional de 47,9 puntos, frente a un máximo posible de 100.
Desarrollo de regiones en Colombia Imagen de ChatGPT
Lo más relevante no es solo el progreso general, sino quiénes lideran ese avance, ya que según el DNP, Floridablanca (Santander) y Manizales (Caldas) encabezan el ranking nacional con 71 puntos, seguidas de Tocancipá (Cundinamarca) con 70; mientras que entre las capitales departamentales, Manizales, Bogotá y Bucaramanga comparten el podio con los puntajes más altos.
Estos resultados ponen en evidencia que el desarrollo territorial no es monopolio de las grandes urbes, y que la presencia de municipios como Floridablanca y Tocancipá en los primeros lugares es prueba de que los procesos locales de modernización y planeación estratégica que están transformando las dinámicas regionales.
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“El índice nos permite entender cómo evolucionan los territorios y orientar las políticas públicas hacia un desarrollo más equilibrado y sostenible”, explicó el DNP en el informe.
Por otra parte, las ciudades intermedias, aquellas que no son grandes capitales pero concentran un número importante de población, servicios e innovación, destacan especialmente en este indicador por su progreso en ciencia, tecnología e innovación (CTI), ya que Planeación Nacional señala que dicha dimensión fue la que más creció en 2025, con Tunja, Pasto y Manizales superando los 90 puntos.
Desarrollo de regiones en Colombia Imagen de ChatGPT
“En total, 41 municipios (3,6 %) alcanzaron un desempeño alto, mientras que 82,8 % seubicó en desempeño medio y 13,4 % en desempeño bajo. El promedio nacional fue de 47,9 puntos, mostrando un avance sostenido, aunque todavía existen retos en equidad territorial”, dice el reporte.
A nivel departamental, el liderazgo recae en Atlántico (62 puntos), Caldas (61) y Santander (60). Caldas, además, fue el departamento con mayor avance respecto a la medición anterior, impulsado por su apuesta en educación, tecnología y participación ciudadana.
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Competitividad: un juego más abierto
El panorama se complementa con los resultados del Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) 2025; una medición, enfocada exclusivamente en las 32 capitales de departamento que ofrece una mirada más económica, ya que analiza 13 pilares que incluyen entorno institucional, infraestructura, innovación, salud, educación, mercado laboral y sostenibilidad ambiental.
En el ranking general, Bogotá D.C. mantiene el primer lugar con 7,47 puntos sobre 10, seguida por Medellín (6,67), Tunja (6,24), Cali (6,18) y Manizales (6,08). Aunque las grandes ciudades continúan liderando, el ascenso de las intermedias es innegable.
Tunja conserva el tercer puesto gracias a su solidez en el sistema financiero y su entorno institucional, mientras que Manizales y Montería son reconocidas por su desempeño emergente en competitividad. En particular, Montería protagoniza el salto más grande del ranking tras escalar tres posiciones entre 2019 y 2025, impulsada por la diversificación económica y la mejora en infraestructura.
Desarrollo de regiones en Colombia Imagen de ChatGPT
“Queremos que este ejercicio contribuya a enriquecer el debate sobre los grandes temas del país desde un enfoque subnacional de competitividad”, señaló Ana Fernanda Maiguashca, presidenta del CPC.
A pesar de los avances, ambos estudios coinciden en que las desigualdades territoriales siguen siendo profundas. Por ejemplo, el ICM muestra una brecha de 12 puntos entre las ciudades y los municipios rurales dispersos y mientras las aglomeraciones urbanas alcanzan 56,1 puntos, los territorios más apartados apenas llegan a 44,4.
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Esa diferencia refleja para los expertos, desigualdades en acceso a servicios, conectividad y oportunidades productivas, lo que impide que el progreso urbano se traduzca de forma homogénea en todo el país.
En el ICC ocurre algo similar; ya que mientras Bogotá, Medellín y Cali se mantienen por encima de 6 puntos, las ciudades más rezagadas, como Inírida (2,87), Puerto Carreño (3,11) y Mitú (3,13), muestran un nivel de competitividad muy bajo, marcado por debilidades en infraestructura, acceso financiero y mercado laboral; dejando claro que la reducción de la brecha entre las mejores y peores ciudades en siete de los trece pilares es una buena señal, pero el desafío sigue siendo enorme.
Desarrollo de regiones en Colombia Imagen de ChatGPT
Con estos datos, se puede decir que tanto el DNP como el CPC coinciden en un cambio de enfoque que tenga en cuenta que el desarrollo urbano ya no se mide solo en términos de crecimiento económico, sino también de sostenibilidad ambiental y calidad de vida.
Leídos en conjunto, los dos informes trazan un retrato en el que Colombia se está volviendo más policéntrica, con polos de desarrollo que surgen en distintas regiones y si bien las grandes capitales mantienen su peso, las intermedias se consolidan como nodos estratégicos de articulación territorial.
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Manizales, Tunja, Floridablanca y Montería se han convertido en ejemplos de gestión eficiente, planificación urbana y conexión entre conocimiento y productividad; ya que cada una, desde su escala, está ayudando a equilibrar el mapa económico nacional. El reto, sin embargo, es convertir este impulso en convergencia sostenida.
DANIEL HERNÁNDEZ NARANJO
Periodista de Portafolio