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Colombia ante el desafío petrolero: ¿crisis o oportunidad?

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Imagen de referencia. Daniel Acker/Bloomberg

Foto: Bloomberg – Daniel Acker

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El petróleo arrancó 2025 con una montaña rusa de precios. En un escenario de incertidumbre global, factores como la desaceleración económica de China, el aumento de la producción en países no miembros de la OPEP+ y nuevas sanciones de Estados Unidos a la industria energética rusa han generado movimientos abruptos en el valor del crudo.

Según un informe de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, uno de los efectos inmediatos ha sido la imposición de aranceles al crudo canadiense y mexicano, lo que reconfigura el comercio petrolero en América. Para países productores como Colombia, este nuevo escenario abre una ventana de oportunidad, pero también expone riesgos que podrían comprometer su crecimiento económico.

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A finales de 2024, los pronósticos situaban la referencia Brent en US$75 por barril (dpb). Pero el endurecimiento de las restricciones contra Rusia impulsó los precios a más de 80 dpb, un nivel no visto en más de cuatro meses. Los analistas agregan que a esto se sumó un anuncio inesperado del presidente Donald Trump: la declaratoria de Emergencia Energética en Estados Unidos, con el argumento de que la insuficiencia energética ha afectado la producción, el transporte y el refinamiento de hidrocarburos, encareciendo su precio.

Con este decreto, el gobierno estadounidense ordenó agilizar exploraciones, extracción y refinamiento de crudo y gas, además de facilitar la construcción de infraestructura energética. La estrategia apunta a incrementar la oferta para reducir precios, pero al mismo tiempo genera tensiones comerciales y distorsiones en el mercado.

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El papel del petróleo colombiano para EE. UU.

El petróleo sigue siendo la base de la economía colombiana. En 2024, el sector representó:

  • 30 % de las exportaciones totales del país.
  • 18 % de la inversión extranjera directa (IED).
  • 7 % de los ingresos del Gobierno en la última década.
  • Más de 7 billones de pesos anuales en regalías, fundamentales para las regiones.

Sin embargo, para los analistas, el país enfrenta una situación delicada: mientras la demanda global de hidrocarburos se mantiene y otras naciones aumentan su producción, Colombia va en dirección contraria. La extracción de crudo cayó 0,5 % en 2024, pasando de 777.000 a 773.000 barriles diarios, y las proyecciones para 2025 anticipan un desplome de 4 %.

El informe detalla que este descenso responde a varios factores. En primer lugar, la falta de inversión en exploración y producción desde 2015. Además, se sumarían la carga tributaria y menor seguridad jurídica, los problemas de orden público en zonas petroleras y la negativa del Gobierno a adjudicar nuevos contratos de exploración.

A diferencia de otros productores que capitalizan el contexto global, Colombia pierde terreno en el comercio exterior. Sin exploración ni nuevos campos que reemplacen los pozos maduros en declive, el país reduce su capacidad exportadora y se aleja de un posible repunte económico.

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¿Puede Colombia beneficiarse del nuevo entorno comercial?

A pesar del panorama adverso, el reacomodo del mercado energético ofrece un resquicio de oportunidad. Con las restricciones al crudo canadiense en EE. UU., el petróleo colombiano podría posicionarse como un sustituto viable para refinerías estadounidenses, debido a sus características similares.

Actualmente, Colombia representa solo 3,2 % de las importaciones petroleras de EE. UU., pero este país sigue siendo su principal socio comercial en el sector, concentrando el 38% de las exportaciones de crudo colombiano.

El problema es que sin un aumento en la producción, Colombia no podrá aprovechar esta coyuntura, asegura el informe. Cada dólar menos en el precio del petróleo reduce en US$170 millones las exportaciones, afectando los ingresos fiscales y la estabilidad económica. Para compensar la caída en las exportaciones petroleras, se necesitaría:

  • Aumentar en 27 % las remesas.
  • Incrementar en 42 % las exportaciones manufactureras.
  • Subir en 51 % los ingresos por turismo.
  • Triplicar las exportaciones de café o multiplicar por 48 las de aguacate.

Ninguna de estas alternativas es viable en el corto plazo, lo que deja a Colombia en una situación frágil si no fortalece su sector de hidrocarburos.

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