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Comerciantes revelan datos preocupantes sobre el momento que viven almacenes y supermercados en Colombia

Un repunte parcial en las ventas del comercio minorista colombiano durante julio generó expectativas moderadas en el sector, aunque persisten señales de fragilidad en la recuperación. Así lo confirme el último informe de la Bitácora Económica de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (Fenalco). De acuerdo con este, el 38% de los empresarios reportó un incremento en sus ventas respecto al mismo mes del año anterior, mientras que el 39% observó estabilidad y un 23% experimentó una disminución.
La distribución de resultados refleja una mejoría respecto a meses previos, pero no logra disipar las dudas sobre la solidez del consumo interno.
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Al respecto, el presidente de Fenalco, Jaime Cabal, se mostró insatisfecho con las cifras y advirtió que la tendencia positiva debe analizarse con cautela. Según sus palabras, “en ese contexto, lo que hoy vemos es más una corrección estadística que una verdadera expansión del consumo”.
El dirigente gremial, que aceptó tener dudas debido al papel que ahora tiene el dinero que llega por las actividades ilícitas, señaló que, aunque el primer semestre mostró una trayectoria ascendente en las ventas, los datos no permiten hablar de una recuperación consolidada.
“Persisten preocupaciones en torno a la seguridad, en torno a la extorsión y por supuesto, a la incertidumbre política que está viviendo el país. Vale la pena anotar que el mayor gasto que se ha evidenciado en los hogares proviene, más que todo, del incremento notable, más del 27%, de las remesas internacionales, producto de la cantidad de colombianos que están saliendo mes a mes del país a radicarse en el exterior”, precisó.
Y dijo que también hay una corriente de recursos que proviene de actividades subterráneas o ilegales como la droga y la minería ilegal.
Las cifras oficiales del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) respaldan esta visión prudente. Entre enero y julio de 2024, las ventas reales del comercio al por menor registraron una caída acumulada del 1,7%. Dicho descenso evidencia que, pese a los avances puntuales, el sector aún enfrenta dificultades para retomar el ritmo de crecimiento previo.
Diversos factores estructurales continúan condicionando la evolución del comercio minorista. La baja confianza del consumidor, la incertidumbre en materia fiscal y la debilidad de la demanda interna limitan el dinamismo del sector, a pesar de los esfuerzos del Banco de la República por controlar la inflación (cerró en 4,9% anual en julio de 2025, según el Dane).
Por supuesto, dichas condiciones generan un entorno en el que la recuperación resulta vulnerable a cualquier cambio en el contexto económico.
En este escenario, las remesas enviadas por colombianos en el exterior adquirieron un papel central en el sostenimiento del consumo. El aumento de la migración en los últimos años incrementó el flujo de transferencias familiares, que hoy representan un soporte fundamental para millones de hogares. Así las cosas, las remesas contribuyen a amortiguar la caída de la demanda interna, lo que permite que el consumo no se deteriore aún más.
La economía subterránea introduce distorsiones adicionales en el panorama. Actividades ilícitas y de alto riesgo, como la minería ilegal, generan flujos de dinero que no reflejan el esfuerzo productivo formal del país ni contribuyen a la consolidación de la economía legal. La situación complica la interpretación de los indicadores y dificulta la formulación de políticas efectivas para el sector.

El informe de Fenalco también revela rezagos en el cumplimiento de metas presupuestales de los empresarios. El 39% no logró alcanzar ni el 90% de su presupuesto de ventas en el primer semestre, un 18% se ubicó entre el 90% y el 99%, el 26% cumplió con lo proyectado y solo el 17% superó sus expectativas.
Los resultados reflejan las dificultades que enfrenta el sector para adaptarse a un entorno económico desafiante.
De cara a los próximos meses, la cautela predomina entre los empresarios del comercio minorista. Una gran parte mantiene el optimismo, mientras que la mayoría espera que la situación permanezca estable y una minoría anticipa un posible deterioro en el corto plazo.