Economia
cómo construir un ingreso seguro en tiempos de baja natalidad

En un país que envejece aceleradamente, ahorrar para la vejez dejó de ser una recomendación y se convirtió en una necesidad urgente. Colombia enfrenta un desafío demográfico sin precedentes: menos jóvenes, más adultos mayores y una presión creciente sobre el sistema pensional.
“La base del sistema tradicional, en el que muchas generaciones jóvenes sostenían a una población reducida de adultos mayores, se ha erosionado con rapidez”, explica Daniel Mantilla, profesor y experto en pensiones de la Universidad de los Andes. “En los años 70, la tasa de fertilidad era de seis hijos por mujer; hoy está por debajo de 1,7. Cada vez menos trabajadores deberán sostener a más jubilados, lo que convierte al ahorro individual en un factor decisivo para una vejez digna”.
La baja natalidad y el aumento en la esperanza de vida están transformando la estructura poblacional del país. El resultado: más años de retiro y menos cotizantes activos. En este contexto, la estabilidad financiera dependerá cada vez más de las decisiones individuales de ahorro e inversión.
Los expertos coinciden en que el ahorro pensional debe entenderse como un proceso de largo plazo, planificado y disciplinado, en el que la constancia pesa más que los grandes aportes ocasionales.
El nuevo cálculo para semanas cotizadas debe hacerse con días calendario y no con meses de 30 días. Foto:iStock
Uno de los principales errores al planificar la jubilación es enfocarse únicamente en el saldo acumulado.
“Si a mí me dicen que tengo 100 millones en mi cuenta de ahorro pensional, tendría que ser actuario para entender cuánto representa eso en ingresos mensuales. Así no tiene sentido”, advierte Mantilla.
El experto propone que los fondos reporten la información en las mismas unidades en las que se pagan los beneficios: ingresos mensuales estimados. Esta métrica, más comprensible, permitiría que los afiliados tomen decisiones informadas sobre cuánto necesitan ahorrar para alcanzar una pensión suficiente.
Claves para empezar a ahorrar con propósito
En un entorno económico cambiante, el primer paso es convertir el ahorro en un hábito predecible. Estas son algunas estrategias recomendadas:
- Haga su propio “traductor pensional”: Solicite a su fondo una proyección del ingreso mensual que tendría al jubilarse. Este cálculo —no el saldo total— es el verdadero indicador de progreso.
- Automatice su ahorro: Programe un débito mensual hacia una cuenta o inversión. La constancia vale más que la cantidad.
Diversifique los instrumentos:
- Pensiones voluntarias, por sus beneficios tributarios.
- Fondos bursátiles (ETF), que permiten invertir en índices globales con montos bajos.
- CDT o bonos de renta fija, ideales cuando las tasas están altas y se busca estabilidad.
- Proteja sus cesantías: Considerarlas parte del ahorro para el retiro y mantenerlas en portafolios de largo plazo puede marcar una diferencia significativa.
Imagen de ahorro de referencia. Foto:iStockphoto
A lo largo de la vida laboral, el portafolio debe evolucionar gradualmente:
En las primeras etapas, se recomienda mayor exposición a activos de riesgo como acciones o ETFs diversificados.
Cerca de la jubilación, se deben priorizar instrumentos de ingresos predecibles, como renta fija, inmuebles o bonos ajustados a inflación.
En países como Brasil, los bonos de jubilación (Tesouro Renda+) ya ofrecen un flujo real de ingresos durante la vejez. Colombia podría adoptar modelos similares para diversificar las fuentes de ingreso postlaboral.
Para quienes aún no pueden invertir, el ahorro empieza por la salud financiera:
- Pague primero las deudas de alto interés, como tarjetas de crédito.
- Convierta pequeños montos en grandes metas, usando apps de microahorro.
- Redirija los “gastos fantasma” (como cafés o entregas a domicilio) hacia su fondo pensional o una cuenta de inversión.
- Considere la finca raíz como una forma de ahorro forzoso y patrimonio ajustado por inflación.
“Psicológicamente, uno tiende a postergar el futuro, pero en ahorro el tiempo es lo más importante. Es lo único que no se puede recuperar. Comenzar pronto es lo que más ayuda, más allá del tipo de inversión que se elija”, apunta Mantilla.
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