Colombia
Sentencian al copiloto de una patera “casi hundida” con 14 migrantes rescatados en las costas de Níjar (Almería)

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ratificado la pena de cinco años de prisión para el copiloto de una embarcación que transportaba a 14 migrantes marroquíes, quienes fueron auxiliados “in extremis” ya que la nave se encontraba a la deriva con la popa “semihundida” en el momento de ser localizada por Salvamento Marítimo.
El tribunal andaluz rechaza el recurso de apelación interpuesto por la defensa del procesado y mantiene la condena por un crimen contra los derechos de los extranjeros, tras la presentación de testimonios en los tribunales de Almería, que sugerían posibles irregularidades en su acta de nacimiento.
En este marco, se descarta que el procesado actuara como “cómplice” dedicándose exclusivamente al abastecimiento de la nave y al manejo del GPS, dado que el delito en cuestión no reconoce la coautoría material ni la complicidad según la jurisprudencia vigente.
Para el TSJA, el acusado y su colega “realizaron todo lo posible” para llevar a cabo la riesgosa travesía marítima en la que trasladaban a las 14 personas, quienes abonaron entre 6,500 y 7,000 euros por su pasaje en la embarcación.
Se señala que la combinación de sus respectivas funciones —el timón y el manejo del GPS y abastecimiento— permitió que la nave avanzara en su viaje hacia “el sueño de entrar en España”, en una “evidente conducta de apoyo a la inmigración ilegal”.
El acusado organizó, junto con otra persona ya procesada y otros desconocidos, el viaje desde las costas de Argelia. Días antes del 25 de mayo de 2023, comenzaron a preparar la salida de los migrantes de manera “clandestina”, manteniéndose ocultos en un domicilio en Orán antes de zarpar alrededor de la 1:00 de la madrugada desde una playa cercana a Mostaganem.
Los ocupantes de la patera partieron de las costas argelinas en una embarcación de apenas dos metros de ancho, impulsada por un motor de 115 caballos, tripulada por el compañero del acusado, quien se encargaba de la navegación y este último, quien asistía en el manejo del GPS y en abastecer el barco.
Antes de comenzar la travesía, el acusado solicitó a los migrantes que deshicieran de la documentación que poseían y se cubrió el rostro con un pasamontañas para evitar ser identificado.
Luego de varias horas de navegación, el motor empezó a fallar, disminuyendo la velocidad y permitiendo la entrada de agua en la embarcación. Al averiarse la bomba, los migrantes se vieron obligados a achicar agua “manualmente” mientras arrojaban bidones de gasolina por la borda para aligerar el peso, siendo necesarias hasta tres paradas.
RESCATADOS “IN EXTREMIS”
A pesar de sus intentos, el motor se detuvo y la patera quedó a la deriva durante varias horas, hasta que una embarcación recreativa en la zona alertó al Servicio Marítimo, lo que permitió el rescate de los migrantes por la Salvamar Spica alrededor de las 12:25 horas, a aproximadamente 3,71 kilómetros de la costa de San José, en Níjar (Almería).
Cuando fueron rescatados, todos los migrantes estaban agrupados en la parte delantera de la nave, dado que la zona de popa “se estaba hundiendo, siendo salvados in extremis”.
La sentencia también destaca las precarias condiciones del viaje, dado que, entre otros aspectos, el casco y la hélice de la embarcación estaban “muy deteriorados”, afectando su flotabilidad, lo que la hacía inapropiada para realizar un trayecto que supera las 85 millas náuticas.
Además, carecía de equipo de salvamento como chalecos salvavidas para todos los ocupantes, balsas o aros de salvamento. No contaba con balizas de señalización ni bombas de achique funcionales, así como tampoco con comida ni agua, compartiendo espacio con tres o cuatro garrafas de combustible de 30 litros cada una, lo que implicaba un alto riesgo de explosión.