Economia
¿Crece el gasto o se hunden las finanzas de Colombia? Análisis del Presupuesto General de la Nación 2026
Avanza el trámite del Presupuesto General de la Nación 2026, que asciende a $551,6 billones, mientras que el Gobierno aplazó la presentación de la nueva reforma tributaria para finales de agosto.
Aunque se había anunciado para julio, la nueva reforma tributaria del Gobierno Nacional será presentada a finales de agosto, según confirmó el Ministerio de Hacienda. El aplazamiento se produce en medio del análisis del Presupuesto General de la Nación para 2026, que ya fue radicado ante el Congreso.
El monto propuesto asciende a $551,6 billones, lo que representa un incremento del 7,3 % frente al presupuesto real vigente para 2025. El aumento, equivalente a $40,6 billones, ha sido cuestionado por expertos como Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública de la Universidad del Rosario, quien advierte que el gasto proyectado crecería hasta tres veces más que la economía.
Los antecedentes
De acuerdo con Amorocho, para entender la magnitud del incremento presupuestal es necesario partir del presupuesto aprobado para 2025: $523 billones, aunque con una renta real de solo $511 billones, tras el rechazo de la Ley de Financiamiento en diciembre de 2024. Esa diferencia dejó un presupuesto desequilibrado que aún genera efectos.
El nuevo presupuesto de $551,6 billones implica un incremento del 7,3 % frente a los $511 billones de renta real de 2025. El problema, explicó el experto, es que ese aumento es casi tres veces mayor que el crecimiento proyectado del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, que ronda el 2,7 %.
“Si se compara el crecimiento del presupuesto nominal del 7,3 % y se contrasta con el 2,7 % del crecimiento, el presupuesto del año 2026 estará creciendo aproximadamente tres veces más de lo que se dio en el presupuesto de 2025”, explicó Amorocho. De hecho, el propio Ministerio de Hacienda anticipó que el déficit fiscal pasará del 5,1 % del PIB en 2025 al 7,1 % en 2026, lo que equivale a un faltante de $38 billones.
Además, se estima un déficit adicional de caja de $19 billones, lo que obligará al Gobierno a buscar nuevas fuentes de financiamiento. Entre las opciones sobre la mesa están un nuevo cupo de endeudamiento por $38 billones y la posible aprobación de una reforma tributaria por $19 billones.
El gran protagonista
Uno de los aspectos más críticos del presupuesto es el crecimiento del gasto de funcionamiento, que se incrementará en un 23,1 %, es decir, casi 10 veces más que el crecimiento del PIB. Este rubro agrupa el pago de nómina del Estado, el funcionamiento de entidades y programas, muchos de los cuales no se han ajustado desde la pandemia.
Por su parte, el gasto en inversión crece un 6,91 %, apenas 2,6 puntos por encima del crecimiento económico proyectado. En contraste, el servicio de la deuda muestra una caída del 4,9 % respecto al año anterior, debido a que en 2025 se terminó de pagar el crédito de emergencia otorgado por el Fondo Monetario Internacional durante la pandemia bajo la modalidad de Línea de Crédito Flexible.
¿En qué se ha ido el dinero?
En medio de este panorama, el Ejecutivo ha dado prioridad a otros frentes, como la reducción en las tarifas de energía, un tema que avanza con la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), las empresas de electrificación y alcaldías. En cuanto a los combustibles, el precio de la gasolina sigue en aumento debido a la eliminación progresiva del déficit del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles. El componente diésel aún mantiene subsidios, a falta de un acuerdo final.
“Nuestra economía amerita una revisión también del gasto, además de pensar en la posibilidad de aumento de ingresos, como los que hablaba el ministro, de aumentar un cupo de endeudamiento de 38 billones de pesos para cerrar el déficit fiscal que sube de 5,1 % al 7,1 %, porque se lo está permitiendo el hecho de salirse de la regla fiscal con algo que se denomina una cláusula de escape, pese a que no están cumpliendo con los requisitos que la ley dice de que tienen que ser circunstancias subrepticias o sobrevivientes y no estructurales, como es la razón del déficit fiscal en Colombia, que viene de hace más de 51 años”.
Una salida más efectiva
Para el académico, una reforma tributaria inteligente “debería darse más bien por la revisión a las exenciones del IVA e indiscutiblemente tendría que darse sobre un compromiso ineludible de buscar una mejor gestión fiscal de la Dian y que, definitivamente, la lucha contra el contrabando y la evasión se conviertan en hechos concretos y realidades”.