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“Esto no va de medallas, va de dejar un legado”

Damián Quintero (Buenos Aires, 1984) está sin duda entre los mejores karatekas de la historia. Los datos le avalan: 131 medallas, 39 de ellas nacionales y 92 internacionales, tres oros en los Juegos Europeos, plata olímpica en los únicos Juegos en los que ha estado presente el kárate y número 1 del ranking mundial. Ahora, ha decidido decirle adiós después de un último baile en el Mundial de El Cairo (27 al 30 de noviembre).
Damián Quintero anuncia su retirada tras el Mundial de El Cairo
- Enhorabuena por una carrera histórica. ¿Qué le ha llevado a tomar la decisión de retirarse ahora?
- Son muchos factores, es una decisión meditada. Creo que ya es el momento. A nivel personal, tengo una ‘bebota’ en casa que quita mucho tiempo. Obviamente tengo 41 años, la edad ya pesa, cada vez me cuesta más recuperar. Tengo también otros proyectos profesionales en mente para los que el entrenamiento me quita mucho tiempo. Tengo eventos, tengo otro tipo de cosas y por supuesto la vida personal, que somos deportistas, pero somos humanos. También deportivamente ha llegado el momento, y qué mejor que poder retirarme en un Mundial, que a día de hoy para nosotros es lo más grande después de nuestra salida de los Juegos Olímpicos. Vivimos una época dorada entre 2016 y 2021, pero cuando volvimos de los Juegos se acabó la fiesta. He podido mantener el nivel gracias a mis patrocinadores privados, pero las becas… Para que la gente lo sepa, que muchas veces me escriben y se piensan que uno vive de una paguita, y no es así.
- Este año ha compaginado paternidad, televisión, vuelta a la normalidad y deporte. ¿Cómo lo definiría?
- 2025 ha sido un caos completamente. Salió la oportunidad de participar en un reality, que me hacía especial ilusión, sabiendo que hay que crear un contenido que no nos gusta y que por lo menos los deportistas no solemos estar inmersos en ese tipo de peleas. Me lo pasé bien y creo que llegó en el momento justo y adecuado, cuando estaba compitiendo poco, sólo Europeo y Mundial. Falté al de Europa de este año, pero no fue algo que me trastocara mucho. Y después, obviamente la paternidad es una locura. A mí me lo contaban y no me lo creía, pero físicamente agota. Tengo que dar gracias a mi mujer, que se ocupa. Sabe que estos últimos coletazos que me quedan a mí tengo que estar descansado. Aunque lo más grande para mí ahora es mi hija y esos momentos de relax, de estar con ella, son estupendos.
- ¿Qué consecuencias tuvo en usted su paso por la isla de Supervivientes?
- Físicamente la pérdida de peso, de masa muscular. Psicológicamente fue poner el cuerpo y la mente a un límite que nunca habíamos llegado. En el tatami he entrenado al 100% hasta a veces vomitar y desmayarme del cansancio, pero eso era otro nivel. Estar separado, no tener noticias de tu familia, del mundo en general, fue como volver al origen. Me ha hecho recapacitar sobre muchas cosas que tenemos en el día a día y que realmente no nos hacen falta. Me ha hecho crecer personalmente. A nivel físico, me ha trastocado un poco volver en verano, que es una época de excesos, pero ahora estamos bien, he recuperado el peso muy rápido. Sorprendentemente, creo que demasiado bien estoy físicamente. Me queda otro mes y medio para el Mundial y vamos en buen camino.
Damián Quintero, durante la entrevista en la redacción de MARCA.
- ¿Le han servido las pruebas de Supervivientes para mantenerse activo?
- A mí me gustaban los días de prueba: encima, sabiendo que hay una recompensa, que no es una medalla, pero es comida. Era lo mejor de la semana. Las pruebas, hay que decirlo, eran muy exigentes. La gente se pensaba que yo tenía ventaja, pero depende de mis habilidades. En los agarres era muy malo. Aunque realmente la exigencia deportiva que tengo yo y los entrenamientos son mucho más duros que el paso por allí.
- Saúl Craviotto, Ray Zapata, Damián Quintero… ¿Qué tienen los realities que llaman la atención de los deportistas de élite?
- A los deportistas se nos enseña a no hablar, y lo digo delante de un medio de comunicación, de género, de sexo, de política, al final tienes que ser una persona blanca. A ciertos perfiles nos gusta abrirnos y poder dar tu opinión, que es mi opinión, no quiere decir que sea la correcta. Es televisión, sabemos que es un show y hay que dar audiencia y sorprender en ciertos momentos, pero también somos personas y nos gusta estar ahí. Y otra de las cosas que no podemos hablar es del tema económico, pero eso es una oportunidad que te da visibilidad y a nivel económico te paga muy bien.
- En Supervivientes recibió la noticia de que la AMA había suspendido a Ali Sofuoglu por saltarse tres controles antidopaje, lo que le convertía a usted en campeón mundial de 2023 y europeo de 2024. Después, no obstante, el TAD le dio la razón a Sofuoglu, que conservó sus oros, aunque mantuvo una sanción de dos años. ¿Cómo ha vivido esta situación?
- Estando allí fue una alegría tremenda. Estuve dos noches sin dormir, entre el hambre y eso, dándole vueltas a cómo iba a celebrarlo, que por fin había llegado, aunque un poco tarde en mi carrera deportiva, esa ansiada medalla mundial individual. Después, cuando sale la otra noticia, mis palabras son que no lo entiendo. Como deportistas, nos enseñan a jugar limpio, el ‘fair play’ que se les llena la boca a los deportistas y a las instituciones como la WADA o el TAD. Lo único que sé es que yo soy un deportista que nunca ha fallado ningún control, nunca he tenido un positivo, he jugado con las reglas con las que jugamos todos los deportistas y las he acatado. Aquí hay otro señor que ha jugado con otra normativa. La Federación Mundial en su momento lo sanciona, y la ITA, que es la agencia que trabaja con ellos, le quita las medallas, pero el TAD dice que no. Algo no me cuadra, porque si te están sancionando dos años es porque te ven culpable de algo. Yo no digo que se haya dopado, pero ha fallado a la normativa de que tienes que estar localizable constantemente. Y él parece incluso orgulloso en redes sociales de que le hayan sancionado pero no le quiten las medallas.
Algo no me cuadra: te sanciono, pero no te estoy sancionando. Me entristece eso, porque todos los demás que competimos en esto jugamos con unas normas y hay una persona que jugó con otras normas y han fallado a su favor. También te digo una cosa, que lo que no veo lógico es que, siendo el mayor perjudicado dentro de esta escala, siendo el subcampeón del mundo, tú no puedas de alguna manera meterte en el proceso, poner una protesta encima de la mesa, o tener que tener un montón de dinero para irte a un tribunal federal suizo, que eso es una tremenda burrada.
Damián Quintero, con Juan Ignacio Gallardo, director de MARCA.
- Tiene oportunidad de sumar otro oro mundial en El Cairo en noviembre. ¿Qué expectativas tiene?
- Las de siempre: ir a por el oro. Es una oportunidad más y encima va a ser encima del tatami, que es donde realmente hay que ganarlo y que no te quiten esa alegría de subir al podio. Yo voy a dar el 100%. Mentalmente es un momento idóneo. Físicamente, pues los números 1 y 2 del mundo son chavales jóvenes. Hace poquito he escuchado una entrevista de Djokovic y él decía que a lo mejor para cinco sets no está para competirle a Alcaraz o Sinner, que son jóvenes, pero para tres sets, pues bueno. En el kárate no tenemos sets, pero mentalmente o de experiencia tengo mucho más que ellos, entonces encima del tatami puede pasar cualquier cosa.
- ¿Hay alguna medalla de su carrera que recuerde especialmente?
- La medalla olímpica. Nos dieron el caramelo y nos lo quitaron, era la única oportunidad. Antes de competir en Tokio, ya sabíamos que no estábamos en París, con lo cual los nervios fueron brutales. Sabías que, si no la conseguías, no ibas a tener otra oportunidad, por lo menos en mi caso, con la edad que tenía en Tokio, que eran 37 años. Es la joya de la casa, pero todas tienen una historia. Y espero que la próxima la pueda conseguir en El Cairo, que también tendrá su historia porque será la última. Nunca he llevado la cuenta. Cuando me retire, si echo la vista atrás veré el número exacto de medallas, pero ahora mismo el contador siempre lo he puesto a cero, porque me gusta estar concentrado en el objetivo, y el objetivo ahora es El Cairo.
- ¿Le ha costado mantener la ilusión por el kárate después de que saliera del programa olímpico?
- Al principio sí, pero ya no por salir del programa olímpico, sino por el cambio que hubo de entrenador, dentro de la Federación. Un año posolímpico para cualquier deportista es un año sabático, como que no te llena porque has tocado el Olimpo, sobre todo si vienes con medalla. Después de estar en un podio olímpico, los resultados sabían a poco. Pero 2023 me sorprendió mucho, porque a la gente le gusta mucho hablar, pero sorprendimos a todos en cuanto al rendimiento que supimos sacar. La gente pensaba que iba a desaparecer Damián Quintero, y todo lo contrario, Damián Quintero llegó mejor y siguió ganando medallas de oro, de plata y de todos los colores.
- ¿Y a nivel económico?
- Volvemos de Tokio con la medalla colgada del cuello y automáticamente te quitan la beca. No pierdes dinero, pero dejas de ganar mucho dinero. Ese dinero es una tranquilidad para ti, para levantarte todas las mañanas tranquilamente e irte a entrenar, no tener que estar trabajando con una agencia o trabajando por tu propia cuenta o con tu mánager para conseguir patrocinios. Al final es lo que hice yo para poder mantener el ritmo de sólo dedicarme a competir en el kárate. Gracias a Dios lo pude hacer y conseguí alargar mi carrera deportiva, si no, a lo mejor estaríamos hablando de que me iba a retirar hace tres o cuatro años.
- ¿Cómo se mantiene la motivación durante décadas de carrera?
- Poniendo el contador a cero y no echando la vista atrás en lo que has conseguido. Ahora no sé ni cómo estoy en el ranking, pero cuando estaba el número 1 tampoco lo miraba todos los días. Además, uno piensa y dice: ‘Si tengo 10 Europeos, pues vamos a por el 11; si tengo tres Mundiales, pues vamos a por el cuarto’. Ha llegado un momento en que la cabeza ha hecho clic y ha dicho: ‘Hasta aquí hemos llegado’. Yo lo noto. No te voy a decir que para El Cairo no tenga la misma ilusión, incluso más, pero es una ilusión de tranquilidad, de decir: ‘Este es el último y se acabó’.
- ¿Se le queda alguna espina clavada?
- Nunca lo he dicho públicamente y a lo mejor es el momento de decirlo. Creo que la medalla de oro en los Juegos Olímpicos la conseguí sobre el tatami. Para mí fui superior al japonés. Hubo otros factores que me hicieron no ganarla. Era imposible ganarla, porque las finales habían sido España y Japón tanto en categoría femenina como en masculina y eso no lo iban a concebir allí en Tokio, que dos españoles se llevaran el oro. Creo que esa es la única ‘espinita’. En el Mundial que fue después en Dubai, dos meses y medio después, también fui superior al de Japón. Al final, creo que esto no va de oros, platas y bronces, esto va de dejar un legado y es lo que más me interesa. Después de lanzar el vídeo ayer, estoy recibiendo mensajes muy bonitos, de gente que se ha apuntado a kárate gracias a mí, gente de 40 o 50 años a los que has inspirado. La medalla es lo de menos.
Damián Quintero, en la redacción de MARCA.
- ¿Confía en que el kárate pueda volver a los Juegos?
- Confío, pero no creo que sea muy pronto. Sabemos que en Los Ángeles ya no estamos, y en Brisbane, Australia no es un país que tenga mucha tradición de kárate. Sé que está trabajando la Federación Mundial, hace poco estuve en una reunión con el presidente y me dijo que estaban en ello, pero no lo veo. No sé si hará falta volver a ir a un país donde esté muy arraigado, aunque fíjate lo que pasó con París. Francia es potencia mundial y tampoco nos quisieron.
- ¿Qué proyectos tiene en mente ahora, tras su retirada?
- Estoy trabajando en mi programa online, lo quiero potenciar, estar más cerca de la gente para que vean lo que me ha funcionado a mí en la competición y copiar esos ejercicios o entrenar de esta manera. Me gustaría quedarme vinculado al mundo del kárate, porque creo que hay muchas cosas que mejorar. Sobre todo, habiendo sido un deportista que ha estado muchos años pisando el tatami, sabiendo lo que el deportista necesita. Quizá no me veo tanto como entrenador, pero sí me veo más como gestor. No sé si habrá oportunidad de estar dentro de la Federación o no. Tengo varias cositas en mente, algún otro proyecto privado que ya haremos otra entrevista para avanzarlo, pero relacionado también con el mundo del deporte.
- ¿Qué le diría al Damián de hace 20 años, el que empezó a competir profesionalmente?
- Que ha sido una sorpresa todo este camino. Ni me hubiera imaginado haber llegado a donde he llegado, ni me hubiera imaginado haber estado tantísimo tiempo compitiendo, ni haber vivido del kárate como vivo a día de hoy. Gracias a Dios, tuve una madre muy seria en cuanto a los estudios, que me daba collejas si no estudiaba, y saqué la carrera y gracias a eso empecé a trabajar, y con esos ahorritos me pude comprar parte de mi casa. Amaba el kárate desde que me enganchó con 6 años, y haber podido vivir de eso y disfrutar de lo que a uno le apasiona… Yo no sé si llamarlo trabajo, lo llamaría ‘gozadera’, porque al final es lo que te apasiona. Le diría al Damián de 20 años que confíe, que el futuro es muy bueno.