El Deportivo remata a un Zaragoza que no levanta cabeza

Ni efecto Rubén Sellés ni punto de inflexión con la victoria en Copa. El Real Zaragoza sigue agonizando y el Deportivo puso un clavo más en el ataúd del equipo maño. Son cinco derrotas consecutivas. Los goles de Mario Soriano y Mella y la actuación de Yeremay rompen la mala racha de los de Antonio Hidalgo que se colocan cuartos. Los aragoneses firman otro papelón en el Ibercaja Estadio y ya ven la salvación a siete puntos.

El partido comenzó sin parte del público que, previamente, se había concentrado para protestar contra los dueños del club. A los 10 minutos, entraron al campo y vieron como Toni Moya perdonó un mano a mano que salvó Germán Parreó. Aún así, los deportivistas eran los que llevaban la manija y Noubi se topó con el poste en un balón parado. Fueron las más claras de la primera mitad.

El descanso refrescó las ideas de los visitantes que en dos zarpazos trituraron las ilusiones locales. En una jugada de estrategia en una falta, Yeremay asistió a un Soriano que soltó un misil por la escuadra. El Real Zaragoza no supo reaccionar y vio como de nuevo Yeremay, en una cabalgada, le regaló de tacón el tanto a Mella. La afición estalló contra la directiva una vez más. 

El tramo final fue de absoluta impotencia zaragocista que suma 6 puntos de 36. El descenso a Primera RFEF cada vez es más evidente. Un club sepultado por las nefastas decisiones deportivas de sus propietarios. Mientras, los gallegos sueñan con todo.

Sentido homenaje a Jorge Casado

Jorge Casado, jugador cadete del Zaragoza que falleció el pasado lunes, tuvo su homenaje en su campo y con su equipo. Su familia y sus compañeros del cadete sobre el césped de Ibercaja, su camiseta y un ramo de flores en la grada, en sus asientos de socios, la grada aplaudiendo mirando al cielo y un minuto de silencio total, los jugadores de Sellés con brazaletes negros… Lágrimas en los rostros recordando al joven jugador.

Desde fuera el coliseo maño, los aficionados que se perdieron los primeros minutos y entraron al estadio más tarde en señal de protesta, también rindieron su homenaje a Jorge Casado, tal y como si estuviesen en su lugar en el estadio. En la grada del Ibercaja una pancarta en la que se podía leer: “Ahora el cielo es más blanquiazul”.