Economia
Destapan cifra billonaria sobre créditos en Colombia que sorprende mucho

Durante el primer semestre de 2025, FGA Fondo de Garantías respaldó créditos por más de $ 5.2 billones, beneficiando a más de 2.3 millones de colombianos a través de 4.3 millones de operaciones.
Este respaldo facilitó el acceso a créditos en distintos sectores, especialmente para perfiles que tradicionalmente enfrentan barreras para acceder al sistema financiero.
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De los créditos garantizados, 3 millones fueron en comercios, 987.000 para libre inversión, 209.000 para libranzas, 47.000 en tarjetas de crédito y el resto en productos como microcréditos y créditos educativos.
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En términos de entidades respaldadas, los bancos lideraron con $ 2 billones garantizados, seguidos por las fintech ($ 1.6 billones), el sector retail ($ 430.000 millones), compañías de financiamiento ($ 297.000 millones) y cajas de compensación ($295.000 millones).
FGA también informó que ha pagado más de $ 246.000 millones en garantías, cubriendo 176.000 créditos, lo que refleja su papel como fiador institucional y su compromiso con cerrar brechas de acceso al crédito.
Estos resultados representaron un crecimiento superior al 50 % respecto al mismo periodo de 2024. Con más de 28 años de trayectoria, FGA ha respaldado 27.7 millones de operaciones por más de $ 47 billones, consolidándose como un actor clave en el sistema financiero colombiano.
Por qué es clave tener créditos responsables en Colombia
El aumento del pedido de créditos en Colombia, cuando se realiza de manera responsable, es un indicador positivo para la economía del país y un reflejo de mayor inclusión financiera. Un mayor acceso al crédito significa que más personas y empresas están encontrando oportunidades para financiar sus necesidades, proyectos y planes de crecimiento. Esto se traduce en dinamismo económico, ya que al obtener recursos mediante préstamos, los consumidores pueden adquirir bienes y servicios, mientras que los emprendedores y empresarios pueden invertir en maquinaria, inventarios o expansión de sus negocios, generando empleo y movimiento en diferentes sectores productivos.
Además, cuando los créditos se otorgan de forma responsable, tanto desde el punto de vista del solicitante como del intermediario financiero, se fortalece la estabilidad del sistema económico. Un endeudamiento saludable permite a las personas cumplir con sus obligaciones sin caer en mora, mientras que las entidades financieras pueden continuar prestando recursos, manteniendo un flujo constante de capital. En este sentido, la educación financiera y los análisis adecuados de capacidad de pago son claves para que el crecimiento del crédito no se traduzca en sobreendeudamiento ni en crisis de cartera.
Otra ventaja del incremento en el uso de créditos es el fortalecimiento de la cultura financiera en la población. Al acceder a productos de crédito formal, los ciudadanos también se integran más al sistema bancario, construyen historial crediticio y aprenden a manejar sus finanzas personales de manera más planificada. Esto abre la puerta a futuros beneficios, como mejores tasas de interés, acceso a seguros, ahorro programado o incluso subsidios del Estado, todos asociados al comportamiento responsable con las obligaciones adquiridas.
Por otro lado, el crecimiento del crédito puede tener impactos positivos en la equidad social. Muchas personas que antes no eran consideradas sujetas de crédito, hoy pueden acceder a estos servicios gracias a mecanismos como los fondos de garantías, que respaldan a quienes tienen perfiles de riesgo medio o bajo historial crediticio.
Esto ayuda a cerrar brechas históricas en el acceso al financiamiento, permitiendo que sectores tradicionalmente excluidos participen activamente en la economía formal, ya sea como consumidores o como microempresarios.
En conclusión, que aumente el número de personas que solicitan créditos en Colombia es beneficioso si se acompaña de prácticas responsables. Significa una economía más activa, un sistema financiero más inclusivo y una población con mejores oportunidades para progresar, siempre y cuando el endeudamiento se maneje con educación, planificación y acompañamiento institucional.
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