Economia

EE.UU. declara que las sanciones no tienen como objetivo dañar al pueblo o economía colombiana, asegura Marco Rubio

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El sábado 25 de octubre de 2025, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, afirmó que las sanciones impuestas por Washington al presidente colombiano Gustavo Petro y su entorno no están dirigidas a perjudicar al pueblo ni a la economía de Colombia.

En una declaración realizada mientras se encontraba en tránsito entre Israel y Catar, Rubio subrayó que las medidas se orientan exclusivamente hacia un “líder extranjero” que el gobierno estadounidense considera hostil, y no a la nación colombiana en su conjunto. “Esto no es un asunto de EE. U. contra Colombia”, declaró Rubio. “Por eso no verán acción de aranceles. Por eso no queremos dañar la economía colombiana”.

¿Qué pasó y por qué?

El viernes anterior, el gobierno de los EE. UU. impuso sanciones contra Petro, su esposa, su hijo y el ministro del Interior colombiano, Armando Benedetti, acusándolos de permitir que el narcotráfico y grupos considerados “narco-terroristas” se expandieran en Colombia. Estas sanciones incluyen la congelación de activos en EE. UU. y la prohibición para ciudadanos estadounidenses de realizar transacciones con los señalados.

La escalada se produce en un contexto de deterioro de las relaciones entre Washington y Bogotá: el gobierno de Petro ha acusado a EE. UU. de realizar operaciones militares en aguas del Caribe sin coordinar con Colombia, lo que a su juicio vulnera la soberanía nacional. Por su parte, la administración de Donald Trump reprocha que Colombia no ha cumplido de forma suficiente su compromiso de erradicar cultivos de coca y frenar las rutas de tráfico de drogas hacia territorio estadounidense.

Implicaciones para Colombia

Aunque Rubio insiste en que no se pretende afectar la economía ni al pueblo colombiano, el solo hecho de sancionar al presidente y a su círculo cercano desencadena un aumento de tensión diplomática que podría tener efectos indirectos en diversos frentes:

  • Cooperación antidrogas: Colombia ha sido desde hace décadas un aliado clave de EE. UU. en la lucha contra el narcotráfico. El deterioro de esa alianza puede debilitar operativos conjuntos, intercambio de inteligencia y apoyos militares.
  • Inversión extranjera y mercados: Si los inversionistas perciben riesgo político-diplomático creciente, podrían voltearse hacia otros destinos, con efectos sobre las exportaciones y el crecimiento económico local.
  • Política interna colombiana: En el escenario de la campaña presidencial de 2026, la crisis diplomática y las sanciones podrían fortalecer discursos de independencia frente a EE. UU., polarizar al electorado y modificar alianzas políticas.
  • Relaciones bilaterales más amplias: Más allá de la cooperación antidrogas, Colombia y EE. UU. comparten temas de comercio, seguridad y migración; la desconfianza mutua puede repercutir en esos ámbitos.

Respuesta de Colombia

Desde Bogotá, el gobierno de Petro ha calificado las sanciones como una agresión a la soberanía nacional y una maniobra con motivaciones políticas internas en EE. UU. El presidente sostiene que su administración ha logrado cifras récord de incautaciones de cocaína y cuestiona que el interés norteamericano se centre exclusivamente en el consumo de drogas en su país.

¿Por qué EE. UU. insiste en que no afecta al pueblo colombiano?

Según Rubio, la ausencia de medidas como la imposición de aranceles a productos colombianos o sanciones económicas generales demuestra que la intención es limitarse al mandatario y su entorno, no a la economía nacional. De hecho, señaló que la relación entre EE. UU. y las instituciones civiles, policiales y militares colombianas permanece «fuerte y duradera». Sin embargo, cabe destacar que aunque EE. UU. evita sanciones directas al país, la incertidumbre diplomática sí puede generar efectos colaterales difíciles de contener.

Conclusión

La declaración de Marco Rubio busca contener el impacto político y mediático de una medida drástica: sancionar al presidente de un país aliado. No obstante, la crisis que se deriva tras estas sanciones abre interrogantes sobre el futuro de la cooperación bilateral, el papel de Colombia en la región y la influencia de EE. UU. en la política latinoamericana. Aunque a primera vista el pueblo y la economía colombiana no son el foco directo, el ambiente de tensión puede tener consecuencias tangenciales importantes.


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