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Luis Díaz y el doblete del olvido… (Opinión)
Para variar encontramos una excusa para la discordia: fuimos al bando de la persecución y la injusticia de una expulsión o al bando de la mala intención y el error imperdonable. Así, sin grise
Aunque entendieron todos en la cancha que no hubo una agresión de Luis Díaz a Hakimi y el propio Luis Enrique, DT de PSG, consideró que “es un deporte de contacto, es mala suerte”, en su país nos enfrascamos en una discusión que es más bien simple: juego brusco grave, entrada por atrás que pone en riesgo la integridad del rival, error obvio y manifiesto que justifica la sugerencia de revisión del VAR y el cambio de decisión de tarjeta amarilla a roja, que era lo justo, y fin de la historia.
Elegir la falta, despreciar el doblete
Es una entrada que es parte del juego y que es el riesgo con el que conviven todos los que eligen el fútbol como profesión. Ni más ni menos. Pero claro, es Luis Díaz y, en su país, jamás es suficiente.
Luis Díaz contra PSG. Foto:EFE
Lo insólito es que ahora que muestra un sacrificio en marca nunca antes visto en su carrera, los críticos se lo reprochan: ¿cómo es posible que no sepa marcar, que no mida el cierre, que no lance la pierna derecha en vez de la izquierda -o viceversa, da igual-, que no gane un duelo? ¡Como si el de enfrente no fuera el mejor lateral del mundo, como si el rival no fuera el campeón defensor de la Champions League, como si fuera pan de cada día ganarle a un equipo de Luis Enrique!
Luis Diaz vs Colonia. Foto:AFP
Porque es lo que se elige cuando se reemplaza el enorme mérito de un doblete al mejor equipo del mundo hoy en día, y en París que no es lo mismo, por la mala fortuna de un cierre mal ejecutado.
En cualquier otro país estarían hartos de elogiar una y otra vez su olfato para aparecer por el medio para abrir un partido durísimo apenas a los 4 minutos y nos tendrían agotados de admirar la agilidad para robarle la pelota a Marquinhos (uno de los mejores centrales del mundo) y enfilar al arco con el egoísmo del 9, sin mirar a nadie, para resolver y sentenciar al PSG que a todos les pinta la cara en Europa.
Luis Díaz vio la tarjeta roja Foto:AFP
¿Y si tomamos nota para la Selección?
Qué historia se contaría si en vez de liquidar al hombre más talentoso de la Selección Colombia gastáramos tiempo en ver de qué manera se reproduce un ecosistema como el de Bayern -o al menos lejanamente parecido- para aprovechar todo su potencial.
Qué tal si en vez de obligarlo a bajar la velocidad le proveemos un Gnabry que vaya a su ritmo en la salida y que lo asista o le resuelva, o si le damos un extremo derecho o un centro delantero que permanentemente le roten en las posiciones de ataque y confundan al rival abriendo espacios, o si le damos socios para explotar a pura precisión en velocidad su regate y su definición, si replicamos gente de ida y vuelta como Laimer o Kimmich, si nos hacemos cargo todos cuando se vista de amarillo en vez de dársela a él y esperar que lo resuelva todo y bien. Se llama hacer equipo y es la única garantía de éxito en una cancha. Pregúntenle a Argentina y a Messi…
Luis Díaz, figura del Bayern en París Foto:AFP
Es lo que somos: comprar el problema en vez de la solución y atacarnos en el proceso por lo uno y por lo otro. El segundo plano es el doblete porque amamos tanto la confrontación que no nos dice nada la evidencia. Y así nos va.
Jenny Gámez
Editoria de Futbolred.com
@jennygameza