En medio del calor y la emoción de Valledupar, Diomar García no pasó desapercibido. Mientras Silvestre Dangond volvía a los escenarios en su tierra natal, luego de un periodo de pausa, el empresario oriundo de Norte de Santander se movía entre camerinos, tarimas y transmisiones en vivo, revisando detalles, resolviendo imprevistos, asegurando que cada segundo del Festival Silvestrista fluyera como estaba planeado.
No fue una tarea menor. El evento reunió durante tres noches a miles de seguidores en el Parque de la Leyenda Vallenata, en una ciudad que vive el vallenato como un asunto casi sagrado. La apuesta era ambiciosa: un reencuentro con Juancho de la Espriella, una caminata con fanáticos, conciertos consecutivos, y una producción que implicó pantallas gigantes, equipos de audio de primer nivel y una sincronización que rozó lo milimétrico.
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“Queríamos que Valledupar no solo sintiera un concierto, sino una celebración completa”, dijo Diomar días después. Y lo logró. La prensa local reportó ocupación hotelera plena y un movimiento económico notorio. Para García, sin embargo, el éxito no es solo cuantificable en cifras, sino en emociones: “Ver a la gente cantar con lágrimas en los ojos, eso es lo que uno se lleva”.

Ahora, el reto cambia de escenario: Bogotá. La capital recibirá a Silvestre Dangond en dos fechas, el 29 y 30 de agosto, en el Estadio El Campín. El plan de Diomar García y su equipo es replicar —y superar— la experiencia de Valledupar, adaptándola a una ciudad con otras dinámicas. A diferencia de eventos anteriores que se limitaron al escenario, esta vez se prepara un montaje envolvente, que incluye tecnología de última generación en sonido e iluminación, invitados sorpresa, y una logística de acceso pensada para facilitar el ingreso a más de 40 mil asistentes por noche.
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El trabajo de García no empezó ayer. Antes de convertirse en el productor de confianza de Dangond, ya había coordinado grandes conciertos en ciudades como Medellín, Cali y Barranquilla. Fue uno de los responsables del regreso de RBD a Colombia, trajo a Bad Bunny en un show sin precedentes en el Atanasio Girardot y participó en la gira de Karol G por varias ciudades. Solo en Bogotá, el concierto de Karol G en abril de 2024 atrajo a 86,000 personas y generó un impacto económico estimado en 15 millones de dólares.


Además, su empresa, Diomar García Eventos, fundada en 2012, fue destacada por Billboard como una de las cinco promotoras de conciertos más importantes a nivel internacional en 2024, compartiendo categoría con gigantes como AEG Presents. Con más de 20 años en la industria, su nombre ya no está solo detrás de bambalinas; ha sido reconocido por su capacidad para resolver crisis en minutos, cumplir lo que promete y elevar el estándar de los espectáculos en Colombia.
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A diferencia de otros productores que operan desde escritorios, García viaja, recorre los sitios, habla con técnicos, artistas, seguridad y hasta con el personal de limpieza. Es un productor presente, con el oído en la música, pero los pies en el terreno.
Bogotá lo espera ahora. Y si algo ha demostrado Diomar García, es que cuando su nombre está detrás de un espectáculo, no se trata solo de un concierto. Se trata de una experiencia pensada hasta el último acorde.

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