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El nabo: una tradición escocesa con beneficios increíbles para la salud

En el núcleo de la tradición escocesa, los nabos tienen un rol destacado, particularmente durante la celebración de la Noche de Burns, que se realiza el 25 de enero. Este evento, en honor al poeta nacional escocés Robert Burns, se celebra con un banquete en el que el haggis (plato hecho de cordero, cebolla y harina de avena, entre otros ingredientes) se sirve con nabos y tatties (puré de papas).
A pesar de su inclusión en esta festividad, estos vegetales a menudo son pasados por alto. Como informó The Telegraph, los nabos, también conocidos como rutabagas o nabos suecos, ofrecen numerosos beneficios para la salud que deberían recibir más atención.
Según Scottish Scran, los nabos tienen su origen en el siglo XVII en Suecia, donde fueron desarrollados como un cruce con el repollo, adecuados para climas fríos. Su nombre en inglés, “swede”, proviene de esta conexión sueca, mientras que “rutabaga” proviene del sueco “rotabagge”, que significa “raíz abultada”.
Aunque puede ser laborioso prepararlos debido a su piel gruesa y textura dura, los nabos son un ingrediente versátil que puede hervirse, asarse o cocinarse en el microondas, ofreciendo un sabor dulce y ligeramente mantecoso.

Los nabos son un acompañamiento clásico y una excelente fuente de nutrientes esenciales. De acuerdo a The Telegraph, una porción de 80 gramos de nabo amarillo contiene cerca de 1,5 gramos de fibra, lo que favorece la salud intestinal al mejorar la digestión y aumentar la diversidad de microorganismos en el intestino. Además, un consumo regular de fibra se asocia con un menor riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer de colon.
La combinación de fibra y agua en los nabos puede ser útil para controlar el peso, ya que proporciona una sensación de saciedad, como explica el nutricionista Scott Baptie a un medio británico. Además, los glucosinolatos en los nabos, compuestos químicos con propiedades antioxidantes, contribuyen a disminuir la inflamación y protegen el corazón, además de estar asociados a la prevención de ciertos tipos de cáncer.

Un aspecto importante a destacar es su contenido de vitamina C, vitamina K y vitamina B6. Una porción de nabos proporciona alrededor de 15 miligramos de vitamina C, que apoya el sistema inmunológico al estimular la producción de glóbulos blancos. La vitamina K ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo, y la vitamina B6 favorece la formación de anticuerpos y combate la fatiga. Según la dietista Rebecca McManamon, consultada por The Telegraph, estos nutrientes hacen de los nabos un alimento ideal para toda la familia.
El nabo amarillo podría también ofrecer beneficios para la salud cerebral. Aunque no se ha estudiado en profundidad, McManamon mencionó que, al ser parte de la familia brassica, pueden proporcionarle ventajas similares a otros vegetales como el brócoli, la col rizada y el repollo, que son reconocidos por su capacidad para proteger contra el deterioro cognitivo. Estos vegetales son componentes fundamentales de la dieta MIND, orientada a conservar la función cerebral y prevenir enfermedades neurodegenerativas.

Adicionalmente, tienen un bajo índice glucémico, lo que significa que no inducen picos rápidos en los niveles de azúcar en la sangre. Esto los convierte en una opción ideal para quienes desean mantener estables sus niveles de glucosa y disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Según The Telegraph, esta característica los posiciona como una alternativa más saludable en comparación a otros carbohidratos, como las papas.
Aunque su preparación podría parecer desafiante debido a su dureza, los nabos pueden incorporarse fácilmente a diversas recetas. Según Scottish Scran, el primer paso consiste en pelarlos, retirando la piel gruesa y cualquier parte verde visible en la carne. Una vez pelados, se pueden cortar en cubos y hervir durante 15 a 30 minutos, dependiendo de la textura deseada. También se pueden cocinar en el microondas, un método coloquialmente conocido como “swede singing” debido al sonido que hacen durante la cocción.