¿En qué consisten los créditos biosostenibles para productores rurales en Colombia?

Frente a los retos planteados por el cambio climático en el agro colombiano, la financiación verde emerge como una estrategia esencial para transformar la agricultura.

Desde su lanzamiento en 2020, el Banco Mundo Mujer ha fortalecido el crédito agropecuario biosostenible, un mecanismo que combina objetivos productivos y ambientales para impulsar la sostenibilidad en el campo.

¿Cómo han evolucionado los créditos biosostenibles?

El crecimiento no ha sido menor. Según cifras del banco, esta línea pasó de representar apenas el 0,02% del total de la cartera en su primer año, a consolidarse con una participación del 5,24% en 2024.

Tan solo en el último año, el aumento fue del 40%, posicionándola como una de las líneas con mayor dinamismo en el portafolio de la entidad.

Carlos Julio Muñoz, gerente nacional de Crédito y Cartera, explicó que este tipo de financiamiento está dirigido a proyectos que incorporan criterios ambientales y sociales, lo que permite impulsar una producción rural más responsable y resiliente frente a los efectos del clima.

¿Para qué sirve el crédito?

El objetivo principal de este producto es apoyar modelos de producción que integren eficiencia en el uso de los recursos naturales, conservación de suelos, rotación de cultivos y acciones concretas para enfrentar el cambio climático.

“En un país con vocación agrícola, ofrecer créditos que valoren la sostenibilidad no es solo deseable, es necesario. Estamos viendo que más productores quieren apostar por prácticas que cuidan el suelo, el agua y los ecosistemas” , aseguró Plinio Valderrama, director de Sostenibilidad del banco.

Adicional a esto, este producto financiero también contribuye a cerrar brechas históricas de acceso al crédito en el sector rural, donde muchos pequeños productores han estado excluidos del sistema financiero tradicional.

¿Qué implicaciones tiene este financiamiento?

• Económica: permite que los productores mejoren sus ingresos sin sacrificar el entorno natural.
• Social: fortalece capacidades en zonas rurales al facilitar el acceso a recursos antes inaccesibles.
• Ambiental: mitiga la degradación del suelo y reduce los riesgos asociados a cambios climáticos, como sequías o inundaciones.