Economia
entrevista a Bruce Mac Master

A pocos días de la realización del 10.° Congreso Empresarial Colombiano (CEC) en Cartagena, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, hizo un detallado recorrido por el acontecer económico colombiano frente al cual se declaró poco optimista en que a estas alturas del actual Gobierno el país pueda alcanzar una senda de crecimiento sostenido.
En entrevista con EL TIEMPO, el vocero gremial se refirió, por ejemplo, al estado actual de las relaciones entre los empresarios y el Gobierno, al deterioro de la seguridad, a los constantes paros y bloqueos, así como a algunas razones que explican el crecimiento actual (remesas y café) y el volumen de impuestos que terminará pagando el sector productivo aún sin que exista una reforma tributaria, entre otros temas claves.
¿Las relaciones entre el Gobierno y los empresarios están en un punto de no retorno, es decir, están rotas?
No me atrevería a decirlo porque hay cosas que siguen fluyendo aunque con algunos obstáculos; hay 2 o 3 áreas del Gobierno con las que es imposible conversar. El presidente mismo (Gustavo Petro), digamos es una persona de difícil diálogo no solo con nosotros, incluso con sus ministros y subalternos, pero más allá de él, nosotros hemos venido trabajando con varios ministerios, quizás con el único que no tenemos casi ninguna conversación productiva es con el de Salud. Ahora, con la orden que dio la Corte Constitucional para que trabajemos conjuntamente en la definición de la UPC (Unidad de Pago por Capitación), aparece la obligación legal de sentarse a conversar con nosotros. Hubo una primera reunión ya, la segunda se levantó por falta de quórum el miércoles, pero ahí vamos a tener que conversar quiera o no el ministro. Si usted me preguntara, le diría que el escenario que nosotros hemos buscado y no renunciaremos es al de trabajar, no tenemos que volvernos amigos, ni almorzar juntos ni compartirnos la vida privada, pero tenemos la obligación de trabajar y para eso tenemos abiertos canales con varias áreas del Gobierno, algunas de forma muy productiva.
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¿Comparte la visión económica del balance presentado por el Presidente Petro?
Siempre he dicho que los mandatarios tienen la obligación de tratar de venderle buenos resultados a los ciudadanos en términos de su gestión, pero cuando uno entra a analizar las cifras ahí tenemos una inmensa discrepancia. Por ejemplo, en empleo uno no puede sacar pecho por lo que ha sucedido en los últimos años, una caída del desempleo contra la producción y el disparo de la informalidad, lo cual es una noticia muy mala para un país como Colombia porque produce pobreza, iniquidad, competencia desleal y le da muy duro a los hogares. De cada 10 nuevos trabajos, 7 son personas en condición de informalidad, entonces ahí tenemos una diferencia grande.
La informalidad ha venido creciendo en los últimos años, la tasa supera el 56 por ciento. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
¿Qué otros datos no le cuadran?
Tenemos diferencias grandes también alrededor de las cifras de pobreza que mencionó porque todos sabemos que hubo una gran cantidad de programas de lucha contra la pobreza que fueron eliminados y que afortunadamente mandatarios locales tomaron la decisión de reemplazar. En inversión pública pasa lo mismo, la están haciendo los entes territoriales, como por ejemplo, la del Túnel del Toyo en Antioquia, el Malecón y la protección costera que se realiza en Cartagena o el Metro de Bogotá que hasta ahora no ha sido fondeada con recursos del Estado.
Lo que tenemos en este momento es una economía con muchos problemas, que está en cuidados intensivos en cuatro o cinco frentes y si negamos esa realidad vamos a terminar nunca solucionando nada. Yo sí le haría más bien un llamado a que reconozcamos dónde están las debilidades para tratar de que este último año no se pierda. Colombia no puede seguir perdiendo el tiempo en materia fiscal, de salud, energética, en capacidad para generar o no seguridad y control sobre el territorio y en materia de relaciones internacionales. Colombia no tiene ninguna necesidad de crearse un nuevo diferendo con Perú cuando no somos ni siquiera capaces de controlar el territorio nacional.
Uno de los temas clave ha sido el deterioro de la seguridad que, incluso, los empresarios vienen reclamando con insistencia…
Todos sabemos que Colombia no es viable si no tiene seguridad por varias razones. La primera, porque sus ciudadanos no viven tranquilos y la tranquilidad es un bien inmaterial. La gente en el campo, en las ciudades pequeñas e intermedias está abandonada. Segundo, nosotros tenemos la obligación de generarle condiciones de certidumbre al sector productivo para que pueda ejercer sus actividades en forma tranquila. Miremos lo que ha pasado con el tema de los bloqueos, que de alguna forma se los inventaron quienes hoy en día están en el Gobierno porque de alguna manera fueron los líderes de lo que denominan el ‘estallido social’, pero que yo llamo paro nacional (2021). Cada día hay un nuevo paro y eso no permite que el país funcione bien, no tenemos como mover productos, es muy difícil operar sin seguridad.
El presidente Gustavo Petro y el ahora gestor de paz, Salvatore Mancuso Foto:Archivo
Me atrevo a reconocer que probablemente el Presidente tuvo una buena intención cuando habló de la paz total diciendo que esta no puede ser hecha solo con un grupo, eso lo entiendo y lo comparto. Pero si uno se encuentra con que la forma, la metodología y la aproximación que hay al problema no produce una solución rápida, hay que corregir el camino. La estrategia tiene que comenzar por fortalecer sus Fuerzas Armadas y de Policía, empoderarlos, por supuesto, muy dentro de toda la doctrina de Derechos Humanos y dentro de la ley, desde un Estado que tiene que ser la autoridad única en el territorio. Entonces mientras no tengamos eso, pues Colombia no será un país viable.
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Pareciera que los paros y los bloqueos son la única forma para que el Gobierno atienda las necesidades de muchos sectores en crisis..
Claro y existe el libre derecho a la protesta, el cual todos debemos proteger, pero lo que no puede ser es que sea un derecho ilimitado y desproporcionado, como viene sucediendo. Alguien que tiene un interés propio, en estos casos uno económico, individual o colectivo, siente que tiene derecho a afectar a toda la población y al final lo que se termina produciendo es una presión indebida, con efectos económicos graves, inclusive en términos humanitarios, frente al cual se termina cediendo con cosas que luego no somos capaces tampoco de cumplir. Entonces, tenemos que decidir hasta dónde ese derecho puede ser ejercido, cómo puede ser ejercido y si puede realmente afectar a toda la sociedad o no, porque también presionar a la sociedad conduce a que esta produzca condiciones incumplibles que van a generar un problema cada vez mayor.
¿Qué ha pasado con el Observatorio de Seguridad que se creó el año pasado?
Ese observatorio quedó instalado en el Consejo gremial y observa muchos temas, entre estos los bloqueos, las extorsiones que crecen mucho, también los secuestros, la inseguridad ciudadana, los homicidios y asesinatos. La situación no es buena, no podemos decir que Colombia está en una buena situación en este momento desde el punto de vista de seguridad. Y podemos caer en voltear la mirada hacia las fuerzas militares y de policía y decir por qué no están haciendo lo que deben hacer, pero lo cierto es que les han quitado los recursos necesarios para operar y si no se les brinda el apoyo suficiente, es muy difícil exigirles resultados, por lo que creo que ahí es donde tenemos el problema. No nos podemos quedar con una situación en la cual las fuerzas militares y de policía le bajan la presión a estos grupos, mientras estos van creciendo o apareciendo otros con una alta capacidad de atemorizar a la población. Vivir con miedo aún si tenemos alimentos, educación y salud, no es bueno.
Paro de mineros en Boyacá Foto:Harvey Medina
Y bajo ese escenario, ¿cómo están viendo las cifras de crecimiento económico este año?
Tenemos un crecimiento que por fortuna no está en los niveles de dos años atrás del 0,7 o del 1,7 por ciento del 2024. Este año los pronósticos nos ubican cerca del 2,5 o el 2,7 por ciento, vamos creciendo lentamente. Ahora, ¿es suficiente? La respuesta es no. Pero hay otra pregunta más interesante ¿qué tan sostenible es? Ahí hay que analizar de qué crecimiento estamos hablando, si este proviene de un mayor consumo y si las fuentes de esto no dependen de nosotros, como las remesas que reciben las familias —alrededor de 1.100 millones de dólares por mes—, si se mantendrán o no. También está el tema de la ‘bonanza cafetera’ que estamos viviendo debido a una buena cosecha, pero sobre todo a un muy buen precio en los mercados internacionales por libra, lo que le ha dado una mayor capacidad de compra a unas 600.000 familias. Hay un componente al que el Presidente le da más importancia y no es cierto que la tenga, y es la capacidad relacionada con el salario mínimo y sus elevados incrementos últimos que en parte ha impedido que la inflación baje más rápido, mientras el presidente presiona de manera indebida a la Junta del Banco de la República para que baje su tasa de interés.
¿En este momento comparten la prudencia que está teniendo la junta del Emisor para bajar esa tasa de interés?
Nosotros presionamos mucho al Banco (de la República) cuando las tasas estaban alrededor del 12 o 13 por ciento, es cierto, pero en este momento tiene varias razones para ser prudentes, la situación de las finanzas públicas, una inflación que no cede tanto y el hecho de que Colombia puede caer en una situación compleja de financiabilidad de los mercados internacionales, porque nos están percibiendo cada vez como un riesgo mayor. Así que el Banco nos ayudará con la prudencia que el Gobierno o que el Presidente en particular no está propiciando. El Emisor está está cumpliendo una labor muy importante de pesos y contrapesos y es muy grave cuando el Presidente lo acusa de intereses electorales, cuando lo desprestigia y busca poner a la ciudadanía en su contra.
La junta del Banco de la República mantuvo la tasa de interés en 9,25 % en su reunión de julio. Foto:Banco de la República
Retomando el tema del crecimiento, ¿qué otros elementos pueden hacer que no sea sostenible el crecimiento de la economía?
Bueno, que no tenemos una base de crecimiento sólida en el sector productivo. Ha crecido el agrícola y el Presidente con razón elogia las cifras, pero se deben especialmente al tema del café, 31 por ciento de crecimiento en el primer trimestre. Ahora, el Gobierno marchitó el relacionado con las obras de infraestructura y también al sector construcción, quitándole su apoyo y con la incertidumbre que ha generado. Entonces, nosotros tenemos que recuperar la senda del crecimiento económico, lo cual es un ejercicio muy sofisticado porque es multifactorial, donde se tiene que tener a la economía invirtiendo, a los empresarios produciendo, a los consumidores consumiendo y a la banca financiando, si no se dan esas cuatro cosas simultáneamente, no tendremos crecimiento económico.
Con ese panorama, ¿es posible que en el 2026 haya un crecimiento ligeramente superior al esperado este año?
Nada garantiza en este momento que tengamos un crecimiento que pueda ser muy distinto a la tendencia que hemos traído hasta ahora. Es más, si se llegaran a caer los precios del café y las remesas tendríamos un problema muy grande.
Cada mes en promedio ingresan al país remesas del orden de los 1.100 millones de dólares. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO
¿Cuánto tiempo le tomaría al país recuperar, por ejemplo, esa confianza inversionista que se ha perdido?
No solo la del inversionista, también la del consumidor. La confianza tiene que ser uno de los objetivos primordiales del próximo Gobierno, se lo insistimos mucho, su mejor política industrial y su mejor reforma tributaria es producir confianza, si usted logra esas dos cosas tendrá más inversión, más actividad económica, mucho más recaudo y más capacidad para que los colombianos demanden bienes durables y semidurables, pero el Gobierno no le jugó a eso nunca sino más bien a la construcción de incertidumbre .
Con eso el próximo gobierno no la tendrá nada fácil, entonces…
Tendrá una tarea muy difícil y si me pregunta si uno se encuentra con que quienes están hoy en el Gobierno se vuelven oposición y deciden utilizar la misma estrategia del 2021 Colombia tendrá muchos problemas derivados de los que está dejando este Gobierno. Frente a la ciudadanía estamos viviendo una situación compleja. Probablemente tendremos que hacer algunos sacrificios muy grandes, pero tienen que ser la base para para que la sociedad se estabilice.
¿Qué le dicen las cifras de la industria?
Toda la industria lleva cerca de 36 meses muy malos, con algunos crecimientos precarios, pequeños, con algunos sectores que a veces crecen, pero la industria en realidad ha sufrido un achicamiento importante durante los últimos meses y no hay razones o indicios que nos permitan ser optimistas de aquí en adelante.
Sectores de manufactura llevan 36 meses con un comportamiento negativo. Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO
El Gobierno volvió a presentar un presupuesto desfinanciado, vuelve a ser un mal mensaje para la economía…
A mí me gustaría entender bien cuál es la estrategia del Gobierno alrededor del tema del presupuesto, porque si tuvimos problemas con los 511 billones de pesos del año pasado, y no sé que tienen en mente cuando presentan un presupuesto de 557 billones y una reforma tributaria de 26 billones para una economía que está más apretada, más endeudada y en donde el gasto está creciendo a niveles exagerados. Creo sinceramente que vamos a tener que hacer un plan de choque muy serio para tratar de limitar cuánto puede gastar el Gobierno.
Usted dice que los empresarios están dispuestos a jugársela por la recuperación, se darían la pela con otra reforma tributaria que contuviera qué…
Muchas cosas, como por ejemplo, incluir a la gente, las empresas y los sectores que no pagan impuestos; debe tener en cuenta que hay empresas y sectores que no pueden pagar más, que están en el topes. Parte de lo que hay que definir es cómo queremos gastar la plata. Mire el endeudamiento como está, este año el país pagará cerca de 100 billones de pesos en servicio de la deuda y parte de eso lo estamos pagando, no solo porque el endeudamiento es alto, sino porque las tasas son muy altas. Colombia está pagando tasas absurdamente altas en los mercados internacionales derivado de nuestra estrategia de crear incertidumbre y eso lo cobran los mercados nos cobran eso. Entonces tenemos que ser confiables, y mientras no seamos confiables, nosotros vamos a terminar pagando mucho.
Finalmente, ¿cómo les ha ido con el anticipo de los impuestos?
Es muestra de una de una realidad muy dura que el Gobierno no tiene en su agenda principal el apoyo al sector productivo y por el contrario busca cómo extraer rentas permanentemente del sector productivo y no le importa que tengamos que asumir un costo inmenso que no estaba presupuestado este año. La realidad es que aunque no haya aumentado la tasa de renta, los impuestos que vamos a pagar en 2025 serán significativamente mayores a los que íbamos a pagar cuando inició el año, no hubo reforma tributaria formal todavía, pero vamos a pagar más impuestos y eso hará apretar al aparato productivo colombiano.