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Economia

¿Es rentable seguir invertir en educación superior en Colombia? Esto dice una experta

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Aunque los estudios superiores siguen siendo valorados en la sociedad colombiana, cada vez más jóvenes se preguntan si realmente vale la pena hacerlos.

En Colombia, cada vez más jóvenes se cuestionan si el tiempo y el dinero invertidos en un pregrado se traducen en mejores ingresos y oportunidades. La pregunta también abarca al posgrado, cuya relevancia ha variado con el tiempo.

“La rentabilidad ha cambiado en los últimos años. Antes, cursar un pregrado o un posgrado era sinónimo de un buen salario y motivaba a las personas; sin embargo, esto ha variado porque, en comparación con la formación técnica y tecnológica, existe una relación costo-beneficio a corto plazo. Esa es la ventaja”, explicó Mónica Mantilla, docente de la Escuela de Educación e Innovación de la Universidad Politécnico Grancolombiano.

Buscan formación más corta

Según Mantilla, los tiempos actuales exigen procesos educativos más breves y ajustados a la capacidad económica de los estudiantes. “Hoy, en la dinámica actual, resulta más acorde formar a las personas de manera breve y con una relación económica proporcional a esa formación. Los egresados necesitan trabajar y generar ingresos mucho antes de lo que planean, sobre todo por las dinámicas actuales de los mercados laborales”.

En cuanto a lo que exige el sector productivo, la docente señaló que “requiere estrategias que fortalezcan las competencias blandas, y muchas veces estas no se desarrollan. Entonces, la gente no está preparada para trabajar con otros, y allí hay una gran dificultad”.

Educación más costosa

Para quienes evalúan la inversión, el factor económico es clave. “Los jóvenes se hacen muchas preguntas porque quieren ver reflejada la inversión en su formación y el retorno de esa inversión. Si consideran que una formación es muy costosa y el retorno es bajo, deciden no estudiar”.

Por ejemplo, el más reciente informe de inflación para julio, emitido por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), indica que la educación es uno de los rubros que más ha subido entre 2024 y 2025, con un incremento del 7,56 %, superior incluso al de productos y bienes de primera necesidad como alimentos, salud y servicios públicos.

Persisten las brechas

Aunque la oferta académica ha crecido, persiste la brecha con el mundo laboral. “Tenemos mayores demandas en algunos perfiles que las mismas universidades pueden ofrecer al mercado. Por otro lado, un gran número de universidades forma a las personas en aspectos teóricos y no prácticos. Cuando ingresan al mercado laboral, los egresados encuentran que lo recibido en la institución les sirve muy poco”.

En lo que respecta a los estudios posteriores al pregrado, Mantilla afirmó que el posgrado sigue teniendo un papel importante en el crecimiento profesional. “Lo que ocurre es que ha disminuido su valor en comparación con lo que tenía antes y esto depende del contexto. Generalmente, ese tipo de posgrados tiene una gran efectividad en el sector público; para ascender necesitas un posgrado. En las empresas privadas prima más la experiencia: cuentan más los años trabajados o incluso se hace una homologación, es decir, se reemplaza el tiempo de posgrado por años de experiencia”.

Emprendimiento como alternativa

Mantilla planteó que la formación debe abrir caminos más allá del empleo tradicional. “Los escenarios de formación deberían, de alguna manera, potenciar el emprendimiento, donde logremos no formar a las personas para que sean dependientes de un empleo, sino que ellos puedan desarrollar sus propias actividades económicas”.

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