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España confirma su reinado en el pádel mundial
La Línea de la Concepción, con la disputa del Campeonato Europeo de Pádel, en el que España no llevó a sus principales estrellas, servía como prueba para ver cómo de cerca están el resto de países. El resultado ha sido muy claro: oro en el masculino y en el femenino arrasando en ambas categorías. Una realidad que evidencia el dominio nacional en este deporte y que se suma a los recientes éxitos en todas las categorías.
En menores, la historia fue todavía más rotunda. El pasado Mundial disputado en Reus dejó un pleno antológico: España conquistó el oro en todas las categorías (sub-14, 16 y 18), tanto por equipos como por parejas, en masculino y femenino. Ninguna selección fue capaz de arrebatarle un solo título. Los nombres de Curro Cabeza, Manu Castaño o Paula Ferrán son solo algunos ejemplos del talento que viene empujando desde abajo. Y por si fuera poco, en el Europeo Senior también se repitió la historia: dominio absoluto y un nuevo doblete que demuestra que España no solo lidera el presente, sino también el pasado y el futuro del pádel.
Esa hegemonía también se traslada al circuito profesional. Desde que Juan Lebrón se convirtiera en 2019 en el primer número uno del mundo nacido en España, el pádel nacional no ha dejado de crecer. Hoy, el dato habla por sí solo: 32 españoles y 39 españolas se encuentran entre los 50 mejores del ranking FIP, es decir, más del 60% de la élite mundial.
Ale Galán y Arturo Coello se llevaron la victoria en la Reserve Cup ante Lebrón y Tapia.
El país cuenta además con las mejores academias y centros de alto rendimiento del planeta. Jugadores y jugadoras de todos los rincones del mundo viajan cada año a España para formarse, aprender y dar el salto al profesionalismo. Entrenar en Madrid, Barcelona o Málaga se ha convertido casi en una obligación para cualquier promesa que quiera competir al máximo nivel. Esa concentración de talento y conocimiento ha creado un ecosistema perfecto para que el pádel español siga marcando la pauta.
Porque sí, el pádel crece en todos los continentes y cada vez más países se acercan al máximo nivel, pero hoy por hoy sigue habiendo una gran diferencia. En el futuro, ese reinado podría tambalearse, pero el presente dicta que España es la gran dominadora de este deporte.
La única espina clavada
Pese a todos estos éxitos, todavía hay una espina clavada. Es solo una, pero quizás la más importante de todas: el Mundial masculino. Contar con referentes de la talla de Arturo Coello, Ale Galán, Juan Lebrón o Paquito Navarro no ha sido suficiente en las dos últimas ediciones para llevarse el oro en esta categoría. Tanto en 2022 como en 2024, Argentina terminó coronándose. No cuenta con tantos jugadores en los puestos altos del ranking, pero los que tiene son auténticas estrellas, como Agustín Tapia, Franco Stupaczuk o Fede Chingotto. Además, dispone de menos jóvenes promesas, pero las que tienen poseen un enorme potencial, como Leo Augsburger o Tino Libaak.
Augsburger levantando con Libaak el Mundial de 2024.
En Dubái, España se adelantó en la gran final, pero los ‘Superpibes’ y la dupla Sanyo–Bela acabaron con el sueño. En Doha, la historia se repitió: ‘La Roja’ comenzó ganando, pero la albiceleste dio la vuelta a la eliminatoria tras imponerse a Lebrón–Galán y Yanguas–Paquito. Dos derrotas que aún escuecen y que mantienen viva la única cuenta pendiente del pádel nacional.
Porque si algo ha demostrado España es que domina en todas las categorías, en todas las edades y en todos los rincones del mundo. Pero la joya de la corona, por lo menos hasta 2026, sigue siendo de Argentina.