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Estas son las razones por las que Bogotá podría enfrentar un desabastecimiento de energía

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Bogotá consume unos 3.100 megavatios de los 3.500 con los que se abastece. Es decir, hay una diferencia de apenas 400, que debería ser mayor para una eventual reserva. Eso lo saben Grupo Energía Bogotáel mismo alcalde Carlos Fernando Galán y hasta las autoridades ambientales del país, pero hasta ahora nadie ha concertado una solución.

El problema de energía en la capital se ha discutido desde diferentes frentes. El más reciente fue un debate en el Concejo de la ciudad, donde el cabildante María Victoria Vargas Silva (Partido Liberal) Reúna a ciudadanos y autoridades para buscar una salida.

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Actualmente, en Bogotá se adelantan diferentes proyectos inmobiliarios, como Lagos de Torca al nortey de transporte, como la primera linea del metro y los dos Regiotram (Occidente y Norte), que exigen un importante componente eléctrico para funcionar. Ante un eventual desabastecimiento, estas obras se verían afectadas. De hecho, en Cundinamarca ya existen proyectos que han tenido que detenerse justamente por ese factor.

“Se van a retrasar todos esos proyectos y eso va a afectar, indiscutiblemente, la economía y la salud. No es un debate en contra de alguien; lo que queremos es una discusión que verdaderamente pueda dar como resultado soluciones concretas y que no nos lleve a un racionamiento con todas las consecuencias que sabemos que puede traer”, explicó el concejal Vargas Silva.

Estacion de energia. Foto:ENERGÍA

Aunque pensar en un desabastecimiento de energía parece un escenario lejano y hasta postapocalíptico, como se ha visto en películas, estaría más cerca de lo que se cree.

El pasado 15 de mayo, en el 17.º Congreso Anual de Energía de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen)el alcalde Carlos Fernando Galán fue determinante al asegurar que, si no se terminaba la construcción de tres importantes obras para la llegada de electricidad, la ciudad tendría problemas en 2026.

Tal como lo mencionado el mandatario en su momento, un abastecimiento adecuado de energía en la capital depende de apenas tres proyectos que podrían parecer sencillos; no obstante, son obras de las que se empezó a hablar hace unos 13 años y que hasta ahora no se han concluido, por lo que la solución estaría embolatada.

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Las obras a las que hace referencia Galán —y que también menciona la Empresa de Energía de Bogotá— son las líneas de transmisión La Virginia–Nueva Esperanza, Chivor II y Sogamoso (estas dos últimas a carga de dicha empresa). Todas debían estar listas entre 2015 y 2018.

A la fecha, Chivor II tiene un avance del 90 % en liberación predial, del 73 % en cimentaciones intervenidas, del 72 % en torres montadas y del 29 % en kilómetros de tendido.

Según informó la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) en mayo pasado, esta línea tenía dos trámites de modificación de licencia ambiental suspendida —uno en febrero de 2023 y otro en mayo de 2024— mientras se obtienen las sustracciones de reserva forestal, las cuales dependen del Ministerio de Ambiente.

Trabajos de energía Foto:Colombia

A su vez, la línea Sogamosoque busca robustecer el sistema eléctrico en Cundinamarca, Boyacá y Meta, tiene un 91 % de liberación predial, un 62 % en cimentaciones intervenidas, un 50 % en torres montadas y apenas un 8 % en kilómetros de tendido.

Sobre esta línea, la Anla indicó que tiene dos modificaciones de licencia pendientes por resolver (de agosto y diciembre de 2023). La primera espera la sustracción de reserva forestal (por parte del Ministerio de Ambiente), y la segunda requiere un pronunciamiento de la CAS (Corporación Autónoma Regional de Santander) sobre el Distrito de Manejo Integrado Regional Serranía de los Yariguíes. Superados estos trámites, la Anla retomaría las solicitudes.

Las líneas Chivor II y Sogamoso están suspendidas por factores externos a la Anla y que son competencia del Ministerio de Ambiente y de los jueces que resuelven las solicitudes interpuestas por ciudadanos que habitan en zonas de reserva.

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Por otra parte, la línea La Virginia–Nueva Esperanza, adjudicada a finales de 2016 a la empresa brasileña Alupar y que pasó por la región del Tequendama (Cundinamarca), ya cuenta con licencia ambiental. Sin embargo, aún está en trámite la licencia ante la Anla para el tramo La Virginia–Alférez, en el Valle del Cauca.

Estos tres proyectos, además de tener contratiempos con las licencias ambientales, también han enfrentado litigios judiciales, pues las comunidades argumentan que atraviesan reservas ambientales protegidas.

“No es que no queramos, o lo que nos han dicho, que ‘somos señores de plata que no queremos que nos pongan una torre en la finca’. No, para nada. Sabemos muy bien que la energía es necesaria para todo, pero no puede atravesar, por ejemplo, en el Tequendama, un patrimonio natural y cultural. En otros casos hay problemas con nacimientos de agua”, contó Carlos Alberto Cuervo Torres, habitante del sector de San Francisco, en inmediaciones del Tequendama, por donde pasa la línea La Virginia–Nueva Esperanzaque no ha podido avanzar hacia Bogotá precisamente por las reservas naturales que hay en su trazado.

Cada vez que el metro frene en una estación, generará una energía para el tren de al frente. Foto:MAURICIO MORENO

De acuerdo con la concejal María Victoria Vargasestas tres líneas en construcción son fundamentales para la capital, ya que las existentes, de sufrir alguna afectación en temas de conectividad, podrían generar graves problemas de abastecimiento energético.

“Las nuevas líneas son proyectos que llevan mucho tiempo en construcción y que hoy los bogotanos pagan en la tarifa del servicio de energía. Las líneas actuales ya no dan abasto para el crecimiento que tiene la ciudad; es como una autopista que sigue siendo igual de grande, pero por la cual pasan cada vez más y más carros. En temas energéticos, no hay forma de medir más potencia a esas líneas que tenemos”, indicó el concejal.

Por su parte, Iván Carrillo, líder de la ONG Rural y Urbanaubicada en la Sabana Centro de Cundinamarca —organización que ha hecho seguimiento al tema—, señaló que de ninguna manera se oponen al desarrollo, pues reconocen la importancia de la energía para la región.

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“Lo que se solicita es respeto por las comunidades. No es que se opongan al desarrollo, sino que buscan que se concerte con ellas cómo debe hacerse y se pide reevaluar la forma en que los trazados se han impuesto, porque lamentablemente están generando presiones muy fuertes donde hay nacederos”. y flora y fauna endémica”, indicó Carrillo.

MIGUEL CASTELLANOS

EN X: @LOQUEOLVIDO

EL TIEMPO

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