Economia

estos son los desafíos para cerrar la brecha

Published

on


El ahorro es la base de la inversión y, en consecuencia, del desarrollo y crecimiento económico sostenido. Sin embargo, en Colombia esta relación no ha logrado consolidarse. Según un  reciente análisis del centro de estudios económicos Anif, el ahorro doméstico ha mantenido una tendencia descendente durante los últimos años, pasando del 16,1 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2019 al 13,8 por ciento en 2024, el nivel más bajo entre las seis principales economías de América Latina. En contraste, México, Perú y Chile registraron tasas cercanas al 19 por ciento, mientras que Brasil y Argentina se mantuvieron por encima del 15 por ciento.

Esta debilidad limita la capacidad del país para financiar inversión productiva, advierte la entidad, que indica, además, que la formación bruta de capital fijo se mantiene un 10,7 por ciento por debajo de los niveles prepandemia, lo que refleja los problemas estructurales para movilizar recursos hacia sectores estratégicos. “La alta informalidad laboral —hoy por encima del 55 por ciento, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane)— restringe la capacidad de ahorro agregado y reduce el potencial de crecimiento de largo plazo”, advierte el centro de estudios.

LEA TAMBIÉN

A lo anterior se suma que la insuficiencia de ahorro interno obliga a depender del financiamiento externo, aumentando la exposición del país a choques internacionales. La evidencia, sostiene Anif, muestra que fortalecer el ahorro nacional, tanto público como privado, es esencial para sostener un crecimiento económico más robusto y menos vulnerable.

Rezago estructural

Los factores que impiden que el ahorro en Colombia tenga una mejor dinámica son de diversa índole. Para César Ferrari, superintendente Financiero, el de las familias es pequeño porque hay mucho consumo —representó el 76,6 por ciento del PIB en el primer trimestre del año—; en las empresas porque son poco competitivas, mientras en el Gobierno no existe, hay un desahorro debido a su situación fiscal.

Para el funcionario, si bien la tasa de ahorro del país (9,9 por ciento del PIB, con corte al primer trimestre del 2025) dista mucho de la de 2005 (18,6 por ciento), la misma se viene recuperando frente a la observada en 2022 (7,7 por ciento), según lo mencionó durante su presentación en el 36.º Simposio del Mercado de Capitales realizado por la Asobancaria a mediados de agosto.

Datos de la misma Superfinanciera indican que los saldos en las cuentas de ahorro crecieron en el último año terminado en agosto apenas 5,06 por ciento, los de los CDT 4,95 por ciento, mientras los recursos en los fondos de inversión colectiva (FIC), de  pensiones obligatorias y voluntarias lo hicieron en 13,2; 13,5, y 19,6 por ciento, respectivamente. 

Impulso digital

El escenario no es del todo pesimista. En medio de las dificultades estructurales, la digitalización está transformando la manera en que los colombianos gestionan sus recursos. Según datos del Dane, el ahorro bruto de los hogares alcanzó 38,1 billones de pesos en el segundo trimestre de 2025, un aumento del 11,7 por ciento anual, impulsado en parte por mecanismos digitales que automatizan el ahorro.

Desde IRIS, compañía de financiamiento, Isabel Palacio, su gerente comercial de CDT, explica que “las soluciones digitales están facilitando que los colombianos ahorren de forma automática, segura y con propósito”. Ya cuentan en esa línea con más de 6.300 clientes, lo que refleja la adopción creciente de canales en línea para productos tradicionales.


Foto:CÉSAR MELGAREJO /CEET

En el ámbito empresarial, Antony Gómez Arango, gerente comercial de la misma compañía, agrega que la digitalización también está llegando a las pymes: “Nuestra cuenta empresarial ciento por ciento digital permite a más de 3.500 usuarios optimizar su gestión transaccional y recibir rentabilidad por sus recursos”. Estas soluciones son clave en un país donde las pymes representan más del 90 por ciento del tejido productivo, pero donde el ahorro empresarial aún es incipiente.

La revolución del ahorro digital no se entiende sin las nuevas infraestructuras financieras. Para DataCrédito Experian, las billeteras electrónicas y el sistema de pagos interoperables Bre-B del Banco de la República son hitos en la transformación de la inclusión financiera. Hoy, el 55,5 por ciento de los adultos colombianos usa billeteras digitales, y más de 40 millones poseen algún producto de depósito.

“Las billeteras electrónicas y soluciones como Bre-B permiten que más personas ahorren con mayor inmediatez”, señala Camilo Garay, Líder de Consultoría de la firma. Este acceso inicial al sistema financiero es, además, un punto de partida para construir historial crediticio y acceder a productos de inversión.

Aunque el interés por las finanzas personales crece, los hábitos de ahorro siguen siendo frágiles. Según Asobancaria, solo 4 de cada 10 colombianos logran ahorrar de manera constante.

‘Revolución’ Bre-B Foto:iStock

La brecha del ahorro personal

Desde Colfondos, José Julián Martínez, su gerente de portafolio de pensión voluntaria, resalta que “ahorrar e invertir no significa renunciar a lo que se disfruta, sino tomar decisiones conscientes que construyan un futuro sólido y seguro”. En el último año, los aportes voluntarios crecieron 22,6  por ciento, reflejando un interés mayor por planificar el futuro financiero.

Colfondos enfatiza que el ahorro es solo el primer paso: consolidar hábitos y trasladar los excedentes a instrumentos de inversión permite que el dinero preserve su valor y genere rentabilidad. La educación financiera, subraya, es determinante para convertir el ahorro en patrimonio.

El bajo nivel de ahorro no solo se explica por los ingresos o la informalidad, sino también por la falta de educación financiera. Para María Clara Hoyos, presidenta de Asomicrofinanzas, “el ahorro es un componente esencial de la salud financiera, ya que les permite a las personas cumplir sueños, afrontar emergencias y proyectar un futuro más seguro”.

La comparación internacional ofrece lecciones útiles. En Alemania, comenta Meik Proescher, de la Sparkassenstiftung Alemana, “el hábito de ahorrar se enseña desde la infancia y se celebra cada 31 de octubre en las Cajas de Ahorro”. Esa práctica temprana convierte el ahorro en un valor cultural y no solo económico.

En Colombia, entidades como RapiCredit están enfocando esfuerzos en educación digital. “Hablar de ahorro es hablar de equidad y de futuro”, afirma su CEO, Daniel Materón, quien destaca que solo el 54 por ciento de los adultos tiene un producto de ahorro formal. La fintech promueve la alfabetización financiera como herramienta para romper ciclos de endeudamiento y mejorar la resiliencia económica de los hogares.

Educación y cultura financiera

La educación también pasa por las decisiones cotidianas. Desde Buscalibre, su director Juan José Daza recuerda que “ahorrar es una decisión diaria que abre la puerta a la tranquilidad y a metas más grandes”. El auge de los pagos digitales y el comercio en línea exige mayor disciplina para evitar fugas de dinero.

La educación financiera es un factor fundamental para inculcar el ahorro desde temprana edad. Foto:Cortesía

Asimismo, la plataforma GoTrendier advierte que, pese a un leve repunte del ahorro de los hogares en 2024, aún está lejos de niveles saludables. Sus expertos recomiendan planificar gastos, evitar compras impulsivas y aprovechar la economía circular, como la venta y compra de segunda mano, para liberar recursos.

El diagnóstico es claro: Colombia ahorra poco, y esa debilidad limita su crecimiento. Pero las tendencias digitales, la expansión de la inclusión financiera y una mayor conciencia sobre la planificación abren espacio para el optimismo.

Reducir la brecha del ahorro interno exigirá políticas que estimulen la formalidad, fortalezcan la educación financiera y consoliden mecanismos digitales confiables. La tecnología ha demostrado ser un catalizador, pero el verdadero cambio dependerá de que hogares y empresas conviertan el ahorro en un hábito estructural y no en una reacción coyuntural.

Cuatro tip para un ahorro sostenido

Expertos de Bancamía, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, entregan algunas recomendaciones para que ahorrar sea un hábito constante con diferentes productos de ahorro e inversión de acuerdo con cada necesidad:

  • Cuentas de ahorro y depósitos de bajo monto: pueden adquirirse en oficinas o por canales digitales. Estos productos permiten, además, administrar de forma fácil y segura el dinero y realizar pagos y compras. 
  • Ahorro con propósito (contractual): son cuentas en las que puede diseñarse un plan de ahorro con un monto fijo periódico y a un plazo determinado para cumplir un propósito específico como la educación de los hijos, vacaciones, la ampliación del negocio o la cuota inicial de vivienda. 
  • Cuentas de alta rentabilidad: distintas entidades ofrecen productos digitales de ahorro con tasas de interés atractivas para que los recursos crezcan de manera rentable. 
  • CDT (Certificados de Depósito a Término): para aquellas personas que ya cuentan con un excedente y no lo necesitarán en el corto plazo, los CDT permiten invertir a plazos desde 30 hasta más de 360 días, recibiendo a cambio una rentabilidad generalmente superior a la de una cuenta de ahorros tradicional. 

¿Cómo empezar a ahorrar?

  • Ponerle nombre al ahorro: es fundamental identificar un propósito claro, por ejemplo, ahorrar para la matrícula de un hijo o para comprar nueva maquinaria para el negocio. Las metas claras aumentan la motivación.
  • Separar las cuentas: un error común es mezclar el dinero del negocio, en el caso de los microempresarios, con el personal. Tener cuentas separadas ayuda a entender la verdadera rentabilidad del emprendimiento, a organizar mejor los gastos del hogar y a lograr mejores resultados en el propósito de ahorrar.
  • Priorizar el ahorro: la estrategia más efectiva es establecer un monto fijo para ahorrar, por ejemplo, destinar un porcentaje al ahorro (así sea pequeño, 5, 10 por ciento o más) antes de realizar todos los pagos y no intentar ahorrar solo lo que sobra a fin de mes.
  • La educación financiera como pilar del ahorro efectivo: contar con información clara y oportuna para tomar buenas decisiones financieras se ha convertido en una de los caminos clave a la hora de lograr consolidar un ahorro con propósito e informado.
  • Crear un fondo de emergencia: destinar un porcentaje fijo de los ingresos, por pequeño que sea, genera un respaldo para imprevistos y aporta tranquilidad.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Trending

Salir de la versión móvil