Colombia
Festival del Sancocho 2025 en Martillo, Atlántico

Martillo es un pequeño corregimiento del municipio de Ponederaen el departamento del Atlántico, que se alista para llenarse de humo, risas y aromas que evocan la memoria de la cocina caribeña.
Allí, donde las tradiciones se conservan entre el canto de los pájaros, todo está listo para recibir a los visitantes que llegarán este domingo a la cuarta versión del Festival del Sancochouna cita que exalta el sabor, el ingenio y la herencia culinaria del Atlántico.
En el corazón del pueblo, unas 90 matronas afilan sus cucharones y avivan los fogones de leña. Bajo carpas improvisadas y entre calderos enormes, preparan los ingredientes que darán vida a veinte variedades de sancocho, además de otras sopas y platos típicos que reflejan. la identidad del Caribe. En Martillo, cada olla tiene historia, y cada receta, una voz que viene de las abuelas.
Un pueblo que cocina su identidad.
Martillo no suele figurar en los mapas turísticos, pero cada año se convierte en un epicentro de sabores y encuentros. En su plaza principal, donde se realizará el festival, se espera la llegada de más de 7.500 visitantes.
El lugar se transforma en un “rincón del sabor”, como lo llaman sus habitantesdonde se mezclan la música tradicional, los cuentos de cocina y el bullicio de los comensales.
El “mute martillero” y el sancocho “La Conquista” son los platos insignia del evento gastronómico. Foto:Gobernación del Atlántico
Los asistentes podrán degustar sancochos de mondongo, costilla, guandú, gallina, cerdo, rabo, trifásico, mote, pato ahumado, pusandao y hasta de alverjas, entre muchos otros. Pero el plato estrella será el “martillero mudo”, junto al sancocho “La Conquista”, dos preparaciones que resumen el ingenio y la memoria culinaria del pueblo.
Eliécer Arrieta, fundador del festival, cuenta que la idea nació en 2022, cuando los visitantes de las fiestas patronales no dejaban de alabar el sabor del sancocho local. “Decían: ‘¡qué sancocho bacano, hagan un festival!’ y aquí estamos, con nuestra cuarta versión y los fogones encendidos”, recuerda. “El domingo no se cocina en casa, se almuerza en Martillo”.
De la leña al orgullo local
El festival no solo es una vitrina de sabores, sino también un motor para la economía local. Celia Pérez, gestora social de Ponedera, explica que se ha promovido el uso de productos cultivados por los propios campesinos. “Eso fortalece la cadena productiva y nos permite mostrar una cocina auténtica, donde el campo se sirve en cada plato”, afirma.
El sancocho es el plato insignia del evento gastronómico. Foto:Gobernación
Entre las matronas, la emoción se respira. Carmen Rúa, una de las cocineras con más trayectoria, defiende el uso del fogón de leña como símbolo de resistencia. “Sancocho sin leña no es sancocho. Ese humo es el alma del sabor costeño. En cada caldero se moldea el Atlántico con nuestras manos y el fuego vivo de la tradición”, dice mientras remueve una olla que humea al amanecer.
A un costado de la plaza, las familias organizan sus puestos con platos desde 15.000 pesos. Cada uno lleva su toque secreto, un gesto, una especie de firma que las distingue. “Aquí la gente prueba un bocado y recuerda su infancia”, dice Arrieta, convencido de que la memoria también se alimenta.
Música, cultura y tradición a fuego lento.
Lázaro Cotes, asesor de Patrimonio de la Secretaría de Cultura del Atlántico, asegura que el festival es una muestra viva de la identidad del departamento. “Estas manifestaciones populares conservan el patrimonio inmaterial y reflejan lo que somos. Por eso la Gobernación las apoya como expresión de orgullo colectivo”, señaló.
Ubicación del corregimiento de Martillo en el centro del Atlántico. Foto:Captura de pantalla
El evento contará con el acompañamiento de la Fuerza Pública y un plan de contingencia para garantizar una jornada tranquila. Desde el mediodía, la Fundación Fantasía de la Candelaria abre la agenda cultural con música de viento, comparsas y el tradicional baile Son de Pajaritouna danza ribereña del Magdalena reconocida por su elegancia y ritmo cadencioso.
El cierre estará a cargo de la Súper Banda de Colombo, junto a las presentaciones vallenatas de Manuel Villate y Samuel Morales, hijo del grabado Kaleth Morales. Así, entre música, humo y risas, Martillo se reafirma como el pueblo donde el Caribe se cocina con amor y se sirve con historia.







