Deportes
India gana un mundial femenino de cricket que puede impulsar un cambio social
 
De forma casi clandestina para los lugares los que el cricket no es un deporte de masas, o ni siquiera un deporte minoritario -prácticamente todos, salvo los del antiguo Imperio Británico y su zona de influencia– se ha celebrado durante el último mes el Campeonato del Mundo femenino de cricket. Pero en estos el acontecimiento ha sido vivido como un evento de gran alcance deportivo e incluso social. Tanto por sus peripecias organizativas como por el hecho de que por primera vez en la historia ha habido dos naciones ‘coloniales’ en la final (India y Sudáfrica), el significado sociológico del triunfo de las primeras y el hecho de que, como pasó en el recientemente celebrado mundial femenino de rugby, la audiencia haya batido récords.
La capitana india Harmanpreet Kaur se hace un selfie con sus familiares y aficionados.
Ocho han sido los países participantes: Australia, Inglaterra, Sudáfrica, India, Sri Lanka, Nueva Zelanda, Bangladesh y Pakistán. El país anfitrión iba a ser India, pero finalmente el torneo debió extenderse a la vecina Sri Lanka dado que el equipo pakistaní, por las eternas tensiones con India, se negó a disputar sus partidos en territorio de su país semienemigo, de modo que sus encuentro se ubicaron en Colombo, capital de Sri Lanka. Dado que las pakistaníes acabaron cerrando la tabla clasificatoria y no pasaron a la fase eliminatoria no hubo más quebraderos de cabeza con la sede de una posible final, que finalmente indias y sudafricanas disputaron en Navi Mumbai y que las locales ganaron por 52 carreras. 298/7 (50 overs) para India y 246 (45.3 overs) para Sudáfrica. Y ojo: India sufrió tres derrotas en la fase inicial y estuvo a punto de no pasar a las semifinales. A Pakistán le ganó por 88 carreras.
Harmanpreet Kaur y Shafali Verma celebran su triunfo.
Han sido 16 las cadenas de televisión ‘tradicional’ las que han transmitido el evento, además de varias plataformas de streaming. Tras los primeros 13 encuentros, ya se anunció que se habían alcanzado más de 60 millones de espectadores, seis veces más que la precedente edicion de 2022 con más de 7.000.000.000 de minutos en visualizaciones en todas las plataformas. El India-Pakistán del 4 de octubre tuvo un alcance de 28,4 millones de espectadores y 1.870.000.000 minutos de visualización. El India-Australia del 12 de octubre rozó los cinco millones de espectadores. La semifinal India-Australia alcanzó los 135 millones de espectadores sólo en streaming indio. La final estuvo en los 275 millones... poderosos argumentos en favor de la admisión del cricket como deporte olímpico. La plataforma JioHotstr transmitó los partidos de India en cinco idiomas: inglés, hindi, tamil, telugu y kannada, además de lengua de signos india.
Harmanpreet Kaur y Nonkululeko Mlaba
Pero con todo, quizá sea más importante el efecto del torneo en la línea del motor de evolución social que es el deporte. Las mujeres han sido protagonistas en algunos lugares en las que su posición social sigue siendo muy subordinada en relación al hombre. Durante el torneo dos jugadoras australianas denunciaron acoso sexual cuando transitaban solas por la calle. La policía india detuvo a los agresores pero un portavoz de la autoridad local señaló la responsabilidad de las mujeres por atreverse a pasear solas sin acompañamiento.
Aficionados en la final India-Sudáfrica
Han circulado opiniones sobre si la policía india hubiera actuado en el mismo caso si las víctimas no hubieran sido deportistas extranjeras famosas. En las redes sociales indias -en todos los lugares son parecidas- se ha animado con frecuencia a las jugadoras a cambiar el campo por la cocina, pero el hecho es este Mundial ha contribuido a visibilizar actitudes autónomas de las mujeres indias, de momento en la celebración de los triunfos.
Richa Ghosh, bateando.
Y se han conocido historias como las de Shafali Verma, que se cortó el pelo de niña para inscribirse en una academia que no las admitía o de Jemimah Rodrigues, que aprendió jugando con sus hermanos porque no había equipos femeninos en Mumbai. También está el caso de la sudafricana Nonkululeko Mlaba, a la que la federación sudafricana tuvo que proveer de un alojamiento cerca de los campos de entrenamiento porque debía realizar cada día desplazamientos largos y potencialmente inseguros.
La selección de Sudáfrica
Recordemos que hace no tanto que en el muy británico campo de Lord’s, en Londres, la ‘Catedral’ del cricket, las mujeres tenían prohibida la entrada. Hubo de votarse si la reina Isabel II podía asistir a un partido y pisar el césped. Corrían los años 80. En India el matrimonio sigue siendo obligado para las mujeres -y no digamos en Pakistán, con su tradición de matrimonios pactados entre familias-, pero el cricket profesional está difundiendo la imagen de mujeres independientes y exitosas.
Aficionados en la final
Es una evidencia el hecho de que el mercado deportivo potencialmente más importante está en India, un país que recordemos que quiere ser sede olímpica: su valor podría llegar a 130.000 millones de dólares en 2030, según un informe de 2024 de Deloitte y Google. De ahí todos los esfuerzos que se están haciendo por aclimatar deportes en India, del fútbol al rugby. Pero, de momento, el cricket es deporte rey.