Bárbara Hidalgo es una mujer formidable. Navega en soledad por las aguas de la costa Caribe en su yate valorado en cientos de millones, apenas unos días después de asumir la presidencia de Medusa, uno de los grupos empresariales más relevantes de Colombia. Sin embargo, la calma y el triunfo que envuelven a Bárbara, miembro de la familia más acomodada de su localidad, se desmoronan en un instante: una explosión la lanza al océano y, a partir de ese momento, se hace evidente que detrás del poder existen secretos que son un enigma incluso para quienes se encuentran en la cima.
Este es el trayecto que debe emprender Bárbara, interpretada por la actriz caleña Juana Acosta, en Medusa: necesita seguir los pasos de una versión anterior de sí misma y descubrir las razones y a quienes intentaron acabar con su vida. La nueva serie colombiana de Netflix constará de 12 episodios, fue filmada en Cartagena, Santa Marta y Bogotá; y es una producción que aspira a continuar con la línea de los éxitos nacionales que la plataforma ha promovido internacionalmente en el último año, como Cien años de soledad y Perfil Falso.
Con actuaciones de Manolo Cardona, Sebastián Martínez, Diego Trujillo, Carlos Torres y Mabel Moreno, Medusa se estrenará este miércoles en Netflix. EL COLOMBIANO conversó con Juana Acosta sobre su participación en la serie, la cual marca su retorno a Colombia tras haber residido durante 24 años en España.
La primera vez que revisó el guion de Medusa, ¿qué fue lo que más le impresionó de la trama?
“Lo que me cautivó enormemente fue Bárbara Hidalgo. Eso me enganchó mucho, pues me parece que es un personaje fuerte, con el que se podía experimentar mucho y creo que es un papel protagónico de esos que cuando llegan a la vida de una actriz, hay que disfrutarlo y eso fue justamente lo que hice.
Además, considero que es una historia bien narrada, que posee un guion consistente. Para mí era fundamental saber que iba a estar colaborando codo a codo con mi amigo Manolo Cardona –quien encarna al detective Danger Carmelo–, a quien conozco desde que éramos muy pequeños. Creo que tenemos una suerte tremenda de trabajar con actores que no solo son relevantes aquí en Colombia, sino en el mundo entero.”
Su personaje, Bárbara, enfrenta un trauma que la fragmenta completamente. ¿Cómo desarrolló esas dos versiones de ella misma?
“Eso me pareció extremadamente atractivo. Para mí, ese fue un añadido interesante de la historia porque tenía que interpretar casi a dos mujeres, pero ambas compartiendo la misma esencia.
Bárbara tiene un recorrido en la trama para acercarse a su madre y reconectar con su hija. Por eso siempre menciono que su viaje se relaciona con sanar su linaje femenino, mientras va descubriendo a esos personajes oscuros que forman parte de su familia. Se da cuenta de que también comparte muchas similitudes con ellos, más de lo que suponía. Entonces, son dos mundos: el presente y el pasado de Bárbara.
Asimismo, quisimos reflejar eso en la forma en cómo se viste, se peina, se maquilla, y cómo va desprendiéndose de todo ese artificio conforme avanza la historia.”
Su trayectoria la ha llevado a desarrollarse en el extranjero, especialmente en Europa. ¿Qué refleja Medusa sobre la calidad de las producciones que se están elaborando actualmente en Colombia?
“Creo que el mundo entero está ansioso por ver lo que se produce en Colombia. Eso es indiscutible.
Por ejemplo, con Cien años de soledad ha sido impresionante la acogida del público y la gente está realmente interesada en lo que hacemos aquí. Hay un gran talento en Colombia.
Para mí, regresar a Colombia y contar una historia colombiana con un elenco y un equipo de producción nacional ha sido un verdadero regalo. No tenía conciencia de cuánto necesitaba volver a Colombia. Mi alma anhelaba regresar y no era consciente de ello hasta que regresé e hice esta producción.”
