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Jude Bellingham vuela sin su armadura

Jude Bellingham vuelve a sonreír. En su fútbol, se nota. Ya no juega encorsetado, ni pendiente de un hombro que le recordaba en cada choque que aún no estaba libre. Ahora vuela. Sin armadura. Y al hacerlo, ha recuperado aquella versión luminosa que deslumbró al Bernabéu en su primer año de blanco. El inglés ha dejado atrás el peso que le frenaba y vuelve a ser el futbolista que contagia a sus compañeros y que manda sobre el césped.
Espero aprender todo lo que pueda. Intentaré pegarme a ellos, espero que no les moleste
Aterrizó en Madrid hace ya dos temporadas con la maleta llena de ilusión y talento. Se enfundó el 5 y comenzó un curso acelerado junto a Kroos y Modric, leyendas que caminaban hacia el final de su etapa. “Espero aprender todo lo que pueda. Intentaré pegarme a ellos, espero que no les moleste”, confesó en su primer día. Fue un máster intensivo que transformó su fútbol y lo llevó a otra dimensión.
Gol de Bellingham (2-1) en el Real Madrid 2-1 Barcelona
Una decisión que acabó con su paciencia
No sólo fueron los números (23 goles y 13 asistencias en 42 partidos), sino su forma de interpretar el juego. Su zancada y elegancia evocaban a Zidane, y su carácter enamoró al madridismo. Esa manera de morder el césped en cada acción… pero sin perder ni un ápice de brillo cada vez que tocaba el balón. El Madrid conquistó la Champions y Bellingham, clave en el esquema de Ancelotti, se coló en el Top-3 del Balón de Oro. Había tocado la cima. Pero lo más difícil en el fútbol no es llegar, sino mantenerse. Y ahí, donde muchos caen, Jude también tropezó. Pero su caso era diferente: una lesión en el hombro y la decisión de seguir jugando mermado durante meses acabaron pasándole factura.
Llevo un tiempo esperando y se me está acabando la paciencia. Quiero sentirme libre ahora, es agotador jugar con el cabestrillo
Llegó el Mundial de Clubes, última opción para salvar la temporada, y el inglés no quiso perderse el estreno de la nueva era blanca con Xabi Alonso. Forzó, aunque sabía que su cuerpo pedía pausa. “Llevo un tiempo esperando y se me está acabando la paciencia. Quiero sentirme libre ahora, es agotador jugar con el cabestrillo. Tengo programada una cirugía para después del torneo”, confesó para aliviar al Jude del futuro. La operación debía apartarle tres meses, pero su trabajo incansable acortó los plazos.
Más presente, más agresivo, más libre
Regresó antes de tiempo, sin estar del todo recuperado, y las prisas no perdonan. El primer golpe llegó en el Metropolitano. El físico no acompañaba y el fútbol, cruel, se lo recordó. Volvió a la sombra, decidido a recomponerse. Durante el parón de selecciones, pactó con su seleccionador quedarse en Valdebebas para recuperar sensaciones. El plan funcionó. “Ha ido mejor de lo que esperábamos tras el último parón. Jude es de sensaciones, de transmitir y de enganchar. Por eso ha hecho muy buenos partidos”, explicó el tolosarra.
“Estoy fuerte y positivo, probablemente en mi mejor estado físico desde hace tiempo”, avisó Bellingham antes del Clásico. Y lo demostró. Primero en el Coliseum, luego contra la Juventus y, sobre todo, ante el Barcelona. Más presente, más agresivo, más libre. Frente a los culés fue el madridista con más intervenciones (53) y disparos (5, empatado con Mbappé). También el cuarto en recuperaciones (5). Tres goles y una asistencia en sus últimos tres partidos y la sensación de que, ahora mismo, casi todo pasa por sus botas. En la última conexión entre Arda y Mbappé, fue él quien abrió el camino con uno de esos pases que rompen defensas y cambian partidos.
Trabajamos para que le llegue el balón ahí. Cuando lo encontramos en ese enlace, es más decisivo. Tiene calidad para bajar a la base y, algún día, jugará ahí
“Una cosa es la posición de Jude y otra lo que pasa antes de llegar a él”, explicó Xabi Alonso. “Cuando ha marcado su gol, es una muy buena posición para él. Trabajamos para que le llegue el balón ahí. Cuando lo encontramos en ese enlace, es más decisivo. Tiene calidad para bajar a la base y, algún día, jugará ahí. Hoy le hemos encontrado bien”. El 5 vuelve a ser un creador, con peso en la circulación y libertad para decidir. En esa zona, donde Xabi le imagina, Jude se está reencontrando. Y sin su armadura, Bellingham vuelve a volar.







