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Kyle Larson se lleva la mejor final nunca vista en la NASCAR

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La NASCAR 2025 quedará ya para siempre en el recuerdo de los aficionados al automovislimo tras una Championship 4 apoteósica. La carrera que decidía al ganador entre Denny Hamlin (Joe Gibbs), William Byron (Hendrick), Kyle Larson (Hendrick) y Chase Briscoe (Joe Gibbs) tuvo de todo… incluidos los cuatro protagonistas rueda con rueda luchando por la cabeza, literalmente, a menos de 30 vueltas para el final.

La épica victoria de una de las mejores finales de la historia de la NASCAR (por no decir la mejor) fue para Kyle Larson, el único con un título de todos ellos que ahora se convierte en multicampeón… cuando nadie daba un duro por él a falta de tres vueltas para el final. La historia parecía estar escrita para Denny Hamlin, el  “mejor piloto sin un título” de la competición (y también, seguramente, el mejor del año, con seis victorias). Lleva 21 temporadas buscando la Cup, con cinco presencias en la la final. Parecía que esta iba a ser… pero el destino le jugó, de nuevo una mala pasada. 

Fue una carrera en la que los neumáticos fueron protagonistas por su fragilidad. Multitud de pinchazos, que incluso afectaron a los favoritos (de hecho, a los cuatro) y condicionaron las estrategias. Y la victoria. Porque fue un pinchazo de William Byron, uno de los candidatos al triunfo, a falta de tres vueltas para el final lo que cambió el rumbo de la historia.

Los finalistas, protagonistas

La de 2025 ha sido una final auténticamente dramática, con los cuatro candidatos al título como protagonistas durante toda la carrera, rodando todos ellos en los puestos de honor, salvo cuando los problemas les golpearon. Que fue varias veces. Y siempre lograron remontar.

El más regular por rendimiento fue Hamlin, que fue el que tuvo el mejor ritmo de los cuatro candidatos si miramos la carrera en su global. Dominó los tres stages (en especial en la primera parte de los stints)…  y vivió su momento de drama particular en la parada posterior al segundo parcial. Ahí tuvo problemas con el gato que le relegaron a la undécima plaza para empezar la tanda final. 

El de Joe Gibbs Racing no tuvo muchas dificultades para volver a la cabeza gracias al gran ritmo de su Toyota. También había remontado su compañero Chase Briscoe, que pinchó en el arranque del segundo stagepara caer hasta más allá del 30º puesto… pero a falta de 100 vueltas ya estaba, como el resto de finalistas, en el top 10. 

Un primer gran giro de guion puso a Chase Briscoe y Kyle Larson contra las cuerdas pinchando en vueltas consecutivas bajo bandera verde, lo que les relegó a las posiciones 26ª y 27ª a poco menos de 100 vueltas.Parecían eliminados… pero aún quedaban muchos capítulos por escribir en la épica historia final de la Cup 2025.

Byron y Hamlin parecían entonces destinados a luchar por la corona. Los dos salieron de la que parecía la última parada, a falta de 47 vueltas, primero y segundo, con el de Hendrick por delante del de Joe GIbbs…  que le ganó la partida en la resalida. 

Hamlin parecia tener la carrera bajo control, con un arranque de stint muy poderoso en el que abrió hueco… pero hubo dos caution más que permitieron a Larson y a Briscoe volver a meterse en la pelea a base de arriesgar cambiando sólo dos neumáticos (y recuperando así segundos en las paradas)

Tras la primera fue cuando se produjo el momentazo que comentábamos al principio, con los cuatro candidatos en los cuatro pirmeros puestos… y en ‘four wide’ en una resalida de infarto. El que se llevó el duelo fue Hamlin, sin duda el mejor en todas las arrancadas… salvo en la más importante. La última. 

Porque hubo una más. La provocada cuando el de Hendrick iba directo al triunfo. A falta de tres vueltas Byron, segundo por entonces aunque lejos de Hamlin, se iba contra el muro tras un nuevo pinchazo que provocaba el Overtime (una relanzada a dos vueltas finales, con parada incluida). 

Ahí se produjo el movimiento clave: Larson optó por cambiar dos neumáticos por los cuatro de Hamlin (una decisión incomprensible ya que el #11 entró después y sabía lo que había hecho su rival) y eso colocó al #5 por delante y con cinco coches de distancia ante la última resalida. El califonrniano se marcó, además, un restart brutal por el exterior que le permitió llevarse su segunda NASCAR Cup de forma inesperada. La carrera la ganó Ryan Blaney… pero eso era lo de menos. 



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