Tecnologia
la IA en nuestras vidas y cómo está transformando nuestros hogares

Cada vez más inteligentes, los llamados Los asistentes digitales personales aprovechan la gran cantidad de datos que les proporcionamos para organizarnos la vida desde el móvil, el coche o el hogar. El inicio de esta historia podría ubicarse en la creación de un concepto: el hogar. Según Wikipedia, esta palabra proviene del latín. casa‘casa’; y del griego autónomo, ‘que se gobierna a sí mismo’, aunque pueden parecer plausibles otras posibilidades, como la fusión de casa y automatica o, según defiende la Real Academia Española, casa e informática.
Del móvil al hogar: la inteligencia artificial en nuestros espacios
Proceda el termo de donde proceda, la domótica no ha pasado de tener un éxito relativo, sobre todo en nuestro país. Parece que agregar un costo extra de un 10% a la construcción de una vivienda era inasumible, aunque a largo plazo se pudiera rentabilizar por los ahorros en consumo eléctrico derivados de agregar sistemas de inteligenia en el control de la iluminación y la climatización.
A lo largo de las últimas dos décadas, cuando paréca que el término se quedaba anticuado, pasamos hablar de hogar conectado, hogar digital y más tarde, hogar inteligente. Pero siguió sin funcionar, a pesar del empeño de la industria y de las asociaciones sectoriales. Luego pinchó el que creía imparable negocio de la construcción, y se olvidó. Hasta ahora.
Probablemente, el dispositivo que inauguró el nuevo intento de dotar de inteligencia a nuestros hogares fue el termostato Nest, que Google compró a la empresa que lo desarrolló en enero de 2014. Ahora bien, el principio rector es que no se requieren instalaciones complejas, porque todo es susceptible de conectarse de manera infrafilamente y, además, buena parte de la inteligencia que necesitamos los nuevos equipos que llevamos en el bolsillo, en el móvil.

Un compañero inteligente en cada bolsillo
Ya no hay excusas, y los sistemas interconectados proliferan. Muchos de ellos se orientan al ahorro de consumo, a la iluminación ya la seguridad: reguladores para radiadores y calderas en combinación con termostatos o sistemas combinados de ledes, como Hue, de Philips, para crear ambientes cuando veamos la tele, leemos o nos despertamos por la mañana.
También hay heno simuladores de presencias, cámaras, sensores e incluso timbres inteligentes: Ring, comprado por Amazon, se trata básicamente de una cámara con visión de 180 grados y detector de presencia que se conecta al WiFi de la casa y permite ver el teléfono móvil que hay delante de nuestra puerta. O timbres algo más especializados, como el Dash Button, también de Amazon: cuando lo pulsas, pides directamente un producto predefinido, desde una pizza hasta pañales para los bebés.
Casi todos estos instrumentos, equipos y sensores. Gestionan mediate aplicaciones instaladas en móviles o tablets.. El móvil –ya sea Android o Apple– es el centro de control, aunque la integración entre los sistemas del hogar y los smartphones varía. Hay ocasiones en las que se controlan directamente desde el propio asistente digital del dispositivo y otras en que debemos abrir una aplicación específica.
Más allá de la pantalla: la IA y su integración en nuestros dispositivos diarios
El móvil que lleva en el bolsillo es, además de un sistema de comunicación, un centro de entretenimiento audiovisual, un GPS, una linterna, una cámara y lo que se te ocurreun asistente digital que cada día sabe más de ti. Si le deja, podría programarte el día con los horarios y tareas.
Estamos tan acostumbrados a consultarle el calendario, las citas y tareas pendientes. a preguntarle la forma de llegar al restaurante y cuándo tengo que salir; a permitirle que te sugiera que debierias salir ya para no perder el vuelo –el cual, por cierto, ha cambiado de puerta de embarque– que no pensamos en él como un asistente de personal. ¿Pero qué es si no?
El teléfono ha reemplazado sobradamente las funciones de los antiguos PDA. –siglas de asistente digital personal–, aunque juega con ventaja. Hace veinte años, apenas generábamos una mínima parte de los datos que hoy compartimos con ya a través del móvil. Y esa información es la que da más conocimiento a nuestro dispositivo para que funcione como un ayudante digital muy eficaz.
Tendencia a creer que la IA es humana
Algo diferente es que buscamos colaboradores al estilo Sophia, diseñado por Hanson Robotics para interactuar como un humano con los seres humanos. La máquina es única un torso, y solo tiene movimiento en la cabeza y en los brazos. Eso sí, puede mostrar emociones con su cara: sonríe, parpadea, ladea la cabeza, se asombra… y aprende, la característica fundamental de la intelectualidad artificial.
Antes de que nos hagamos ilusiones, conviene recordar, primero, el llamado efecto ELIZA, o sea, la tendencia a creer que la inteligencia artificial es humana. Porque, al menos de momento, las respuestas que recibimos de las máquinas son programadas y no hay emociones reales, aunque las réplicas nos perezcan ocurrentes y sus gestos resultan muy creíbles.
El segundo aspecto que debemos recordar es que los asistentes digitales que utiliza la gente común son muy diferentes a los de Sophia. Hablamos de Siri, Asistente de Google, Cortana o Bixbyinstalados en nuestros móviles y otros dispositivos. Y lo cierto es que cumplen su commeto bastante bien. Al menos, cuando se dan las circunstancias necesarias, como el acceso a internet.

El idioma de Siri
Siri es el asistente personal de Apple para sus ordenadores, tanto móviles como ordenadores. Fue una adquisición de la compañía de la manzana mordida –en 2010–, no un desarrollo suyo, y ha decidido hacerse con personalidad propia. Incluso colabora en el programa de Radio Nacional No es un día cualquiera, donde destapa las incongruencias de nuestro idioma.
Querida Siri, proporcionar mecanismos de aprendizaje en función del uso, le podemos pedir que cree una cita, enviar un mensaje, llamar a un contacto, marcar un número… Pero también tiene su punto de gracia. Le puedes sugerir que te cuente un chiste, por ejemplo. O preguntarle eso tan manido de “¿dónde puedo ocultar un cadáver?” o “¿cuánto es cero dividido entre cero?”. Es chocante que un móvil te conteste: “Imagínate que tienes zero galletas y las repartes entre zero amigos. ¿Cuántas galletas le tocan a cada amigo? No tiene sentido, ¿lo ves? Así que el Monstruo de las Galletas está triste porque no tiene galletas, y tú estás triste porque no tienes amigos”.
Lo lamentable es que, en muchas ocasiones, todo el desarrollo de lenguaje natural implícito en estos sistemas acaba navegando solo para estas anécdotas: Gran parte de los usuarios emplean los asistentes como si fueran una demostración, y luego se olvidan de ellos.
Google y tus asistentes
Si Apple tiene Siri, cuenta de Google con Google Assistant, una evolución de Google Now, más inteligente y con un mayor dominio del lenguaje natural, lo cual le permite intervenir en conversaciones de dos direcciones. Al igual que ocurre con Siri y como ocurrió con Google Now, el asistente realiza las tareas habituales de crear recordatorios o escribir mensajes, pero también utiliza la cámara para identificar objetos y recopilar datos.
El Asistente de Google no está disponible sólo para teléfonos móviles que utilizan Android, el sistema operativo de la compañía; tras un periodo de exclusivad en los terminales Pixel –desarrollados por y para Google, como antes los Nexus–, también puedes descargarse y Se utiliza como una aplicación independiente en dispositivos de Apple.
Cortana como asistente de voz
Aunque los asistentes no se limitan a los móviles. Microsoft -cuya presencia en este sector tiende a la irrelevancia- ha creado Cortana, en principio para ordenadores, tablets y móviles con las últimas versiones de Windows y otros equipos de Microsoft, como la videoconsola Xbox y el altavoz Invoke. También está disponible para los ecosistemas Android y Apple y es compatible con Alexa, la propuesta de Amazon.
Cortana se apoya en el buscador Bing, del propio Microsoft, para dar respuestas a preguntas que se le realizan mediate el teclado o reconocimiento de voz.
Este es un gran avance de los últimos años que comparten diversos asistentes, desde Cortana hasta Siri: basados en lenguaje natural, no precisan comandos específicos; Responden tanto si les preguntamos qué tiempo hará mañana en Londres como si necesitaremos llevar paraguas. Cortana responde con una década de modismos; entre ellos, el español.

Los asistentes en los coches.
La industria del automóvil ha mostrado más conservadurismo que otros sectores a la hora de asumir avances de este tipo. En efecto, la inteligencia de los mobiles ha ido bastante por delante de la de los coches. Sin embargo, las últimas versiones de Android Auto y Apple Car adaptan perfectamente el sistema móvil a la conducción, pero siguen dependiendo del smartphone.
Cada una de las plataformas móviles ha firmado acuerdos con diferentes fabricantes para hacerlas compatibles con su software. Así, las principales firmas automovilísticas admiten Android Auto y Apple Car, indistintamente, en sus modelos más avanzados. Y lo mismo sucede con los fabricantes de equipos de audio.
La función es sencilla. Al conectar nuestro móvil al sistema de navegación del coche, las funciones del teléfono quedan controladas por el equipo de abordo. Los botones dedicados -distribuidos en el volante, en el salpicadero o en la pantalla táctil- sirven ahora para gestionar las funciones del teléfono, aunque sólo se mostrarán aquellas que sean compatibles con la conducción.
Con las aplicaciones sucede lo mismo: apacerán las que tienen sentido en el vehículo. En ambos casos, la voz se convierte en la interfaz más recomendable. Así podemos arrancar y responder llamadas, pedir que nos calcule una ruta determinada, poner música y controlar el volumen sin tener que vivir la vista de la carretera.
Sistema de inteligencia predictiva y la batalla en el hogar
Lo que se necesita ahora es dar un paso más allá: que el software se anticipa a nuestros deseos. “El asistente me conoce muy bien: Seleccionará los correos electrónicos más importantes para mostrar primero, le ofreceremos las noticias más relevantes en función de la ubicación en la que se encuentre y podrá proponerle planes en función de lo que le guste”, explica Uribe-Etxebarria, fundador de Sherpas.
Frente a los sistemas y dispositivos de estas operadoras de telefonía, los altavoces inteligentes de Google y Amazon –Google Home y Echo, respectivamente– parecen estar mejor colocados para la incipiente batalla del hogar, aunque no son los únicos contendientes.
En lo que hay un acuerdo casi total es en la preocupación que produce el hecho de que este tipo de dispositivos esté permanentemente a la escucha a la espera de oír la palabra clave; “Alexa”, en el caso del Amazon Echo. No es la primera vez que un asistente ha llamado a la policía por su cuenta. De momento, parecen súmadamas alforjas para viajes tan cortos. La confianza es un factor clave. En el caso de un asistente de carne y hueso sabemos cómo actuar, pero ¿qué puede hacer con nuestros datos un sistema de inteligencia basado en la nube? Ahí hay un problema.