La trastienda de la decisión de Karina Milei de echar a Ramiro Marra

Han pasado más de dieciocho meses desde que Karina Milei determinó que Ramiro Marra debía ser expulsado de La Libertad Avanza. De hecho, lo alejó del co-fundador del espacio desde los inicios del gobierno de Javier Milei, vetando su acceso a cualquier cargo nacional, impidiendo su participación en los eventos libertarios en la Ciudad y removiendo su liderazgo en el bloque libertario. Sin embargo, la secretaria general no manifestó su firme decisión hasta anoche, cuando anunció en un breve tuit que lo destituía por haber desobedecido sus instrucciones en una votación de la Legislatura hace dos meses.

La decisión de hacer pública su insatisfacción y destituir a Marra fue acelerada por el desdoblamiento de las elecciones de la Ciudad, que serán en junio, y por la sospecha de un posible acuerdo político encubierto con el PRO de Jorge Macri. Según se comenta, “La intención era destituirlo más adelante, cuando tuviéramos más pruebas de su colusión”, revelaron en Balcarce 50. La secretaria general estaba resuelta a expulsar al legislador porteño antes de las elecciones, aunque no lo había hecho antes porque esperaba reunir más evidencias para justificar la denuncia de su falta de compromiso. Otros sugieren que la verdadera razón fue su incapacidad de justificar ante sus seguidores una acción política contra un referente conocido y mayormente respaldado en las filas violetas.

El círculo de Marra está convencido de que su destitución se debe a la personalidad desconfiada de la secretaria general, quien siente la necesidad de controlar de manera rígida cada movimiento político en La Libertad Avanza. “Nunca toleró que Ramiro alcanzara un nivel de reconocimiento tan alto, incluso comparable al de Javier”, comentan. Y niegan rotundamente cualquier acuerdo oculto con el macrismo: Marra sostenía que era esencial coordinar con el PRO en la Legislatura para asegurar apoyo a LLA en el Congreso Nacional.

“En mayo hubo una votación para la ampliación del presupuesto de la Ciudad, donde Pilar Ramírez votó a favor. Y si el presupuesto no se aprobaba, continuaba vigente el del año anterior, el de Larreta, con discrecionalidad para Jorge Macri. Además, no estábamos dispuestos a votar con el kirchnerismo y la izquierda”, se defendieron en el despacho de Marra. Agregaron: “Ramiro no hace pactos con alguien que tiene menos relevancia que él; Jorge es un adversario político para él, en todo caso.”

Dentro del gobierno, algunos señalan que Karina Milei se molestaba porque Ramiro Marra “fingía demencia” respecto a su expulsión –la cual, por otro lado, ella tampoco explicitó– y se presentaba como un libertario común ante el público, a pesar de que sus colaboradores en la Presidencia dejaban claro que ya no pertenecía al espacio. La preocupación en el Gobierno incrementó la semana pasada, cuando el legislador respondió que su relación con la número dos de Milei estaba “10 puntos”.

Sin embargo, en Balcarce 50 intentan ocultar las intrigas y el interés por las disputas internas de poder. Por eso, acusan a Marra de ser un supuesto “traidor” que intentó establecer un convenio paralelo con el PRO de la Ciudad, a pesar de que la directriz de Karina Milei era exactamente la contraria. “Nadie aquí duda de que Ramiro ya había llegado a un acuerdo con Jorge Macri,” declaró un miembro cercano a Javier Milei.

La silenciosa confrontación entre “el Jefe” y Marra ha sido prolongada, pero Milei siempre se mantuvo al margen. Ni siquiera hoy tuiteó o retuiteó un mensaje contra el supuesto traidor. Dicen que no se involucró en esta discusión debido a su falta de interés por la política, especialmente a nivel municipal, aunque se trate de uno de los distritos más relevantes -si no el más importante- del país. Además, su relación amistosa con Marra es un factor que se reconoce incluso entre aquellos cercanos a Karina Milei, quien siempre resaltó la fidelidad de Marra hacia el Presidente, más allá del entorno. Pero en la Casa de Gobierno afirman que está completamente al tanto y apoyan la decisión que tomó su hermana.

En el caso de Santiago Caputo, su comunicación con Marra se fue desvaneciendo progresivamente tras la negativa de Karina Milei. Esto, a pesar de que fue el legislador –quien había ido a la secundaria con él y mantenía un vínculo personal– quien presentó a los hermanos. Marra presentó a Javier y Karina en 2021 en sus propias oficinas, con la intención de que lo contrataran como consultor de campaña. El estratega los convenció en esa reunión; obtuvieron su apoyo, y posteriormente la relación con los Milei se transformó en amistad. Hasta que en 2023, ya en el despacho presidencial, lo nombraron como casi el jefe de Gabinete y en tercer lugar en la jerarquía.

Durante el primer año de gobierno libertario, Ramiro Marra quedó excluido, a pesar de que todo el entorno político anticipaba que ocuparía un cargo relevante, como jefe de Gabinete, secretario general o jefe de Asesores. Karina Milei lo vetó de cualquier cargo y le prohibió el acceso a la Casa Rosada. Pero tuvo cuidado de no abordar abiertamente este conflicto, quizás por temor.

Marra fue relegado a la política de la Ciudad, en la Legislatura, donde el bloque libertario se dividió en dos. Y durante el año pasado, Karina Milei potenció a Pilar Ramírez, su aliada en la Legislatura, que actualmente es jefa de campaña. A lo largo de este proceso, se enfrentó continuamente a Jorge Macri para que le retirara a Marra el nombre del partido y lo difundiera a Pilar Ramírez. En el PRO nunca facilitaron esa prerrogativa, lo que ha enfurecido y sigue enfureciendo a Karina Milei, que en su distrito realiza exactamente lo opuesto a lo que Milei predica a nivel nacional -o al menos eso aparenta.

Existen diferentes versiones sobre las razones del enfado de la funcionaria nacional. En su círculo dicen que no le perdonó a Marra que la ignorara y la subestimara al inicio de la carrera política de Milei. Otros consideran que le tenía rechazo porque “no comprendía” que su posición no era de par, a pesar de que su papel fue importante en la creación del espacio, en el que incluso había invertido dinero propio. “Se creía como socia, cuando era un empleado, igual que todos los que no son Javier y Karina,” comentaron en el entorno de los Milei.

Desde el bando de Marra se sugiere que, en realidad, nunca toleró que nadie estuviera más cerca de Javier Milei que ella o que tomara decisiones sin consultarla previamente. “Cualquiera que levante la cabeza, en este espacio bajo el mando de Karina, está destinado al fracaso,” describen sus detractores.