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Larrubia comanda el triunfo de un Málaga con 10
Vital triunfo del Málaga ante su gente en La Rosaleda. Los de Sergio Pellicer volvieron a mostrar su mejor versión jugando en casa para imponerse por cuatro goles a uno al Andorra. El triunfo malaguista fue merecido tras un planteamiento sólido que anuló el juego de los pirenaicos.
David Larrubia lideró a los boquerones con un gol de pillo y una asistencia para Lobete, mientras que Eneko Jauregi remató la faena en los minutos finales con un doblete —especialmente brillante el segundo— que dejó sin valor el tanto de Manu Nieto.
El encuentro fue un espectáculo de ida y vuelta, con muchas ocasiones y un ritmo alto que entretuvo al espectador neutral. En la segunda mitad, los malacitanos tuvieron que sobreponerse a la expulsión de Darko Brasanac en el minuto 49. Aun con uno menos, el Málaga logró un parcial de 4-1 y selló una victoria que devuelve confianza a Pellicer. Por su parte, el conjunto de Ibai Gómez suma su tercera jornada consecutiva sin ganar.
Lobete y Larrubia, dos de los goleadores del Málaga ante el Andorra, celebran un gol.
El Andorra salió a quedarse con el balón en una calurosa Rosaleda que notó el mal horario del partido. El paso de los minutos favoreció a un Málaga que comenzó a ver que la clave estaba en la presión alta.
Los de Pellicer adelantaron líneas y el cuadro pirenaico empezó a sufrir con y sin balón. Tuvo varios avisos el equipo costasoleño: una carrera en solitario de Chupete que no llegó a nada y un lanzamiento alto de Joaquín después de una gran jugada coral de los boquerones.
El Málaga estaba mejor y el marcador pronto le dio la razón.Larrubia, el más listo de la clase, aprovechó un error en la salida de balón del meta Aarón para robar, conducir y definir con mucha calidad. Minuto 20, y los boquerones se ponían 1-0 en el electrónico.
El dominio era evidente, con un Pellicer que planteó una pizarra que asfixió a los de Ibai Gómez en el primer tiempo. Tuvo otra Larrubia, pero su disparo no encontró la red porque lo detuvo el meta andorrano. El partido tenía movimiento, pero las ocasiones eran del Málaga.
Murillo y Minsu luchan por controlar el balón.
El Andorra aprovechó dos minutos de fallos defensivos del Málaga para tener una muy clara. Doménech guisó una jugada dentro del área y su disparo tocó en los dos postes de la portería de Alfonso Herrero. Acto seguido fue Dotor el que pudo abrir más distancias, pero con el portero casi vencido la tiró por encima del larguero después de otra genialidad de David Larrubia.
El primer tiempo acabó con Alfonso Herrero salvando a los suyos del empate. Rafita perdió una bola en la frontal y Le Normand estuvo a punto de poner las tablas; el meta de Toledo la tocó y el propio Rafita la sacó bajo la línea de gol. Con esto se llegaba al descanso en un partido que vio de todo y que pudo marcharse al túnel de vestuarios con más goles en ambos casilleros.
La locura
La segunda parte fue un carrusel de emociones. Ibai Gómez agitó el banquillo buscando reacción, pero el punto de inflexión llegó con la expulsión de Darko Brasanac, que vio la roja directa por una dura entrada sobre Le Normand.
Los jugadores del Málaga celebran uno de sus goles ante la desesperación de los tricolor.
Pellicer reaccionó rápido con los cambios de Lobete y Juanpe, y el equipo respondió con oficio. Larrubia volvió a ser protagonista en una combinación con Lobete que el donostiarra empujó a la red para poner el 2-0. El Andorra no se rindió y se volcó al ataque.
Olabarrieta, Gael y Minsu dispusieron de ocasiones muy claras, especialmente el primero, que estrelló el balón en el larguero. Pero el Málaga resistía con temple y aprovechaba los espacios a la contra.
En una transición rápida, Lobete volvió a ser determinante sirviendo el pase que Jauregi transformó en el tercer tanto. Manu Nieto recortó distancias poco después para el conjunto visitante, pero el propio Jauregi se encargó de cerrar la goleada con una obra de arte: un remate acrobático digno de Zlatan Ibrahimović que puso el definitivo 4-1.
Un triunfo contundente y balsámico para los de la Costa del Sol, que recuperan sensaciones y confianza ante su afición. La Rosaleda, eso sí, despidió la noche con un mensaje claro desde la grada: “¡José María Muñoz, dimisión!”.