Economia
Las cinco razones que están ayudando a mover cada vez un mayor volumen de remesas en Latinoamérica; el reto, más claridad en costo de transferencias

Las remesas siguen siendo un salvavidas económico para millones de familias latinoamericanas y, al mismo tiempo, un motor de transformación para el sistema financiero regional. Solo en Colombia representaron cerca del 3 por ciento de su producto interno bruto (PIB) el año pasado, cuando se registró una cifra récord de 11.848 millones de dólares y 7,3 por ciento de los 161.000 millones que ingresaron a América Latina y el Caribe, según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
Hasta agosto del presente año, millones de familias en Colombia recibieron de amigos y familiares ubicados en el exterior más de 8.660 millones de dólares, 13,3 por ciento más que en similar periodo del 2024, monto que supera el de las exportaciones de petróleo ratificando su lugar dentro del contexto macroeconómico actual
Sin embargo, como se lo dijo Leonardo Villar Gómez, gerente del Banco de la República a EL TIEMPO, en reciente entrevista no podemos depender de la remesas de manera indefinida. “Es fundamental fortalecer las cuentas externas y lograr que las exportaciones crezcan a ritmos similares a las importaciones, ya que actualmente estas últimas avanzan con mucha más fuerza”, lo que contribuirá a una mejor preparación para enfrentar futuros choques macroeconómicos.
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Pero más allá de la fuerte migración, que es la piedra angular de este creciente mercado global, un nuevo estudio de las firmas iupana y Paymentology, titulado “Dinero sin fronteras: la oportunidad de las remesas para la banca y fintech”, logró determinar cinco factores que contribuyen a que cada vez haya una mayor movilidad de remesas: la digitalización, la transparencia, el uso híbrido de canales, la inmediatez y los costos moderados.
El estudio consultó a 115 ejecutivos de banca, fintechs y remesadoras de la región y entre los principales hallazgos, tras procesar las respuestas de estos, encontró que el 78 por ciento de los envíos de remesas se concreta en menos de 24 horas, reflejo de una infraestructura más ágil y digital.
Sin embargo, solo el 19 por ciento de los encuestados comunica de forma clara los costos y comisiones que tienen esas transferencias, y un 73 por ciento ofrece solo estimaciones de tarifas y tiempos, lo que deja al usuario final sin información precisa sobre cuánto paga realmente por enviar dinero, lo que según voceros de Paymentology, se convierte en una oportunidad de mejora para la experiencia del cliente.
“Estamos frente a un momento crucial para la industria de pagos. Las remesas no deben entenderse como simples transferencias de dinero, sino como un habilitador de inclusión financiera y acceso a servicios digitales de calidad”, comenta Alejandro del Río, director Regional para Latinoamérica de Paymentology.
Costo aún puede bajar
Según los consultados, el 78 por ciento de los envíos llega a destino en menos de 24 horas, confirmando que la velocidad es una expectativa básica de los usuarios y un punto clave para la competitividad.
El costo del envío, por su parte, se mantiene en niveles relativamente bajos, aunque aún lejos de la meta global del 3 por ciento. El 81 por ciento de los ejecutivos señaló que las comisiones promedio son inferiores al 5 por ciento del monto enviado, pero un 14 por ciento reconoció que pueden llegar hasta el 10 por ciento, especialmente en corredores con menor competencia o infraestructura tecnológica limitada.
Wise, fintech de origen británico, con presencia en México y Brasil, destaca en este aspecto al mostrar las tarifas exactas antes de cada envío. “La transparencia en los precios es fundamental para ganar confianza”, sostiene Harsh Sinha, su director de tecnología y presidente en Estados Unidos, citado por el estudio.
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Según la encuesta, la mayoría de las remesas enviadas a América Latina provienen de familiares que viven en el exterior, principalmente desde Estados Unidos, España y Chile. Un 68 por ciento de las instituciones consultadas indicó que más de la mitad de los giros se dirigen a familiares directos del migrante —padres, hijos o cónyuges—, lo que convierte estos recursos en un soporte esencial para los hogares (manutención.
Para el caso de Bancolombia, por ejemplo, las remesas no son solo transferencias, sino el punto de partida de un modelo integral. “Queremos que cada envío de dinero sea una oportunidad para construir bienestar y materializar sueños”, explica Liliana Vásquez, vicepresidenta de productos de la entidad, que ya procesa el 95 por ciento de las remesas de sus clientes directamente en cuentas digitales.
Según el centro de estudios económicos Anif, los recursos provenientes de remesas se concentran en los hogares, donde son utilizados (en Colombia) para cubrir necesidades básicas como alimentación, salud y educación, así como para la inversión en vivienda y mejoras de infraestructura doméstica.
Sus analistas sostienen que: “Esta asignación fortalece el consumo interno, especialmente en regiones con alta dependencia de estos flujos, y contribuye a reducir la vulnerabilidad económica de muchas familias frente a choques externos. Además, las remesas actúan como un mecanismo de transferencia de ingresos que complementa otras fuentes de ingreso formal, lo que las convierte en un elemento relevante para la estabilidad social y económica”.
Algo en lo que coinciden economistas del Banco de la República, quienes con base en estadísticas del Dane, advierten que en el 2023 las remesas representaron el 3,6 por ciento del ingreso disponible y el 3,9 por ciento del consumo de los hogares. “Esta ayuda cobra especial importancia porque se trata de un ingreso que no está sujeto a los vaivenes de la economía local, lo que en muchas ocasiones les permite a los hogares amortiguar dificultades ante situaciones de desempleo u otras contingencias“, según lo mencionado en el blog e la entidad ‘Evolución reciente de los ingresos externos de remesas hacia Colombia’.
Remesas representaron en 2023 el 3,6 % del ingreso disponible y el 3,9 % del consumo de los hogares. Foto:iStock
Retiro y uso
El estudio muestra que más de la mitad de las remesas tienen como propósito cubrir gastos de manutención, principalmente alimentación y pagos del hogar. Otros destinos frecuentes son transporte, educación, salud y, en menor medida, ahorro e inversión.
iupana destaca que esta información representa una oportunidad para profundizar en la personalización de productos financieros, ya que muchas instituciones aún no recopilan datos sobre el uso del dinero que reciben los hogares. “Conocer mejor al usuario permitiría ofrecerle herramientas de ahorro, crédito o inversión que generen bienestar a largo plazo”, insiste el informe.
El tránsito hacia la digitalización es evidente, aunque el efectivo todavía tiene un peso considerable. El 78 por ciento de los participantes indicó que menos de la mitad de las remesas se retiran a través de canales físicos, como sucursales, cajeros o tiendas de conveniencia. En contraste, el 22 por ciento reporta que la mayoría de sus clientes aún prefiere retirar en efectivo.
Por el lado digital, el 46 por ciento de las instituciones afirmó que más de la mitad de los envíos se abonan directamente en cuentas bancarias, mientras que solo el 15 por ciento recibe la mayoría de los giros en tarjetas. Esto refleja un avance hacia modelos híbridos, donde conviven las soluciones presenciales y digitales, pero también un margen amplio para mejorar la experiencia del usuario.
Conocer mejor al usuario permitiría ofrecerle herramientas de ahorro, crédito o inversión que generen bienestar a largo plazo.
estudio “Dinero sin fronteras: la oportunidad de las remesas para la banca y fintechiupana y Paymentology
La mitad de los encuestados identificó como prioridad incentivar el uso digital de las remesas, seguido de la reducción de tarifas (19 por ciento). Para lograrlo, las instituciones apuestan por herramientas de inteligencia artificial que ayuden a detectar fraudes, cumplir regulaciones y personalizar servicios.
Aunque las criptomonedas aparecen como alternativa en el debate, el 78 por ciento de las empresas afirmó no usarlas para transferencias. Aun así, actores como Bitso aseguran que ya procesan hasta el 10 por ciento de las remesas desde Estados Unidos mediante activos digitales.
“Quienes logren transformar las remesas en un ecosistema integral de servicios financieros estarán liderando el cambio. El desafío no es mover dinero, sino construir oportunidades y confianza en cada envío”, concluyó Alejandro del Río.