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Laura Roa Zeidán, presidenta del Fondo Nacional del Ahorro

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En el marco del Día Mundial del Ahorro, el Fondo Nacional del Ahorro (FNA) destaca un crecimiento sostenido en sus mecanismos de ahorro y financiamiento de vivienda, especialmente entre los trabajadores independientes. La entidad, que administra más de 10,8 billones en cesantías y 1,5 billones en ahorro voluntario, ha logrado un aumento del 22 por ciento en este último rubro durante los últimos dos años y medio.

En diálogo con EL TIEMPO, la presidenta del FNA, Laura Roa Zeidán explicó cómo la entidad ha fortalecido su presencia entre los colombianos de menores ingresos mediante programas flexibles de ahorro y crédito hipotecario que hoy financian hasta el 90 por ciento del valor de una vivienda. Además, adelantó las expectativas para el próximo ciclo de cesantías —en el que esperan recaudar más de 4 billones— y detalló las estrategias que han permitido duplicar los desembolsos anuales de la entidad, pasando de un billón a más de dos billones de pesos.

Hay muy buen hábito de pago entre los afiliados, ¿pero todos son asalariados?

La mayoría sí son asalariados, pero también tenemos un número importante de trabajadores independientes que mantienen un excelente hábito de pago. Imagínate que ese es precisamente el sentido del programa AVC, uno de nuestros mecanismos de ahorro y vinculación. Actualmente contamos con dos vías principales de vinculación: las cesantías, sobre las cuales justo ahora estamos iniciando una nueva campaña, y el programa AVC, que ha crecido un 22 por ciento desde que llegamos. Este último está dirigido a personas del sector informal e independiente.

Por ejemplo, el vendedor ambulante, el taxista o quienes tienen ingresos variables mes a mes pueden vincularse mediante el ahorro. Gracias a ello, el día de mañana pueden acceder a un crédito hipotecario con el Fondo Nacional del Ahorro. Hoy en día financiamos hasta el 90 por ciento de cualquier tipo de vivienda, ya sea nueva o usada, dentro del tope VIS, es decir, hasta 240 millones de pesos.

¿Y la persona debe acumular cierto nivel de ahorro antes de poder acceder al crédito u otros beneficios?

Sí. El requisito es tener un ahorro equivalente a 1,2 salarios mínimos, es decir, alrededor de 1.700.000 pesos. Hay personas que logran reunir esa suma muy rápido, incluso de un día para otro, mientras que otras tardan uno o dos años, dependiendo de su capacidad de ahorro. Lo importante es la disciplina: hay gente muy organizada que se lo propone y lo logra.

Fondo Nacional del Ahorro Foto:Hacienda En clave

Por ejemplo, la semana pasada estuvimos en La Guajira, y conocimos el caso de doña Milagros, una vendedora informal que comercializa chorizos y bebidas en la calle. Ella decidió ahorrar 120.000 pesos mensuales, fue muy juiciosa y, al cabo de un año, logró obtener su crédito. Hoy vive en su propia casa de tres pisos, equipada incluso con panel solar. Esto demuestra que lo esencial es fomentar la cultura del ahorro, especialmente en fechas como el Día Mundial del Ahorro, porque a través de ese hábito las personas pueden construir su futuro y acceder a una vivienda digna.

¿Cuáles son los temas principales que destacan hoy en el Fondo Nacional del Ahorro?

Uno de los temas más importantes es el aumento del financiamiento de vivienda y cómo, a través del ahorro, hemos logrado que cada vez más familias accedan a una vivienda propia. Y justamente hoy, en el marco del Día Mundial del Ahorro, este mensaje cobra aún más relevancia. Por otro lado, también celebramos que el ahorro dentro del fondo ha crecido un 22 por ciento. En los últimos dos años y medio, hemos fortalecido la cultura del ahorro y ampliado las oportunidades para que más colombianos puedan cumplir el sueño de tener casa propia.

¿Cuál es la estrategia actual del Fondo Nacional del Ahorro o qué cambios se han implementado para facilitar el acceso de los colombianos a la vivienda?

En este momento tenemos dos estrategias fundamentales. La primera es la educación financiera, que nos ha permitido enseñar a las personas a manejar mejor sus recursos y a prepararse para solicitar un crédito. Gracias a este componente, hemos logrado impactar a cerca de 100.000 familias mediante charlas y acompañamientos personalizados. En el Fondo, no solo entregamos un crédito: acompañamos al afiliado desde el momento cero. Le ayudamos a entender cómo ahorrar, cómo postularse y cómo presentar correctamente su solicitud.

“Acompañamos al afiliado desde el momento cero”.  Foto:iStock

Esto es especialmente importante porque muchos colombianos no están bancarizados. En esos casos, el Fondo evalúa los créditos de una manera diferente. Por ejemplo, cuando se trata de un vendedor ambulante, lo visitamos en su entorno laboral para conocer su actividad económica, cuánto gana diariamente y cómo administra sus ingresos. Consideramos variables sociodemográficas y cualitativas que nos permiten realizar una evaluación más integral. Gracias a este enfoque, de cada 100 solicitudes de crédito que llegan al Fondo, 80 son aprobadas, lo que refleja un alto índice de aprobación derivado de nuestro score diferencial.

La segunda estrategia ha sido fortalecer la relación directa con el afiliado e incluir a diferentes actores institucionales. Hemos trabajado articuladamente con alcaldías, gobernaciones, cajas de compensación y constructoras para generar un ecosistema de apoyo que facilite el acceso a vivienda.

Los resultados son claros: el Fondo pasó de desembolsar un billón de pesos al año, equivalentes a unas 9.000 o 9.500 familias, a más de 2 billones de pesos anuales, lo que significa que cerca de 20.000 familias hoy están accediendo a un crédito con nosotros.

En términos generales, hemos aumentado los desembolsos en un 60 por ciento, un indicador muy positivo porque demuestra que las familias de menores ingresos están accediendo más a la vivienda. De hecho, el 80 por ciento de los desembolsos del Fondo corresponde a hogares con ingresos entre 0 y 2 salarios mínimos, y ese porcentaje ha crecido de manera sostenida. Todo esto confirma que nuestras estrategias sí están funcionando: estamos llegando al colombiano que más necesita una vivienda.

“Las familias de menores ingresos están accediendo más a la vivienda”. Foto:iStock

Usted mencionaba que están llegando también a trabajadores independientes, no necesariamente empleados asalariados. ¿Qué proporción representan actualmente dentro del total de afiliados?

En este momento, el Fondo cuenta con 2.400.000 afiliados. De ellos, aproximadamente 1,9 millones corresponden a trabajadores vinculados a través de sus cesantías, es decir, a los colombianos que tienen sus recursos administrados por el Fondo. A este grupo le gestionamos actualmente cerca de 10,8 billones de pesos en cesantías. Por otro lado, están los trabajadores independientes e informales, quienes se vinculan con nosotros mediante el AVC (Ahorro Voluntario Contractual). En esta modalidad tenemos alrededor de 470.000 colombianos que ya cuentan con sus cuentas activas de ahorro. Este segmento ha mostrado un crecimiento muy importante: el programa AVC ha aumentado un 22 por ciento, y hoy administramos para estos ahorradores un total de 1,5 billones de pesos.

¿Y cuál es la estrategia específica del Fondo Nacional del Ahorro frente a los trabajadores independientes?

La clave ha sido evaluar sus créditos de manera diferente. Ese ha sido el principal resultado y el mayor aprendizaje. Si analizamos a un trabajador independiente o informal con los mismos criterios que se aplican a una persona asalariada, con cesantías y completamente bancarizada, ese colombiano no pasaría los estándares tradicionales de riesgo ni cumpliría con el score financiero exigido por las entidades. Por eso, nuestra estrategia se basa en un acompañamiento personalizado y en educación financiera, para que los independientes aprendan cómo postularse a un crédito y entiendan que sí es posible acceder a vivienda. Además, compartimos casos reales de éxito de colombianos que lo han logrado, porque esas historias inspiran: muchas personas se identifican y dicen “si ella gana lo mismo que yo y pudo ahorrar 50.000 pesos al mes, yo también puedo hacerlo”.

FNA Foto:FNA

Otro cambio importante ha sido la flexibilización del ahorro. Antes, el sistema era más rígido: si el afiliado no consignaba el mismo día cada mes, perdía puntos. Hoy es completamente diferente. Ahora el Fondo permite ahorrar desde 5.000 pesos diarios, con total flexibilidad. Esa suma, constante durante un año, puede ser suficiente para acceder a un crédito de vivienda. Además, si una persona no alcanza el monto necesario por sí sola, puede postularse junto con su pareja, un amigo o un familiar para sumar ingresos y así aumentar su capacidad de crédito.

Volviendo al paralelo entre asalariados e independientes, ¿las tasas de interés terminan siendo similares para ambos perfiles de cliente?

Son bastante similares, aunque los trabajadores independientes suelen tener tasas ligeramente más altas, especialmente aquellos con ingresos superiores a cuatro salarios mínimos. En esos casos, las tasas son un poco mayores que las aplicadas a las personas vinculadas a través de cesantías, pero la diferencia no es significativa.

¿Se ha notado en la demanda de crédito algún impacto derivado del freno en los proyectos de vivienda o de la reducción en los subsidios disponibles?

Sí, el contexto ha sido retador. El país atraviesa una coyuntura fiscal compleja y, en su momento, no contábamos con los mismos recursos para subsidios que en años anteriores. Ante esa realidad, desde el Fondo Nacional del Ahorro dijimos: “trabajemos con lo que tenemos”. Por eso, nos sentamos a analizar alternativas y adoptamos una posición muy clara: si no hay subsidios, generemos líneas de crédito que realmente ayuden al colombiano a acceder a vivienda. De ahí surgió la decisión de financiar hasta el 90 por ciento del valor del inmueble, algo que en ese momento ninguna otra entidad bancaria estaba ofreciendo.

El objetivo fue permitir el cierre financiero de las familias que, por falta de subsidio, estaban a punto de desistir de sus proyectos. Entonces, desde el Fondo dijimos: “venga, nosotros asumimos estos créditos y los financiamos al 90 por ciento”. Esa estrategia ha funcionado muy bien. Al inicio, proyectamos aprobar 400.000 millones de pesos bajo esta modalidad del 90 por ciento, y en apenas cuatro o cinco meses ya habíamos alcanzado esa meta.

Los trabajadores independientes suelen tener tasas ligeramente más altas. Foto:iStock

Esto demuestra que la medida ha dinamizado la demanda de vivienda, especialmente porque les da a las familias la posibilidad real de completar su cierre financiero. Además, como lo mencionas, ha sido clave el trabajo conjunto con las constructoras. Desde el Fondo también hemos financiado directamente proyectos de construcción, lo que ha permitido mantener el movimiento del sector y evitar que más familias pierdan la oportunidad de adquirir su casa.

¿De qué manera están apoyando a las constructoras en este proceso?

Lo que hicimos fue darles respaldo financiero para que pudieran cumplir con sus proyectos. Hoy en día, el Fondo financia directamente a las constructoras para que desarrollen proyectos de vivienda de interés social (VIS) y de interés prioritario (VIP) en todo el territorio nacional. Esa línea de crédito la lanzamos hace aproximadamente año y medio, y en noviembre cumplirá dos años. En este tiempo ya hemos aprobado más de un billón de pesos en financiamiento y actualmente estamos apoyando la construcción de cerca de 13.000 unidades de vivienda en distintas regiones del país.

El alcance ha sido nacional: ya entregamos proyectos 100 por ciento financiados por el Fondo en municipios como El Cerrito (Valle del Cauca), Popayán, Bogotá y Bosa. Es decir, casas y apartamentos construidos completamente con recursos del Fondo.

Este esquema ha sido posible gracias a un trabajo muy articulado con Camacol y con los constructores pequeños y medianos de región. La idea es clara: “yo le presto a la constructora, pero también le presto a la familia para que haga su cierre financiero”. Esa doble línea nos ha permitido mantener la dinámica del sector y proteger tanto la oferta como la demanda de vivienda.

El Fondo financia a las constructoras para que desarrollen proyectos de vivienda VIS y VIP. Foto:iStock

Y ya que lo menciona ¿cuál es la expectativa en relación con las cesantías que ya se nos vienen en un par de meses?

Nosotros esperamos estar por encima de los 4 billones de recaudo por cesantías. ¿Por qué? Porque esos son los recursos que nos permiten colocar todas las líneas de crédito que tenemos. Hoy en día somos una entidad muy solvente, con un indicador de solvencia casi tres veces superior al de la banca tradicional. Esos recursos son los que nos respaldan para poder otorgar más crédito a las personas, financiar a los constructores y lanzar líneas especiales, como las de financiamiento del 90 por ciento o del 100 por ciento. En eso venimos trabajando.

Se viene el 14 de febrero, que es el día de las cesantías, la fecha en que medimos realmente la posición del fondo. El año pasado logramos el recaudo más alto en la historia de la entidad. Hoy somos el tercer fondo que más cesantías administra en el país y, sobre todo, hemos logrado atraer cada vez más afiliados del sector privado, porque mucha gente cree que solo manejamos cesantías del sector público, y no es así.

Gran parte de nuestros afiliados son del sector privado. Hemos hecho un trabajo muy fuerte con jefes de talento humano, directores y presidentes para mostrarles los beneficios de tener las cesantías con nosotros: su dinero nunca pierde valor en el tiempo, siempre les remuneramos las cesantías; además, no se cobra ni por retiro ni por administración —todo eso lo asumimos nosotros como Estado—, y pueden acceder a un crédito para vivienda al día siguiente de tener sus cesantías con nosotros. Con todos estos beneficios, la expectativa es alta, y la campaña comienza oficialmente el primero de noviembre.

Y cuándo hacen los retiros, ¿qué porcentaje es para vivienda?

La mayor parte del porcentaje es para vivienda. Del 100 por ciento, aproximadamente entre el 40 y el 50 por ciento corresponde a uso habitacional, ya sea para remodelar la casa, pagar la cuota inicial o abonar a las cuotas del crédito. Cerca del 30 por ciento se retira cuando las personas quedan cesantes, es decir, cuando pierden su trabajo y presentan la carta de terminación del contrato. El porcentaje restante corresponde a quienes deciden mantener sus cesantías guardadas como ahorro.

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