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el Europa, un recién ascendido que desde el barrio lidera un Grupo plagado de ‘gallitos’

Tiene casi 120 años de historia. Fue subcampeón de Copa y uno de los 10 equipos que en 1929 estrenaron la Primera división. Y acaba de volver a la tercera categoría del fútbol español después de tres décadas de ausencia. Es el CE Europa, un club singular que desde el barcelonés Barrio de Gràcia lidera, contra todo pronóstico, el Grupo II de Primera Federación. Por detrás están poderosos como el Real Murcia, el Ibiza o el Nàstic. Recién descendidos como el Cartagena y el Eldense. O los filiales de Atlético de Madrid, Sevilla, Villarreal y Betis. Sólo se han disputado siete jornadas, sí, pero el mérito es tremendo.
Once inicial del Europa en un partido reciente.
El curso 2025-2026 comenzó con una campaña de micromecenazgo para recaudar fondos que le permitieran afrontar los altos costes de la nueva categoría. Y así, bajo el eslogan Somos la Resistencia, consiguió cerca de 240.000 euros mediante donaciones de aficionados y simpatizantes de un club que es 100% propiedad de sus socios y símbolo del fútbol popular y comunitario. “Nos diferenciamos de la mayoría en que no estamos bajo el paraguas de ninguna persona adinerada y, por eso, buscamos fórmulas de financiación imaginativas y gente que nos ayude y crea en este proyecto. Tuvimos 1.000-1.200 contribuciones, en torno al 60% realizadas por socios. El resto, que es mucho, de personas que nada tienen que ver con el club. Si analizamos esto… Es una pasada ver hasta qué punto llega el Europa y la conexión que existe con gente muy remota. Hay mucha emocionalidad en las aportaciones”, señala el presidente Hèctor Ibar.
Hèctor Ibar (segundo por la izquierda), presidente del CE Europa.
Además, el club peleó para revertir la normativa vigente y poder disputar sus partidos como local en el Nou Sardenya, de césped artificial. Recibió una moratoria de la Federación Española de Fútbol para poder empezar la temporada en su campo, pero tiene una fecha límite, 15 de enero de 2026, para dejar de competir en superficie sintética. “Estamos yendo a jugar a campos de césped natural que no están en condiciones y el riesgo de lesión es enorme. Hay que dejar claro que en la ciudad de Barcelona no hay ni un solo campo de césped natural, a excepción del Estadio Olímpico, que lo usa el Barça, y el Camp Nou. Pedimos un año de carencia, entendiendo que medio año era algo que adulteraba la competición: en Gràcia generamos un ambientazo y metemos mucha gente, pero ahora nos tendremos que mudar y los que vengan en la segunda vuelta tendrán cierta ventaja respecto a los que jugaron aquí en la primera. Louzán siempre ha mostrado máxima empatía con nosotros, pero manifiesta que otros clubes que en el pasado tuvieron que adaptarse a la norma pueden sentirse agraviados”, expone Ibar antes de hacer esta reflexión: “Para el Europa, salir del Nou Sardenya es perder la esencia. Creemos que no es lógico ni justo. Me atrevo a decir que en un plazo relativamente cercano se modificará la regla por el coste que supone para un club de la categoría mantener un césped natural en buenas condiciones. Hemos visto partidos de Champions en césped artificial y, por lo tanto, hemos pedido al presidente de la RFEF que no nos ponga tantas trabas”.
Nou Sardenya, campo del CE Europa.
Su nueva casa para afrontar la segunda mitad del campeonato será Can Dragó, ubicado a unos 4 kilómetros de su campo. Las obras que se realizarán en el recinto para preparar la llegada del Europa costarán un millón de euros (sufragadas por el Ayuntamiento de Barcelona) y modificarán la vida del Club Atletisme Nou Barris, entidad que utiliza el recinto para su actividad deportiva. ¿Pero por qué el Nou Sardenya no puede tener césped natural? “La imposibilidad viene por dos vías. La primera, por un tema físico: hay un parking subterráneo debajo. Esto obligaría a una obra todavía más costosa, aunque realmente se podría hacer, según nos han comentado algunas empresas. Pero el problema que no tiene solución es dónde reubicar, ante la escasez de campos que hay en la ciudad, a los 800 niños que a diario utilizan las instalaciones. Porque el césped natural no soportaría más de dos o tres partidos y algún entrenamiento a la semana. Nuestra apuesta a medio plazo es conseguir que se modifique la norma, pero, de momento, estamos pinchando en hueso”, explica el presidente.
Para el Europa, salir del Nou Sardenya es perder la esencia. Creemos que no es lógico ni justo
En el banquillo del conjunto escapulado manda Aday Benítez, ex capitán del Girona, con el que disputó casi 200 partidos. Es su segunda temporada. En la primera logró el ascenso y ahora lo tiene líder. “Cuando llegué, quise crear una familia. He sido un guerrero como futbolista y eso, en mis equipos, no puede faltar. Tenemos una identidad y se empieza a hablar de nosotros y de la energía que tenemos. El otro día, Luis César (entrenador del Nàstic) dijo que ‘el Europa tiene 11 Adays’, y la verdad que me hizo mucha ilusión”, comenta.
Aday Benítez, entrenador del CE Europa.
“Lo que estamos viviendo ahora es una auténtica barbaridad. Estoy totalmente enamorado del club y de lo que hace su afición cada semana. Sin ella, no estaríamos aquí. Al Nou Sardenya, la gente no va a ver el partido, sino a vivirlo, y eso es la hostia. Cómo cantan, cómo vibran… y eso nos ha ayudado a ganar partidos incluso sin jugar bien”, dice el míster. Como futbolista que ha sido, prefiere jugar en césped natural porque “es dar un paso adelante”, pero… “Nosotros tenemos una identidad muy marcada, con un campo de barrio en el centro de Barcelona, la gente viene al fútbol caminando… Y es muy duro tener que marcharnos. Queremos cambiar esta norma porque tenemos un estadio que, ahora mismo, vale oro. Los equipos que nos visitan nos felicitan por la atmósfera que creamos. El Europa es grande por su historia y sería bonito que siguiera escribiéndola en el Nou Sardenya”, sentencia.