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Maracaná sale a la venta
El Estado de Río de Janeiro está decidido a vender el mítico Estadio Maracaná, un símbolo de la identidad brasileña, y las alarmas en la opinión pública del país sudamericano se han activado. El gobierno estatal necesita recaudar fondos de manera urgente y entre sus activos figura el estadio en el que juegan sus partidos dos históricos como son Flamengo y Fluminense. La Comisión de Constitución y Justicia de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (ALERJ) modificó el proyecto de ley que había presentado el Ejecutivo y de las 48 propiedades iniciales que pretende vender eliminó 16 y añadió 30 nuevos inmuebles entre los que figura el famoso recinto, catalogado como un templo del fútbol brasileño y mundial. La indignación estalló en Río en cuanto se conoció la intención del Gobierno.
Panorámica de Maracaná durante un partido del Flamengo en el campeonato Brasileirao.
160.000 euros por partido
El presidente de dicha Comisión, Rodrigo Amorim, reconoció que necesitan reducir los gastos de mantenimiento de sus propiedades más caras o menos utilizadas: “El Gobierno invierte una fortuna en el mantenimiento de Maracaná, unos 160.000 euros por partido”. Amorim estimó que la venta del estadio y del complejo adyacente denominado Aldeia Maracaná podría generar más de 320 millones de euros, aunque indicó que dependerá de lo que ofrezca el mercado. El presidente de la Comisión también subrayó que el objetivo principal, más que generar ingresos, es evitar costos derivados del abandono de estos espacios y reactivarlos con un uso más productivo. El proyecto será sometido a votación por el pleno de la Comisión de Constitución y Justicia de la Asamblea Legislativa del Área de Río de Janeiro en las próximas semanas. La deuda que el Estado de Río de Janeiro mantiene con el Gobierno Central es de 1.890 millones de euros y debe abonarla en 2026 conforme al programa federal de reestructuración.
Con este gol Uruguay acabó con el sueño mundialista de Brasil ante su gente en 1950
El ‘Maracanazo’ ante 199.854 personas
No es la primera ocasión en la que se especula con la propiedad de Maracaná. En 2011 Eike Batista, el empresario más rico de Brasil, quiso comprarlo antes de que albergase la final del Mundial 2014 y algunas disciplinas de los Juegos Olímpicos de 2016. Aunque aquella propuesta no salió adelante, en la última década el debate sobre la conveniencia o no de vender el estadio para que sea una empresa privada la que lo explote ha generado mucha controversia. Maracaná es conocido por todos los aficionados del planeta a raíz del ‘Maracanazo’, la histórica derrota contra todo pronóstico que la selección brasileña sufrió en la final del Mundial ante Uruguay por 2-1 el 16 de julio de 1950, cuando 173.850 seguidores cariocas (según datos oficiales de la época) acudieron al estadio más grande jamás construido y recién inaugurado convencidos de que iban a presenciar el primer título brasileño en la Copa del Mundo que celebraba su cuarta edición. Otras fuentes sin embargo cifran en 199.854 las personas que presenciaron el Maracanazo, aunque en cualquiera de las dos versiones supone la mayor asistencia registrada en un partido de fútbol en toda la historia de este deporte.
En la actualidad Maracaná tiene una capacidad de 78.838 espectadores, aforo que ha ido reduciéndose en las tres reformas sucesivas que ha conocido desde su construcción en 1950. En 1999-2000 fue la primera, y la capacidad se redujo a 103.000 espectadores al reemplazar las gradas de pie por asientos; posteriormente, en 2005-07 la segunda reforma rebajó el aforo a 88.000 personas, y en 2010-13 la tercera y definitiva de cara al Mundial 2014 de fútbol que lo estableció en los 78.838 actuales.