Economia
Menor uso del efectivo cambiará a fondo el sistema financiero en Colombia
 
La mayor digitalización que se ha venido dando en la última década de Colombia y que ha venido acompañada de nuevos sistemas de pagos, no solo buscan que disminuya el sobreuso del efectivo, sino que también se consolide un ecosistema financiero más inclusivo, eficiente y competitivo.
Así lo considera Asobancaria en un reciente informe que de todas maneras llama la atención acerca de que a pesar del crecimiento significativo en el uso de canales virtuales, aplicaciones y billeteras digitales, el efectivo sigue presente en la cotidianidad, especialmente en zonas rurales.
Proyecta que, con la implementación del sistema de pagos inmediatos y la apertura del ecosistema financiero y cambios en los modelos de ahorro, Colombia podría acercarse a modelos de digitalización como el de China, siempre que se trabaje en fortalecer la confianza de todos.
El informe dice que la evolución de los medios de pago, desde el trueque, la moneda, los billetes, las tarjetas de crédito y los pagos digitales, son un largo proceso.
Y ya, recientemente, los pagos digitales surgieron a partir del canal de conexión más amplio del mundo: internet que permitió la interconexión global y facilitó una mayor comprensión de los comportamientos y necesidades sociales.
De todas maneras, pese al gran alcance y la versatilidad que representan los pagos digitales, hay muchos países que siguen recurriendo al sobreuso del efectivo.
El informe de Asobancaria menciona que a nivel global, China se perfila como el primer país en lograr una reducción significativa en el uso del efectivo.
Este año, 12,22 millones de graduados ingresarán al mercado laboral chino, un récord histórico. Foto:iStock
A través de superaplicaciones cómo Alipay y WeChat, ha implementado una estrategia de inclusión financiera que ha transformado la manera en que comercios y ciudadanos gestionan sus pagos e incluso los turistas casi que ni necesitan cambiar divisas y pueden utilizar esas aplicaciones desde sus celulares.
Caso colombiano
Como en el resto del mundo, en Colombia el efectivo es el instrumento de pago que más confianza genera.
El constante uso del efectivo también se debe a que es el método de pago más accesible en el país y si bien han mejorado en los indicadores de inclusión financiera y conectividad, aún no toda la población es usuaria del sector financiero.
En las zonas rurales, según el informe de inclusión financiera de Banca de las Oportunidades, para finales de 2024 el 65,6% de la población accedía a diferentes servicios financieros.
En las zonas del país donde predomina las labores agrícolas, por tradición se suele negociar en efectivo.
Hay que recordar que más de 11 millones de campesinos, quienes a diario compran y venden por este medio, de manera que pueden reconocer sus ingresos de forma inmediata.
Las frutas que debe consumir y que no repercutirán en los niveles de azúcar en su sangre. Foto:iStock
En el país hay más de 500.000 tenderos y 12,7 millones de trabajadores informales (esto incluye todo el comercio de las calles, los negocios que no están registrados ni pagan impuestos) que durante años han preferido comercializar sus productos en efectivo.
Una encuesta del Banco de la Republica de 2023 mostró que los colombianos seguían optando por el efectivo como el instrumento más utilizado (78,4 %), seguido por las transferencias electrónicas (12,6 %), tarjeta débito (7,9 %) y la tarjeta de crédito (1,2 %)5.
Aunque los pagos electrónicos durante y después de pandemia incrementaron su uso y fueron la puerta de entrada para nuevos sistemas, el sistema financiero tenía el gran reto de convencer a los usuarios financieros de que estos nuevos métodos de pago no solo son fáciles y rápidos de usar, sino también seguros, y que el contar con un celular y conexión a internet les permitiría tener aún más beneficios sociales, aunque la disponibilidad de estos últimos no dependiera del sector financiero.
Para el 2025 la participación de las aplicaciones móviles corresponde al 57,8%, seguido de datáfonos con un 13,6% e internet, con un 9,5%.
No obstante, a pesar del alto uso de las aplicaciones móviles, estas solo representaron el 10% del monto total transado.
En contraste, los portales bancarios en internet concentraron el 55% del valor operado por las entidades y las oficinas participaron con el 23% del monto transado.
Estos resultados permiten interpretar que, si bien los colombianos cuentan con la aplicación móvil de su entidad financiera, al momento de realizar transacciones por montos elevados prefieren utilizar el portal bancario en internet o acudir a las oficinas. 
Bre-B Foto:EL TIEMPO/ Banco de la República
Según el informe de inclusión financiera de Banca de las Oportunidades (2024), el 95,8% de los colombianos contaba con al menos un producto financiero, lo que representa un incremento del 23% respecto a hace una década, todo esto atribuido, en gran parte, a la expansión de las aplicaciones móviles y las billeteras digitales, que en 2020 intensificaron su uso.
Trabajo conjunto
Asobancaria dice que en los últimos años el sector entendió que reducir el uso de efectivo dependía del trabajo de diferentes áreas como brindando educación financiera, diseñando experiencias de usuario seguras y sin fricciones y resolviendo las limitaciones de los canales físicos como la reducción del 99% de los casos de suplantación en oficinas, disminución de riesgos como el fleteo, optimización del tiempo en transacciones y la eliminación de la necesidad de ir físicamente para hacer operaciones.
El gremio financiero considera que mantener este avance dependerá de que los usuarios continúen sintiéndose seguros, cómodos y con acceso constante a estas herramientas, sin importar su ubicación, lo que plantea seguir avanzando en ciberseguridad.
Asegura que Colombia avanza en la dirección correcta hacia la reducción del uso del efectivo.
No obstante, para alcanzar niveles como los de China, es indispensable trabajar con mayor énfasis en las zonas rurales, fortalecer la confianza en el Estado para desincentivar el uso del efectivo como mecanismo de evasión fiscal, mejorar la infraestructura tecnológica que garantice conectividad en todo el territorio y proporcionar los medios necesarios para que toda la población pueda acceder a dispositivos inteligentes y, con ello, a los servicios financieros digitales.