Colombia
Mike Johnson afirmó que la estrategia de Petro al enviar avión presidencial para deportar colombianos “ayudaría a ahorrarles impuestos” a EE. UU.

El presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU., Mike Johnson, considera que la decisión del Gobierno colombiano de utilizar el avión presidencial para repatriar a ciudadanos deportados desde EE. UU. resulta beneficiosa para su país.
En una conferencia de prensa, Johnson subrayó que esta acción, en lugar de perjudicar a EE. UU., generaría un ahorro para los contribuyentes estadounidenses.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
“Si desean enviar su propio avión presidencial para recoger a sus ciudadanos, lo recibimos con gusto; esto ayudaría a reducir los impuestos para los estadounidenses”, fueron las palabras de Johnson.
Los comentarios del legislador estadounidense llevaron a a evaluar el costo de repatriar a los colombianos deportados de EE. UU.
millones de pesos – crédito Cancillería Colombia
El presidente Gustavo Petro causó controversia al declarar en su cuenta de X que Colombia asumiría el costo de los vuelos para regresar a los colombianos deportados desde EE. UU. Esta decisión fue resultado de un incidente diplomático con el Gobierno estadounidense, que involucró la suspensión de un vuelo de deportados, posteriormente retornado por la Fuerza Aeroespacial Colombiana.
Según el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EE. UU. (ICE), los costos para deportar migrantes oscilan entre 6,929 y 26,795 dólares por hora, dependiendo del tipo de aeronave y las exigencias de seguridad. Este gasto incluye no solo el vuelo, sino también los costos adicionales relacionados con la tripulación, el personal de seguridad y, en algunos casos, un médico a bordo.
Si bien esta medida busca garantizar un trato digno para los deportados, también plantea preguntas sobre el impacto financiero para el Gobierno colombiano. Un vuelo chárter estándar cuesta aproximadamente 8,577 dólares por hora, lo que se traduce en unos 36 millones de pesos colombianos, mientras que un vuelo de alto riesgo puede superar los 112 millones de pesos por hora.
Con vuelos de duración de hasta 8 horas y 20 minutos, como los provenientes de El Paso, Texas, el costo total de cada uno de estos vuelos podría exceder los 1,000 millones de pesos, un gasto considerable para un gobierno que no había presupuestado este diseño.

En un evento con congresistas republicanos en el Trump National Doral Miami, un complejo turístico de propiedad de Donald Trump, Johnson mencionó el reciente conflicto diplomático entre EE. UU. y Colombia.
Este conflicto inició cuando el presidente colombiano, Gustavo Petro, se mostró reacio a aceptar al primer grupo de migrantes colombianos deportados por las autoridades estadounidenses.
Según sus declaraciones, Johnson puntualizó que el Gobierno colombiano cambió rápidamente su postura después de las conversaciones entre ambos presidentes. En este contexto, el gobierno de Petro decidió enviar el avión presidencial para traer a los ciudadanos colombianos desde varios puntos en EE. UU. y devolverlos a su país. “Un cambio de actitud muy rápido y eso fue lo correcto”, expresó el congresista estadounidense.
El presidente de la Cámara Baja también subrayó que, tras las pláticas entre Donald Trump y Gustavo Petro, Colombia hizo un giro de 180 grados en su postulación inicial, decidiendo cooperar con el regreso de sus ciudadanos que habían ingresado ilegalmente a EE. UU. Según Johnson, este cambio fue “apropiado” y permitió avanzar en la ejecución de las políticas migratorias promovidas por la administración Trump.
“Cuando el presidente (Donald Trump) conversó con el presidente de Colombia (Gustavo Petro) sobre la situación, Colombia dio un giro de 180 grados y decidió cooperar y aceptar el regreso de sus ciudadanos que habían llegado aquí ilegalmente”, afirmó Johnson.

Durante el mismo evento, Donald Trump reiteró su compromiso con las políticas de control migratorio y seguridad fronteriza que definieron su administración. El presidente enfatizó los logros alcanzados durante su primera semana en el cargo y subrayó la necesidad de actuar con celeridad en este tema.
“Estamos haciendo lo correcto y actuando con rapidez”, afirmó Trump, quien también hizo hincapié en que su prioridad sigue siendo la frontera. Durante su disertación, el exmandatario urges a los congresistas republicanos a apoyar sus enérgicas medidas en materia de inmigración, que han suscitado tanto apoyo como controversia en los ámbitos político y social.
El conflicto entre EE. UU. y Colombia por la deportación de migrantes ilegales destacó las tensiones existentes entre ambos gobiernos. Originalmente, la negativa de Gustavo Petro a aceptar a ciudadanos deportados provocó roces, pero las negociaciones bilaterales condujeron a un acuerdo que permitió resolver la situación.

La decisión del Gobierno colombiano de usar su avión presidencial para repatriar a sus ciudadanos fue interpretada por Mike Johnson como un gesto favorable para EE. UU., al disminuir los costos relacionados con las deportaciones. Sin embargo, esta acción también subraya la presión ejercida por la administración Trump para asegurar la cooperación de los países de origen de los migrantes.
Este episodio revela las complejidades de las relaciones internacionales en el contexto de políticas migratorias, así como los retos que enfrentan los gobiernos para equilibrar sus intereses nacionales con las demandas de sus aliados estratégicos.
La postura de Johnson, que combina ironía y pragmatismo, destaca la vital importancia de la cooperación internacional en la gestión de la migración, aunque también enfatiza las tensiones inherentes a tales acuerdos. Por su parte, el gobierno colombiano deberá enfrentar las consecuencias políticas y sociales de esta elección, tanto en el ámbito interno como en el internacional.