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El momento más duro del Reto: “Eduina, no puedes seguir”

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“No es una decisión difícil, es triste. Eduina no está en condiciones de seguir. El Reto es así”. Las palabras en el desayuno del director deportivo, Carlos Martínez, caen como una bomba mientras la onubense no puede contener sus lágrimas en la litera vía en mano. Su sueño se ha esfumado por culpa de un pinzamiento en la espalda que le persigue tras ser atropellada por un coche en 2012.

Las cuatro compañeras de Edu no lo acaban de digerir cuando son las 4.30 de la mañana en el campamento en pleno Parque Natural Los Quetzales de la selva costarricense: “Estamos rotas“, dice Toñi emocionada. “Ya no me imagino esto sin el torbellino de Edu“, afirma Idoia.

Carlos quiere cambiar el ambiente de pesadumbre mientras las cuatro supervivientes del Reto Pelayo Vida apenas pueden probar bocado con un nudo en el estómago: “Queda mucho Reto y hay que sobreponerse“.

Mapi rompe su habitual discreción para mandar un mensaje a sus compañeras: “Creo que tenemos que hacerlo por ella. No soy la más indicada quizá, pero habrá que contribuir para que su humor y diversión no nos falte”. Verónica es consciente que la tarea no será sencilla: “Es casi imposible ocupar su espacio. Edu estará con nosotros como también está Laura (la reserva de la expedición) desde la distancia”.

Desayuno en el que Carlos Martínez cuenta a sus compañeras que Eduina abandona.EMILIO CONTRERAS

Mientras la emoción apenas se contiene en ese desayuno, a pocos metros Eduina ya sabe que el Reto se ha acabado. El dolor empieza a ir desapareciendo tras el tratamiento puesto por Carlos y la enfermera Marga, de Quirónsalud, pero nada le consuela: “Esto ya me pasó otras veces y sé que mañana iba a estar perfecta. Es algo muy doloroso tener que abandonar“.

La frustración de la onubense

“Mi sentimiento es de frustración. No me esperaba que esto me pasara aquí. He entrenado un montón y tenía un fisio cada dos semanas para evitarlo. Hacía un año y medio casi que no me pasaba y ha tenido que ocurrirme justo aquí…”, reflexionaba Eduina Rodríguez, natural de Punta Umbría (Huelva) y la más joven del grupo de supervivientes de cáncer con sus 39 años.

Eduina era la alegría del equipo. Hoy está triste y reconoce que “necesito un tiempo para asimilar esto. He hablado con David, mi marido, que es psicólogo y estoy más tranquila. Ahora me toca estar al lado del equipo desde fuera y apoyarlas a tope”.

Eduina Rodríguez durante una de las etapas de bici de montaña.EMILIO CONTRERAS

Cuando acaba la etapa de 10 horas de trekking por la selva costarricense cerca de la localidad de Muñeco, Eduina acude a recibir a sus compañeras y se emociona ante las palabras de las cuatro. Hacen una piña y recuerdan a la onubense que “has estado muy presente en cada momento, en cada uno de los 14 pasos por ríos de esta etapa“.

La onubense descubrió el Reto Pelayo Vida gracias a Macarena Bohórquez, expedicionaria de Antártida 2024. Una compañera de trabajo de la Fundación Nao Victoria sobre barcos históricos acogió a Macarena para que aprendiera a navegar y desde entonces peleó por su sueño de ser expedicionaria del Reto Pelayo Vida. “Me diagnosticaron cáncer el día de mi 38 cumpleaños, poco después de perder a mi hija en la semana 24 de embarazo. Aunque mucha gente diga que soy una mujer con mala suerte, yo digo que soy afortunada porque he tenido mucha suerte”. Así es Eduina, pura energía positiva, la alegría del Reto que hoy ha dejado un poco más triste a la expedición. Pero mañana volverá a salir el sol.



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