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Economia

Por esta razón se preferirían los pagos en efectivo en Colombia

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El regreso del efectivo sería una de las consecuencias más graves del Gobierno de Petro.

El regreso del efectivo sería una de las consecuencias más graves del impuesto del 1,5% propuesto por el Gobierno, advirtió Anif, al señalar que la medida castigaría el uso de herramientas de pago digital.

Publicado por: Colprensa

El Centro de Estudios Económicos Anif lanzó una advertencia sobre el riesgo que representa la propuesta del Gobierno de aplicar un impuesto del 1,5% a las transferencias electrónicas, una medida que según la entidad frenaría la inclusión financiera y la digitalización de la economía colombiana.

El análisis de Anif señaló que la iniciativa del Ministerio de Hacienda, que busca unificar la retención en la fuente para pagos electrónicos y con tarjeta, terminaría castigando el uso de las nuevas herramientas tecnológicas. El centro de estudios explicó que, en lugar de equilibrar las cargas, el decreto crea un sesgo que favorece el regreso al uso del dinero en efectivo, el cual es considerado el método más riesgoso y difícil de rastrear.

Para los economistas de la entidad, esta decisión hace que el efectivo sea más atractivo que los canales digitales justo cuando las billeteras virtuales, los códigos QR y las transferencias ganaban confianza entre los colombianos. “Los incentivos terminan puestos en el lugar equivocado”, señaló el informe de Anif.

El estudio destacó que el sistema Bre-B, el cual impulsa el Banco de la República para modernizar la arquitectura financiera del país, es uno de los más expuestos a esta decisión. Este sistema se diseñó para permitir pagos inmediatos y mejorar la interoperabilidad o conexión entre los diferentes bancos, siguiendo modelos exitosos como el Pix de Brasil.

Sin embargo, Anif advirtió que “esta red, llamada a impulsar la eficiencia y la inclusión, podría ver debilitada su adopción si los costos fiscales terminan desincentivando su uso entre comercios y consumidores”.

La preocupación se basa en una realidad que el país no supera, pues más del 60% de los trabajadores en Colombia se mantiene en la informalidad y millones de transacciones ocurren por fuera del sistema financiero. En ese contexto, cualquier medida que haga más costosas las operaciones digitales corre el riesgo de aumentar las brechas que se intentan cerrar.

El centro de estudios insistió en que la política fiscal debe ir en sintonía con la transformación tecnológica del país. Por esta razón, Anif planteó que “eliminar la retención del 1,5%, en lugar de ampliarla, tendría efectos positivos a mediano plazo”.

El documento detalló las proyecciones económicas de esta propuesta. Si se eliminara el impuesto, el Estado dejaría de recibir cerca de 5.621 millones de pesos en 2026, principalmente por operaciones de pequeños comercios que no declaran.

No obstante, el estudio calculó que el panorama cambiaría con el tiempo gracias al mayor dinamismo comercial y la formalización. “Hacia 2028, el balance se tornaría favorable”, precisó el análisis. Según los cálculos, para el año 2034 el efecto acumulado de eliminar el impuesto sería positivo en 223.469 millones de pesos, a precios de 2025.

El mensaje de Anif fue claro: la inclusión y la eficiencia generan un recaudo más sostenible que los impuestos de corto plazo. Además, estimular los pagos digitales fortalece la formalización, impulsa la innovación y reduce los costos de transacción para millones de personas.

Anif concluyó que mantener la propuesta actual del Gobierno equivale a poner un obstáculo al trabajo que el Banco de la República realiza desde hace años para consolidar el sistema Bre-B. El centro de estudios reiteró que el impulso a la economía digital debe entenderse como una inversión para el país y no como una pérdida fiscal.

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