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El positivo de Laura Barquero se resuelve con una desproporcionada sanción de 6 años

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Más de 2 años y 8 meses se ha tardado en resolver el caso de Laura Barquero que se encontraba en tramitación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Tras un acuerdo entre las partes implicadas, la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), la Unión Internacional de Patinaje (ISU) y la patinadora madrileña, se ha establecido una sanción de 6 años de inhabilitación que abarca del 22 de febrero de 2022 hasta el 21 de febrero de 2028. El acuerdo fue suscrito el 21 de octubre de 2024.

Se trata de un castigo un tanto desproporcionado. Y es que, aunque se reconoce que la madrileña no tuvo intención de engañar, la pena se marca en base a dos positivos por clostebol debidos a contaminación transdérmica con Trofodermin, una crema cicatrizante que no sirve para el rendimiento deportivo con la que tuvo contacto de forma accidental, tal y como quedó corroborado mediante dos pruebas científicas en el cabello.

Al haberse producido dos positivos, situación que provocó una demora, la sanción pudo haber sido incluso mayor. En estos casos puede llegarse a sumar la sanción íntegra del primero (4 años) con el doble por el segundo (8 años). Gracias a un acuerdo entre las partes que incluye un reconocimiento expreso de no intencionalidad de engaño, la sanción se fijó en 6 años y se evitó alargar más todavía el caso con dos procedimientos ante el TAS que, en el mejor de los escenarios, hubieran reducido la sanción a 5. En caso de que la WADA hubiera considerado los positivos como intencionales se podía haber elevado hasta los 12 años.

Tras conocerse de forma pública la resolución, Laura Barquero habla por vez primera con un medio de comunicación sobre su caso y lo hace en HIELO ESPAÑOL.

En su declaración,que puede leer completa en este enlace, señala que una vez conocido el positivo, “desde el primer momento, a pesar de estar desolados nos pusimos a investigar y averiguamos que el positivo fue debido a una crema (trofodermin) que me había dejado una compañera meses antes en un stage por si la necesitaba para una herida que tenía. Me le entregó sin caja, ni prospecto y jamás la utilicé. Al llegar a mi casa en Bérgamo, la metí en un cajón junto con otras cremas y medicamentos y me olvidé de ella. Lamentablemente y, como supimos después, el tubo contenía restos por su parte exterior y acabó manchando otros productos que metí en el neceser a que llevé los Juegos. De esta forma, estuve expuesta continuamente por vía transdérmica a la contaminación con esta sustancia sin saberlo”. 

Sobre el segundo positivo no puede dar mucha más información pero “las instituciones antidopaje vieron este nuevo caso como una reincidencia, a pesar de que las pruebas seguían apuntando a una contaminación no intencional. Los estudios científicos volvieron a demostrar que no había habido uso y que había sido una contaminación”.

Laura Barquero ha tenido que decir adiós al patinaje. Actualmente vive en Madrid donde está volcada en sus estudios de fisioterapia



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